MES DE MAYO

INVITATORIO

¡Levántate ya, amada mía, hermosa mía, y ven!, que ya ha pasado el invierno y han cesado las lluvias. Ya han brotado en la tierra las flores. Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Dame a ver tu rostro, dame a oír tu voz. Que tu voz es suave y es amable tu rostro. Vayamos todos para ver y alabar a la Virgen hermosa, Flor de las flores, Virgen de vírgenes y amor de amores.

INVOCACIONES

Llenos de confianza y de gozo, queremos ahora impetrar de nuestra Madre la fe humilde y poderosa que nos haga caminar rectamente por los senderos de la vida.
Ave María....

Ilusionados por la felicidad prometida, queremos pedir a María la esperanza consoladora que nos haga pasar por este mundo con la mirada en el cielo.
Avemaría.

Conscientes de nuestra hermandad en Cristo, pidamos a María la caridad, que es vínculo de perfección, de unidad y de gloria.
Avemaría. 

OFRENDA

Recibe, Madre, la flor de nuestro amor.
Para que tu gozo sea cumplido. 

Recibe, Señora, la flor de nuestra alegría.
Para que tu gozo sea cumplido. 

Recibe, Virgen, la flor de nuestra castidad.
Para que tu gozo sea cumplido.

Recibe, Reina, la flor de nuestra esperanza.
Para que tu gozo sea cumplido. 

Recibe, Virgen María, la flor que te ofrecemos, guárdala dentro de tu corazón, para que ahora y siempre nuestro amor y nuestra alegría, nuestra castidad y nuestra esperanza, sean la prenda ben­dita de tu gozo y del nuestro.

R Amén. 

ORACIÓN

Te suplicamos, Dios omnipotente, que por haber elegido a la gloriosa Virgen María como Madre de tu Hijo unigénito, nos lleves con su poderosa me­diación a la gloria del cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R Amén.