INVOCACIÓN INICIAL

A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.

HIMNO

Puede recitarse uno de los dos himnos siguientes:

1

      Ayer, en leve centella, te vio Moisés sobre el monte
 hoy no basta el horizonte para contener tu estrella.

     Los magos preguntan;
y ella de un Dios infante responde
que en duras pajas se acuesta
y más se nos manifiesta
cuanto más hondo se esconde. 

     Reyes que venís por ellas, no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está no tienen luz las estrellas. 

     Mirando sus luces bellas, no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está no tienen luz las estrellas. 

     Aquí parad, que aquí está quien luz a los cielos da:,
Dios, es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto no busquéis estrellas ya.

PRECES

     Veneremos a nuestro Salvador, adorado hoy por los Magos, y digámosle suplicantes: Luz de luz, ilumina nuestro día. 

¡Oh Cristo, manifestado en la carne!,
‑ santifícanos por el Evangelio y la oración. 

¡Oh Cristo, justificado en el Espíritu!,
‑ líbranos de todo error. 

¡Oh Cristo!, contemplado por los ángeles,
- danos a gustar ya en la tierra los bienes de tu reino.

¡Oh Cristo, predicado a los paganos!,
‑ ilumina el corazón de todos los hombres con la luz de tu Espíritu. 

¡Oh Cristo, creído en el mundo!,
 ‑ renueva la fe de cuantos creen en ti. 

¡Oh Cristo, llevado a la gloria!,
‑ enciende en nosotros el deseo de tu reino. 

Padre nuestro, etc. 

ORACIÓN 

Señor, tú, que en este día revelaste a tu Hijo unigénito por medio de una estrella a los pueblos gentiles, concede, a los que ya te conocemos por la fe, poder gozar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Señor.

2. ORACIÓN DE UN NIÑO EN EL DÍA DE REYES

Al recoger los juguetes, tendría mucho sentido que un niño, ante sus padres, hiciese la siguiente oración: 

Jesús, amigo y hermano nuestro. Estamos muy contentos hoy; los Reyes nos han traído muchas cosas, incluso algo que no habíamos pedido. Te lo queremos decir y queremos darte las gracias, por­que los mayores nos han dicho que todo lo bueno procede de ti. ¿A que vas a jugar hoy, todo el día con nosotros y nos vas a bendecir mucho? Tam­bién te queremos pedir por todos aquellos niños a quienes nunca les regalan nada, ni pueden ale­grarse con un juguete nuevo ni tienen pan para comer. Bendícelos también, pues lo necesitan más que nosotros. A ellos y a nosotros enséñanos a ser siempre buenos. Concédenos obedecer a nuestros padres no reñir entre nosotros, para darte a ti, Jesús, la alegría de ser cada día mejores. Amén.