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LAS FUENTE DE INFORMACIÓN Y FORMACIÓN DE SANTA TERESA DE JESUS

“Siempre habéis de tratar con letrados” (Camino de Perfección E 3,5)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    FUENTES DE INFORMACIÓN Y FORMACION

Los Libros de Teresa de Jesús, no son libros para leerlo una sola vez y dejarlos de lado aunque sea por un tiempo. Algo sorprendente, es encontrar en cada uno de sus comentarios y enseñanzas, la cantidad de observaciones fundamentada en una buena doctrina. Y es lo que encuentra en sus obras. Del mismo modo es muy sorprendente como ella, que limitada por el ambiente cultural de su época, donde es sabido que las mujeres tenían las puertas cerrada a las letras y al buen aprendizaje, escribe como una gran conocedora de la Teología católica. Incluso de algo que parece tan simple, como una oración, ella se preocupa que se fundamente en una sólida doctrina, esto porque; "llegados a verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos: de devociones a bobas nos libre Dios.” (Libro Vida 13,16)

Es así, como la Santa Madre Teresa de Jesús, considera que es importante tener buenas fuentes de información y aprendizaje. En efecto, la santa tiene diferentes fuentes de información y de formación, las que somete a un delicado filtro, es como decir, toma las palabras como de quien viene y luego las dice como a quien van.

En todo caso, la mejor fuente de información y formación de Santa Teresa,  misteriosa y privilegiada, es la fuente divina que le ha llegado desde lo alto, es decir desde arriba, en términos de la santa, las grandes mercedes que le ha hecho el Señor; "Que muchas cosas de las que aquí escribo, no son de mi cabeza, sino que me las decía este mi Maestro celestial." (Libro Vida 39, 8) Esto es, enseñada por el Maestro que fue "su libro vivo" y hechas oración "donde se aprenden verdades", sumergida en el misterio de Dios, "vio lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el corazón sintió" (1 Cor 2, 9). Y porque en las cosas que yo señaladamente digo "esto entendí", o "me dijo el Señor"(Libro Vida 39, 8).

2.    LA FUENTE HUMANA

Es importante destacar, que la primera fuente de información y aprendizaje que tiene la santa, es humana. Me parece que ella nos revela en su Libro Vida que es una buena “oidora”, porque comprende al que escucha, no obstante con gran inteligencia razona, juzga y desentraña bien lo que ha oído. Y así fue como escucho a los mejores letrados (teólogos) de su tiempo, al respecto escribe Teresa; “Y no se engañe con decir que letrados sin oración no son para quien la tiene. Yo he tratado hartos, porque de unos años acá lo he más procurado con la mayor necesidad, y siempre fui amiga de ellos” (Libro Vida 13,18) y más adelante agrega: “Y será mucha ayuda tratar con ellos, como sean virtuosos.” (Libro Vida 13,19). Hay una importante lista de buenos letrados. Entre los que nombran los especialistas en Teresa y los que ella misma destaca están; el Padre Ibáñez, García de Toledo, y muchos más a quienes escucho con atención, consultó, y gustó de sus enseñanzas.

Lo cierto es que Teresa siempre anduvo en busca de teólogos que le autenticasen su espíritu, y antes de conquistar para su reforma a san Juan de la Cruz, encontró en Avila a Domingo Báñez, célebre comentarista de santo Tomás, que sería profesor en Alcalá, Valladolid y Salamanca, y que, sin duda, no sólo fue su confesor durante seis años, sino también su formador y maestro.

A santa Teresa le preocupa ir a buenos estudiosos, letrados como ella los denomina, para confrontar su vida espiritual con el verdadero mensaje de la Palabra que viene de las Sagradas Escrituras, esto le afecta porque la compara con su lectura interior y aclara su experiencia con la seguridad que da una Palabra de verdad, y así lo comenta; “es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz y, llegados a verdades de la Sagrada Escritura” (Libro Vida 13,16) y más adelante añade;  “porque en la Sagrada Escritura que tratan, siempre hallan la verdad del buen espíritu.” (Libro Vida 13,18)

3.    SE DEJÓ ANIMAR E INFLUENCIAR POR DIVERSOS PADRES

Santa Teresa se dejó animar e influenciar por diversos padres, en su mayor parte confesores, y de manera muy sutil, ella nos dice que a no todos los letrados (teólogos) les creía; “buen letrado nunca me engañó.” (Libro Vida 5,3). En efecto, Teresa reconoce lo mucho que le ayudaron algunos padres dominicos. Algunos testimonios de esta deducción proviene de sus propios comentarios; “Duré en esta ceguedad creo más de diecisiete años, hasta que un padre dominico, gran letrado, me desengañó en cosas, y los de la Compañía de Jesús del todo me hicieron tanto temer, agraviándome tan malos principios, como después diré.” (Libro Vida 5,3) “Este padre dominico, que era muy bueno y temeroso de Dios, me hizo harto provecho; porque me confesé con él y tomó a hacer bien a mi alma con cuidado y hacerme entender la perdición que traía.”  (Libro Vida 7,17) “Este padre mío  dominico que, como digo,  era gran letrado, que  podía bien asegurar  con lo que  él me dijese, y díjele entonces todas las visiones y modo de oración y las grandes mercedes que me hacía el Señor.” (Libro de la Vida 33,6) “Otra vez vi la misma paloma sobre la cabeza de un padre de la Orden de santo Domingo, salvo que me pareció los rayos y resplandor de las mismas alas que se extendían mucho más; dióseme a entender había de traer almas a Dios.” (Libro Vida 38,12)

También Teresa se muestra muy agradecida de los padres de la Compañía de Jesús; “Que lo que me convenía era tratar con un padre de la Compañía de Jesús, que como yo le llamase diciendo tenía necesidad vendría, y que le diese cuenta de toda mi vida por una confesión general” (Libro de la Vida 23,14) “Este Padre (El jesuita Juan de Prádanos) me comenzó a poner en más perfección.” (Libro de la Vida 24,4) “Mi confesor, como digo, que era un padre bien santo de la Compañía de Jesús, respondía esto mismo según yo supe. Era muy discreto y de gran humildad” (Libro de la Vida 28,14) “De los de la Orden de este padre, que es la Compañía de Jesús, toda la Orden junta he visto grandes cosas” (Libro Vida 38,15)

Por cierto, no puedo dejar de nombrar al Fray Pedro de Alcántara, en las misma palabra de la santa; “Yo conocí uno llamado fray Pedro de Alcántara -que creo lo es, según fue su vida-, que hacía esto mismo, y le tenían por loco los que alguna vez le oyeron. ¡Oh, qué buena locura, hermanas, si nos la diese Dios a todas!” (VI Moradas 6,11)

4.    LA LECTURA DE LOS SANTOS

Teresa de Jesús era aficionada a leer buenos libros, de los cuales, como ella misma confiesa le fue de gran beneficio; “Diome la vida haber quedado ya amiga de buenos libros. Leía en las Epístolas de san Jerónimo”  (Libro de la Vida 3,7) En efecto, aprendió a leer de niña en el “Flos sanctorum”, conocido libro de la vida de los santos y en los Santos Evangelios, pero en su adolescencia, iniciada por su madre, doña Beatriz, se encandiló con la lectura de los libros de caballerías, “Era aficionada a libros de caballerías” (Libro Vida 2,1) Con todo, ella reconoce lo mucho que le ayudaron las lecturas de hombres santos, los que a través de sus escritos ella revela cómo fue influenciada: “Mucho me aprovechó para tenerla, haber leído la historia de Job en los Morales de san Gregorio, que parece previno el Señor con esto, y con haber comenzado a tener oración, para que yo lo pudiese llevar con tanta conformidad.”  (Libro Vida 5,8)

La lectura de las vidas ejemplares fue muy bien asimilada por Teresa, ella misma lo cuenta así: “Y si no son éstos, dudaría yo mucho serlos de parte de Dios, antes temería no sean los rabiamientos que dice san Vicente.”  (Libro Vida 20,23) “Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino, San Francisco da muestra de ello en las llagas; san Antonio de Padua, el Niño; san Bernardo se deleitaba en la Humanidad; santa Catalina de Sena..., otros muchos que vuestra merced sabrá mejor que yo.” (Libro de la Vida 22,5) Y también se encomendaba a ellos; “Tomaba santos devotos porque me librasen del demonio; andaba novenas; encomendábame a san Hilarión, a san Miguel Angel, con quien por esto tomé nuevamente devoción” (Libro de la Vida 27,1). Y recogía sus ejemplos de vida; “Guardó la primera regla del bienaventurado san Francisco con todo rigor y lo demás que allá queda algo dicho.” (Libro Vida 30,2) En estos primeros, alguna vez sí podrán, porque hay razón entera para conformarse con la voluntad de Dios, y decir lo que decía san Martín” (VI Moradas 6,6) “Esto debía sentir san Francisco, cuando le toparon los ladrones, que andaba por el campo dando voces y les dijo que era pregonero del gran Rey; y otros santos que se van a los desiertos por poder pregonar lo que san Francisco estas alabanzas de su Dios.”  (VI Moradas 6,11)

Es así como podemos encontrar en todos sus textos, alusiones a los santos y a sus santos ejemplos; “Quédenos ahora esto en la memoria de esta merced que hace Dios al alma, que no nos será poco bien, pues San Jerónimo, con ser santo, no la apartaba de la suya” (VI Moradas 9,7) “De aquí debían venir las grandes penitencias que hicieron muchos santos, en especial la gloriosa Magdalena, criada siempre en tanto regalo, y aquella hambre que tuvo nuestro padre Elías de la honra de su Dios, y tuvo santo Domingo y san Francisco de allegar almas para que fuese alabado; que yo os digo que no debían pasar poco, olvidados de sí mismos” (VII Moradas 4,11) “Y ¿qué mucho que los santos hiciesen de ellos lo que querían, con el favor de Dios? san Martín, el fuego y las aguas le obedecían; san Francisco, hasta los peces.”  (Camino de Perfección 31,2)

5.    LA INFLUENCIA DE LOS SANTOS EN SUS ENSEÑANZAS Y COMENTARIOS

Algunos santos tienen el privilegio de tener al Señor como interlocutor directo. San Francisco de Asís, dialogaba con una imagen de Cristo crucificado, en el templo de San Damián. "Señor ¿qué quieres que haga por ti y mis hermanos los hombres?" y Teresa dialogando con el Señor le dice: “¿Qué mandáis hacer de mí?”

Es así como muchas de las conocidas frases de la Santa Madre Teresa de Jesús, están inspiradas en la lectura de los santos, como por ejemplo de San Agustín, uno de sus favoritos según ella misma declara: “En este tiempo me dieron las Confesiones de san Agustín, que parece el Señor lo ordenó, porque yo no las procuré, ni nunca las había visto. Yo soy muy aficionada a san Agustín, porque el monasterio adonde estuve seglar era de su Orden” (Libro Vida 9,7) Más adelante en el mismo libro declara; “Esto me aprovechó mucho, y lo que dice san Agustín: Dame, Señor, lo que mandas y manda lo que quisieres.” (Libro Vida 13,3) Luego Santa Teresa escribirá en una hermosa poesía; “Vuestra soy, para Vos nací. ¿Qué mandáis hacer de mí?”. Y quizás inspirada también en San Pablo, que camino a damasco se pone a disposición del Señor ella luego escribe: “Aquí está mi vida, aquí está mi honra y mi voluntad; todo os lo he dado, vuestra soy, disponed de mí conforme a la vuestra” (Libro Vida 21,5). Y sigue Teresa; “en algunos libros de oración está escrito, adónde se ha de buscar a Dios. En especial lo dice el glorioso san Agustín, que ni en las plazas, ni en los contentos, ni por ninguna parte que le buscaba le hallaba, como dentro de sí.”  (Libro Vida 40,6) “Como dice san Agustín, creo, en sus Meditaciones o Confesiones- y no nos estemos bobos perdiendo tiempo por esperar lo que una vez se nos dio”  (VI Moradas 7,9) “Pues mirad que dice san Agustín -creo en el libro de sus Meditaciones- que le buscaba en muchas partes y que le vino a hallar dentro de sí.”  (Camino de Perfección E, 46,2)

No sabemos de forma cierta si Teresa leyó a Santo Tomas de Aquino, pero si podemos suponer que ella escuchó muchas predicas de buenos sacerdotes tomistas como Domingo Báñez, célebre comentarista de santo Tomás. Cuando ella destaca que lo esencial que es la oración, la santa no dice que es: “Tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama.” (Libro Vida 8,9) Aquí la idea coincide con la definición que santo Tomas de Aquino da de la caridad teologal, como un tipo de amistad del hombre con Dios, “amicitia quaedam hominis ad Deum”. Recordemos que Dios es el primero en ofrecer su amistad al hombre, la iniciativas viene de Dios (Cf. Summa Theologiae ii-ii, 23,1)

6.    LAS SAGRADAS ESCRITURAS COMO FUENTE DE LA VERDAD

Algo que sorprende a todo lector de Santa Teresa, es el lugar que ocupan las sagradas Escrituras en su vida y en su doctrina. Los especialistas en la vida de la santa coinciden que  ella no tuvo la oportunidad de realizar un estudio profundo de la Biblia y ni siquiera la conoció íntegramente. No obstante esta verdad, Teresa recurre a los letrados buscando la verdad de la Escrituras: “Es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz y, llegados a verdades de la Sagrada Escritura” (Libro Vida 13,16), por tanto ella se acerca los letrados reclamando la palabra de las Sagradas Escrituras, porque quiere atender en todo a las Escrituras, es así como demanda; “por cualquier verdad de la Sagrada Escritura me pondría yo a morir mil muertes” (Libro Vida 33,5). Su vehemencia le llevo a preguntar en cierta ocasión al Padre Pedro Ibáñez, dominico que era muy letrado, y que le podía asegurar una buena respuesta; “lo mirase muy bien, y me dijese si había algo contra la Sagrada Escritura y lo que de todo sentía.” (Libro Vida 33,5). Por cierto, los letrados le ofrecen garantía de una lectura de la Biblia en comunión con la Iglesia: “tienen un no sé qué grandes letrados, que como Dios los tiene para luz de su Iglesia, cuando es una verdad, dásela para que se admita” (V Moradas 1,7).

Pero no solo los letrados la ponen en contacto con las Sagradas Escrituras, también algunas buenas amistades y la familia. Cuando Teresa tenía 20 años, una monja agustina, Doña María de Briceño, de Avila, de unos 33 años, que entonces era maestra de las “señoras doncellas de piso” del convento de Santa María de Gracia adonde Teresa había sido enviada, le dio luz. Así se deduce cuando nos dice; “!Dormía una monja con las que estábamos seglares, que por medio suyo parece quiso el Señor comenzar a darme luz, como ahora diré” (Libro Vida 2,10). Allí en ese convento, Teresa comienza a deleitarse de la conversación bíblica; “Pues comenzando a gustar de la buena y santa conversación de esta monja, holgábame de oírla cuán bien hablaba de Dios, porque era muy discreta y santa.” (Libro Vida 3,1) y más adelante ratifica que leía la Biblia; “Comenzóme a contar cómo ella había venido a ser monja por sólo leer lo que dice el evangelio: Muchos son los llamados y pocos los escogidos (Mt 20,16 sigue inmediatamente otra alusión al Evangelio: Mt 19, 28). Y continúa Teresa; “Decíame el premio que daba el Señor a los que todo lo dejan por El.” (Libro Vida 3,1), esto es, en esta amistad le llega la palabra de Dios.

Y por parte de la familia, el encuentro en Hortigosa con su tío Don Pedro, hombre espiritual y virtuoso; “Estaba en el camino un hermano de mi padre, muy avisado y de grandes virtudes, viudo, a quien también andaba el Señor” amante de “buenos libros de romance” (Libro Vida 3,2). En Hortigosa, el tenor de los diálogos y amistad espiritual es concluyente, de tal forma que luego Teresa expondrá: “Aunque fueron los días que estuve pocos, con la fuerza que hacían en mi corazón las palabras de Dios, así leídas como oídas, y la buena compañía” (Libro Vida 3,5).

Se desprende de la experiencia de vida de la Santa Madre Teresa de Jesús, que ella fue una mujer que vivió plenamente el encuentro con la Palabra de Dios, palabra que leída y oída se vuelve luz, vida y consuelo. Esta es una de las aportaciones más exquisitas de Teresa con relación a las Sagradas Escrituras.

Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

Del libro de las Confesiones de san Agustín, obispo, Libro 7, 10. 18, 27

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Camino al V Centenario de su nacimiento

Mayo 2015


Fuentes Bibliográficas y de referencias

Obras Completas, Libro Vida, Editorial Monte Carmelo

www.caminando-con-jesus.org

www.caminando-con-maria.org


www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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