ORACIÓN DE LOS ABUELOS

 

Señor, nos estamos volviendo viejos; los jóvenes nos hablan con reverencia y temen que les contemos trasnochadas historias.

 

A veces no comprendemos nada del mundo de hoy y sentimos el vacío en torno nuestro. Sabemos que tú no eres un Dios tranquilo para viejos achacosos, sino el Dios vivo, inagotable siempre en su novedad, contemporáneo de la actual transformación del mundo.

 

Comulgando tu pan vivo nos sentimos rejuvenecer: de él sacamos vigor para no ser ancianos de aquellos que se pierden en los recuerdos del pasado.

 

Concédenos, Señor, el preparar dignamente nuestra vejez, dar sentido a nuestros días actuales. Que sepamos ofrecer cariño a los nietos y vivir en el afecto de nuestros hijos. me desampares, ni de noche ni de día.