Caminando con Jesus Pedro Sergio Antonio Donoso Brant DEDICADO AL NIÑO JESUS DE PRAGA |
NIÑO JESÚS DE PRAGA HISTORIA DE Los cristianos siempre han tenido una gran devoción al Niño Jesús. Nos
hace presente el gran misterio de La particular devoción al Santo Niño de Praga comenzó a principios del
siglo XVII. Después de la muerte de su esposo, la princesa se dedicó a las obras
de caridad. Los religiosos de la orden carmelita en Praga, fueron
particularmente favorecidos por la generosa asistencia de la princesa. En el año 1628 estalló la guerra en Praga y el monasterio de los
monjes fue reducido al extremo de la pobreza. En aquellos días, "Aquí les traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo.
Honrad y respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario". La hermosa estatua fue colocada en el oratorio del convento. Su túnica
y el manto habían sido arreglados por la misma princesa. Muy pronto sus
palabras resultaron proféticas. Mientras los religiosos mantuvieron la devoción
al Divino Infante de Praga, gozaron de la prosperidad. En 1631 el ejército de
Sajonia entró en Praga y los Padres Carmelitas se trasladaron a Munich sin
llevarse la estatua la que terminó arrojada a los escombros por manos de los
herejes invasores. En el año 1635 terminó la guerra y regresaron los carmelitas a su
convento en la ciudad de Praga pero las condiciones de vida eran muy malas.
Uno de los monjes llamado el Padre Cirilo regresó a Praga después de siete
años. Encontró la situación en la ciudad en pésimas condiciones. Los
ciudadanos corrían el peligro de perder hasta la fe. Fue entonces que el
Padre Cirilo, quién había recibido anteriormente gran ayuda espiritual por
medio de su devoción al Santo Niño de Praga, quiso restaurar la devoción. Con
mucha diligencia el comenzó a buscar la estatua milagrosa. Al cabo de cierto
tiempo, el Padre la encontró entre los escombros detrás del altar, donde los
invasores la habían arrojado. Estaba cubierta por un manto. Extasiado de
alegría, el Padre Cirilo volvió a colocar al Santo Niño en su lugar, en el
Oratorio donde los carmelitas lo veneraron con gran devoción y confianza.
Pronto se levantó el sitio impuesto por los enemigos y todos gozaron
felizmente de la paz. Un día, mientras que el padre Cirilo rezaba devotamente ante la
estatua milagrosa, oyó una voz que le decía: "Ten piedad de mi y yo tendré piedad de vosotros. Devolvedme mis
manos y yo os daré la paz. Cuánto mas me honren, tanto mas os
bendeciré." Asombrado de oír estas palabras, el Padre Cirilo examinó la estatua
minuciosamente. Removiendo el manto que cubría al Divino Niño, el Padre
descubrió que ambas manitas estaban quebradas. El Superior se negó a
restaurarlas alegando la extrema pobreza en que aún vivía el convento. El
Padre Cirilo fue llamado a auxiliar un moribundo llamado Benito Maskoning y recibió de él 100 florines. Los llevó al
Superior y tenía esperanza que se usasen para reparar la estatua. Pero este
juzgó que sería mejor comprar una nueva. El mismo día que se inauguró la
nueva estatua, un candelabro de la pared se desprendió y cayendo sobre la
estatua, la redujo a pedazos. Al mismo tiempo, el Padre Superior cayó enfermo
y no pudo terminar su período de mando. Elegido un nuevo Superior, el P. Cirilo volvió a suplicarle que
hiciera reparar la estatua pero no consiguió nada. Un día mientras oraba a Pronto vinieron nuevas calamidades y pobreza. Ante esas circunstancias
todos acudieron al Niño Jesús. El Superior se humilló y prometió celebrar 10
misas ante la estatua y propagar su culto. La situación mejoró notablemente,
pero no se arreglaba la estatua. Un día el Padre Cirilo, que no cesaba de
interceder ante Jesús, escuchó que le decía: "Colócame a la entrada de la sacristía, y encontrarás quien se
compadezca de mí." Se presentó un desconocido, el cual, notando que el hermoso Niño no tenía
manos, se ofreció espontáneamente a repararlas. Al poco tiempo el desconocido
ganó un juicio en el que recuperó una fortuna. Innumerables beneficios fueron
recibidos por los devotos. Los carmelitas por eso quisieron edificarle una
capilla pública, teniendo en cuenta que el sitio donde debían levantarla,
había sido ya indicado por Finalmente, en el 1642, Al Divino Niño le llamaban el "Pequeño Grande" y su
reputación milagrosa se esparció por todas las naciones. En innumerables
colegios, parroquias, hogares, el Divino Niño entró a presidir y derramar sus
bendiciones, sobre todo la gracia de la fe. Surgieron las Letanías del Nombre de Jesús; la recitación de 5
padrenuestros, avemarías y glorias seguidas de la jaculatoria: "Sea
bendito el Nombre del Señor ahora y por los siglos de los siglos"
repetida 5 veces; la oración del Padre Cirilo; la recitación del Rosario del
Niño Jesús; y la celebración de la fiesta de Su Santísimo Nombre, el 2º
domingo después de Es significativo que Jesús quiera propagar la devoción a su infancia
en un mundo en que los niños son abortados, abusados y la mayoría no recibe
una educación ni ejemplo de vida cristiana. Jesús, quién dijo "dejad que
los niños se acerquen a mi", fue El mismo niño y quiere que seamos
humildes y puros como niños para entrar en el Su Reino. Al meditar sobre su
niñez, Jesús nos bendecirá y suscitará en nosotros sus virtudes. La devoción al Divino Niño siempre había sido practicada por los
carmelitas. Santa Teresa de Jesús practicaba una devoción muy particular al
Divino Niño. Igualmente lo hacía Santa Teresita, llamada la "pequeña
flor de Jesús". |
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