Santoral

12 DE JULIO

BEATO ALFONSO  MARIA MAZUREK (DEL ESPÍRITU SANTO)

Sacerdote Mártir, de Nuestra Orden

   Jósef Mazurek nació el 1 de marzo de 1891 en Baranówka, diócesis de Lublin, en Polonia. En 1908 recibió el hábito carmelitano en Wadowice, con el nombre de Alfonso María del Espíritu Santo. En Viena (Austria) recibe la ordenación sacerdotal el 16 de julio de 1916.

    Conocido por sus dotes organizativas y estimado como educador de la juventud, fue hasta 1930 prefecto y profesor en el Seminario Menor de Wadowice. Elegido, en 1930, Prior del convento de Czerna, cumplió este oficio hasta la muerte, a excepción del trienio 1936-1939, durante el cual fue ecónomo del mismo convento. Organizó particulares devociones conforme al carisma del Carmelo y se dedicó a la dirección del coro del Carmelo Seglar.

Algunos de sus pensamientos:

    “Toda nuestra santidad y perfección consiste en conformarnos a la voluntad de Dios, que es la única y suprema norma de perfección y de santidad”.

“Nada debería turbar la paz y la tranquilidad del corazón, porque este corazón debería apegarse sólo a Dios y no a sus consolaciones, a sus gracias o a sus dones”

“En las aflicciones, en las tribulaciones, en las angustias y en las tentaciones, siempre me refugiaré junto a la mejor y amadísima Madre mía María. A ella me ofrezco y todas mis cosas... Fielmente, junto con la Santísima Madre mía María, quiero estar bajo la cruz de Jesús”.

Al acercarse el fin de la segunda guerra mundial, se incrementaron notablemente la hostilidad de los nazistas y sus represalias en Polonia., El 28 de agosto de 1944, a los 53 años, es asesinado martirialmente.El 13 de junio de 1999, el papa Juan Pablo II, en Polonia, beatificó a 108 mártires de la segunda guerra mundial, víctimas de la persecución nazista. Dentro del grupo estaba nuestro hermano, el P. Alfonso Mª Mazurek, O.C.D.

Oremos

Dios omnipotente que llamaste a tu hijo Alfonso María a ofrecer su vida por amor a Cristo y a la Iglesia , ayúdanos con su gracia para que, sostenidos por su ejemplo, permanezcamos fieles a las promesas bautismales durante toda nuestra vida. Concédenos también, por su intercesión, la gracia que con humildad y confianza te pedimos. Amén. 

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