TERESA DE JESUS, LIBRO VIVO, MAESTRA Y ¡QUÉ MAESTRA!

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    EL CORAZÓN DE TERESA, QUE DESDE NIÑA ESTUVO MUY DISPUESTA

Comienza Teresa de Jesús en el Libro de la Vida, relatando: “El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena Era mi padre aficionado a leer buenos libros y así los tenía de romance para que leyesen sus hijos. Esto, con el cuidado que mi madre tenía de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algunos santos, comenzó a despertarme de edad, a mi parecer, de seis o siete años. Ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas.” (Libro Vida 1,1) Gran importancia es tener padres aficionados a leer buenos libros, y que los dispongan para que los lean sus hijos. También es de gran importancia tener una madre que ponga interés en que sus hijos recen y más aún que sean devotos de la Virgen.

Los niños a una corta edad, comprenden rápido e intensamente, es así que cuando los padres dan ejemplos de integridad y honestidad, nos encontramos con una buena  formación familiar. Y en esto encontramos el ejemplo de Teresa de Jesús, porque cuando en el corazón de un hogar se lee, los niños escuchan con deseo de saber y Teresa debe haber experimentado la misma escucha con avidez.

La lectura del Libro Vida de Teresa de Jesús, nos muestra una Teresa niña que tiene desde pequeña un alma profunda con un instinto divino íntegro. Da la impresión que a Teresa le cautiva todo. Es así, como observamos una niña comunicativa, contagiosa, sobre todo con sus más cercanos. Es así, como anima a su hermano Rodrigo, de un año más que ella, a que se entusiasme también a leer con ella vidas de santos. Y así también convence a su hermano para que se escapen a tierras de moros para que los descabezasen por Cristo. Pero como esta iniciativa fue interceptada por un tío que los vio cuando se iban, tuvieron que regresar a casa, se conformaron con que los dos serían ermitaños y por tanto, construían ermitas en el huerto, jugando con imaginación y valor, entonces repetían unas palabras muy interesantes: “para siempre, siempre, siempre”. La eternidad va a ser muy fuertes en la vida de Teresa.

Las hazañas y vidas heroicas de los  santos, leídos en la calidez del hogar, y al calor del fuego en esos fríos día del invierno de Avila, vueltos a leer muchas veces en un agradable ambiente familiar, fraternal y amoroso, empaparon profundamente el corazón de Teresa, que desde niña estuvo muy dispuesta para el conocimiento de la verdad, de hacer el bien, de practicar el amor con sus semejantes y de llevar una vida heroica. Ese es el manantial competente de la que será Maestra de oración de tantos buscadores de Dios. Y es así, que cuando ella sea una mujer madura, tendrá que batallar hasta con los hombres de Iglesia, porque no les será fácil de convencer que necesita hacer una realidad sus ideales, con “una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar…venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare” (CP 21,2)

2.    TERESA “LIBRO VIVO”.

Si Jesús no le hubiera dado a Teresa “libro vivo”, no hubiera sido la que fue, Maestra y Doctora de la Iglesia, de una Iglesia que en sus momentos no fue capaz de comprenderla cabalmente, recordemos que el Inquisidor Valdés, Arzobispo de Sevilla, en esa época prohibió la lectura de todos los libros de autores que hoy están en los altares, como los de San Francisco de Borja y San Pedro de Alcántara, y de otros que no lo están pero sí estuvieron pasando penas. Incluso, se ha escrito por esa fecha que un Prelado de Toledo, (Bartolomé Carranza?), llego a decir en desprecio de las obras de Fray Luís de Granada: “La contemplación es para mujeres de carpinteros”. Y en parte tenía razón, porque María, la gran mujer contemplativa, era esposa del carpintero.

La contemplación, como inicio de la oración mística, siempre ha sido motivo de crítica, precisamente porque se sale de lo común y normal. Pero no se piensa que la Iglesia nació mística. ¿Qué otra cosa fue Pentecostés? Tras los Hechos de los Apóstoles, con el recuerdo del Esposo vivo todavía, la comunidad paleocristiana vivió la fe con intensidad enamorada, y se valoró la oración por encima de todas las actividades y de todos los ministerios. “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.” (Hechos 1,1)

Quedaba aún la Tradición de los Apóstoles que habían decidido abandonar las tareas cotidianas, escribe Lucas en los Hechos de los Apóstoles; “hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana.” (Hechos 6,1) para dedicarse en plenitud a la oración y al ministerio de la palabra, como dice Lucas en el Libro Hechos; “mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.”  (Hechos 6,4) Y como con la oración florecen los dones del Espíritu Santo, nace cuya infusión e influjo constituye precisamente la oración mística, en la que la persona no es movida por virtudes que exigen esfuerzo humano, sino por fuerzas divinas, que por eso se llaman místicas, es decir mistéricas, y llegan del misterio.

En Europa, se sucedieron unos siglos de decadencia, recordemos en España la invasión árabe islámica, no obstante en medio de aquellos siglos oscuros, a partir de los siglos XI al XIII se regresa al estudio de la Palabra y por supuesto a la oración, siglos de Santo Tomas de Aquino, de Santo Domingo de Guzmán, San Bernardo de Claraval, San Francisco de Asís. Sin embargo, nuevamente, surge  de nuevo el retroceso y la decadencia de los siglos XIV y XV. No obstante, luego de esta larga noche, comienza de nuevo a aparecer la aurora en el siglo XVI, que es el siglo de Teresa, y ella tuvo que sufrir aún con remembranzas de los siglos anteriores. Es el momento en que Jesús le da a Teresa “libro vivo”.

3.    TERESA ES MAESTRA Y ¡QUÉ MAESTRA!

La vocación a la santidad de todos los cristianos, no es algo reciente, es algo que nace con la Iglesia, aunque tras el paso de varios acontecimientos el Espíritu ha suscitado a hombres y mujeres santos, donde a muchos de ellos su santidad pasa por la mística.

Pero circulan por nuestras manos libritos de poca importancia, con invitaciones no muy trascendentales para nuestra vida de oración y santidad, que solo promueven una vida disminuida, común y ordinaria. Por esa razón, es necesario volver a los maestros acreditados, a los guías naturales, es decir a los místicos como la Santa Madre Teresa de Jesús, que es maestra y ¡qué Maestra!.

A la distancia se nota a quienes se forman en la escuela de Teresa, los que la toman como maestra, les entrega amplitud en su escuela de oración, los forma como águilas, por eso, me atrevo a decir, que se nota la superficialidad humana y cristiana de los que ni la saludan por el camino. Parece mucho decirlo, pero no se debe ocultar que en la oración, son muchos los que viven en la mediocridad y parece que no hay quien la pare. Teresa la puede parar. Tiene mucho que enseñarnos y tenemos mucho que aprender. Teresa de Jesús, tiene mucho que decirle al mundo y a la Iglesia, porque de almas como Teresa estamos todos necesitados, al menos, tomémosla como Maestra, que iremos bien servidos, pues Dios quiso hacer de Teresa un testigo de Jesús resucitado, como hizo a Juan , a Pedro y a los apóstoles. Esta elección la convirtió en mujer nueva, capacitada para testificar con su vida lo que había visto y oído. La enseñanzas de Teresa a sus hijas las monjas y el mensaje que aportó a la Iglesia de su tiempo fue, principalmente, el de la imperiosa necesidad de orar, como camino para amar  y como dialogo de amistad con Dios, como nos ha enseñado ella, a quien sabemos mucho nos ama.

El Señor nos bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Camino al V Centenario de su nacimiento

Agosto 2015


Fuentes Bibliográficas y de referencias

Obras Completa de Santa Teresa de Jesus, Editorial Monte Carmelo

Teresa enséñanos a orar, Jesus Marti Ballester

www.caminando-con-maria.org

www.caminando-con-jesus.org


www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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