Alma de Cristo, santifícame
Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua W costado de
Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno
enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti para
que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.
Miradme, oh mi amado y buen
Jesús, postrado en vuestra santísima presencia; os ruego con el mayor fervor,
que imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad,
dolor de mis pecados y propósito de jamás ofenderos; mientras que yo, con todo
el amor y compasión de que soy capaz, voy considerando vuestras cinco llagas,
comenzando por aquello que dijo de Vos, oh Dios mío, vuestro santo profeta
David: "Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis
huesos."
ORACIÓN
DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Gracias te doy, Señor Dios,
Padre todopoderoso, por todos los beneficios, y señaladamente porque
has querido admitirme a la participación del sacratísimo cuerpo de
tu unigénito Hijo. Te suplico, Padre clementísimo, que esta sagrada comunión
no sea para mi alma lazo ni ocasión de castigo, sino intercesión saludable
para el perdón; sea armadura
de
mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de
todos mis carnales apetitos y aumento de caridad, paciencia y verdadera
humildad y de todas las virtudes; sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu,
firme defensa contra todos mis enemigos, visibles e invisibles; perpetua unión
contigo solo, mi verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa muerte. Y
te ruego que tengas por bien llevarme a mí, pecador, a aquel convite inefable
donde tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera,
satisfacción cumplida y gozo perdurable, dicha completa y felicidad perfecta.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Haznos ver claramente, Señor,
que por la Eucaristía nos unimos a nuestros hermanos y nos transformamos en Ti.
Haz que, al comunicarnos tu bondad, amemos a todos nuestros compañeros. Que
nunca olvidemos, Señor, la lección que Tú nos das, al darte: tenemos que
darnos a los demás. Y muchísimas gracias, Señor, porque,
• a pesar de nuestras frialdades,
•a pesar de nuestros olvidos,
* a pesar de nuestras ingratitudes, Tú sigues a la escucha, y esperas nuestro
"si”. Un "sí" de amor sincero e inquebrantable, un "sí"
de fidelidad, un "si”, que llegue hasta nuestros hermanos.
ENSÉÑAME
A SER GENEROSO
Oh Cristo Jesús, enséñame
a ser generoso,
• servirte como mereces,
• dar sin llevar cuenta,
• combatir sin temor de las heridas,
• trabajar sin buscar el descanso,
• gastarme sin más recompensa que saber que estoy haciendo tu voluntad. Amén.
Cristo conmigo.
Cristo dentro de mi.
Cristo
delante de mí.
Cristo detrás de mí.
Cristo a mi derecha.
Cristo a mi izquierda.
Cristo en mi casa,
Cristo en mi calle.
Cristo en el camino.
Cristo en mi puesto de trabajo.
Cristo en todos los ojos que me ven.
Cristo en todos los oídos que me escuchan.
Cristo en la boca de todo hombre que me habla.
Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí.
Cristo conmigo y yo con Cristo. Siempre y en todas partes.
Así sea. (S. Patricio, evangelizador de Irlanda)
Cristo Jesús: algunos que se llaman amigos tuyos viven como si no existieras. Pero tampoco faltan los amigos de verdad. Y ya que me has hecho la gracia de conocerte mejor y amarte más en esta Comunión, ya que me has regalado el don maravilloso de tu Cuerpo y de tu Sangre, quiero ser uno de esos valientes que Tú andas buscando. Quiero ser un muchacho limpio por dentro, alimentado con tu vida divina, en medio del pecado que me rodea Quiero reparar con mi sacrificio el mal que se hace en el mundo y la ingratitud de los que te abandonan. No acabo de comprender, Jesús amigo, que soy yo, aquí abajo, un encargado de dar testimonio de la alegría de ser cristiano. Ahora, en estos momentos de acción de gracias por tu venida a mí, me doy cuenta de mi responsabilidad, y te prometo valentía y generosidad en tu servicio y en la alegría de mi testimonio. Amén.