MES
DE MAYO INVITATORIO ¡Levántate ya, amada mía, hermosa mía,
y ven!, que ya ha pasado el invierno y han cesado las lluvias. Ya han brotado
en la tierra las flores. Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Dame a ver
tu rostro, dame a oír tu voz. Que tu voz es suave y es amable tu rostro.
Vayamos todos para ver y alabar a INVOCACIONES Llenos de confianza y de gozo, queremos
ahora impetrar de nuestra Madre la fe humilde y poderosa que nos haga caminar
rectamente por los senderos de la vida. Ilusionados por la felicidad prometida,
queremos pedir a María la esperanza consoladora que nos haga pasar por este
mundo con la mirada en el cielo. Conscientes de nuestra hermandad en
Cristo, pidamos a María la caridad, que es vínculo de perfección, de unidad y
de gloria. OFRENDA Recibe, Madre, la flor de nuestro amor. Recibe, Señora, la flor de nuestra
alegría. Recibe, Virgen, la flor de nuestra
castidad. Recibe, Reina, la flor de nuestra
esperanza. Recibe, Virgen María,
la flor que te ofrecemos, guárdala dentro de tu corazón, para que ahora y
siempre nuestro amor y nuestra alegría, nuestra castidad y nuestra esperanza,
sean la prenda bendita de tu gozo y del nuestro. R Amén. ORACIÓN Te suplicamos, Dios omnipotente, que
por haber elegido a la gloriosa Virgen María como Madre de tu Hijo unigénito,
nos lleves con su poderosa mediación a la gloria del cielo. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. |