CENTRO DE ESPIRITUALIDAD CARMELITANO-BIBLICO “LA FONTE” (o.c.d.) |
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PRIMER GRADO DE ORACIÓN,
SACAR AGUA DE UN POZO |
PRIMER GRADO DE
ORACIÓN SACAR AGUA DE UN
POZO Libro Vida, Capítulo
11 (El lenguaje esta
actualizado al castellano del siglo XX) Cuál es la causa por
la que se tarda en amar a Dios con perfección. Comparación para explicar
cuatro grados de oración. Comienza a tratar el primer grado. Muy provechoso
para los que empiezan y para los que no tienen gustos en la oración. 1. Hablemos ahora de los que comienzan a ser siervos del
amor, que eso son los que se determinan a seguir, por el camino de la
oración, a quien tanto nos amó. Seguir por este camino constituye una dignidad tan grande,
que me regalo extraordinariamente pensando en ella. Si procedemos como debemos, aquí, en este comienzo, no hay
temor servil. ¡Oh Señor de mi alma y bien
mío!, ¿por qué no quisisteis que, cuando un alma se determina a amaros,
haciendo lo que puede en dejarlo todo para dedicarse a cultivar este amor de
Dios, pudiese gozar ya del amor perfecto? Mal he dicho antes: “por qué no quisisteis...?” Habría de haber dicho: “no nos lo das porque no
queremos nosotros”, y nos habríamos de quejar de ello; pues es nuestra toda
la culpa de que no empecemos a gozar enseguida de tan gran dignidad, pues
cuando se consigue tener con perfección este verdadero amor de Dios, trae
consigo todos los bienes. Somos tan caros y tan tardíos en darnos del todo a Dios,
que, como Su Majestad no quiere que gocemos de cosa tan preciosa sin alto
precio, no acabamos de disponemos (1) 2. Bien veo yo que no hay precio con que se pueda comprar
tan gran bien en la tierra; mas si hiciésemos lo que podemos, que es no tener
apego a nada de la tierra, sino que dedicáramos todo nuestro cuidado y amor a
las cosas del cielo, creo yo, sin duda, que muy pronto se nos daría este bien
(2), si nosotros nos preparásemos, como algunos santos hicieron. Mas nos parece que lo damos todo, y
es que ofrecemos a Dios la renta o los frutos y nos quedamos con la raíz y
posesión. Nos determinamos a ser pobres, y esta decisión tiene gran
mérito; mas muchas veces tornamos a tener cuidado y diligencia para que no
nos falte, no sólo lo necesario, sino también lo superfluo, y vamos en busca
de los amigos que nos lo den, con lo que la preocupación, y quizá el peligro,
de que no nos falte es mayor que el que teníamos antes, cuando poseíamos
hacienda. Parece también que dejamos los honores al ser religiosos o
al comenzar a vivir vida espiritual y perfección, y aún no nos han tocado un
punto de honra cuando ya no recordamos que se la hemos dado a Dios y queremos
volver a luchar por ella y tomársela, como dicen, de las manos, después de
haberle hecho voluntariamente señor de nuestra voluntad. Así ocurre con todas
las otras cosas. 3. ¡Donosa manera
de buscar amor de Dios! Y luego le queremos tener a manos llenas, por decirlo
de algún modo. Queremos seguir apegados a nuestras aficiones y recibir
muchos consuelos espirituales; esto no encaja bien ni es compatible una cosa
con la otra. Pues no procuramos realizar nuestros deseos de virtudes y no nos
decidimos a desarraigar los deseos de la tierra. 3. ¡Donosa manera de buscar amor de Dios! Y luego le
queremos tener a manos llenas, por decirlo de algún modo. Queremos seguir apegados a nuestras aficiones y recibir
muchos consuelos espirituales; esto no encaja bien ni es compatible una cosa
con la otra. Pues no procuramos realizar nuestros deseos de virtudes y no nos
decidimos a desarraigar los deseos de
la tierra. 4. Así que, porque no se acaba de dar todo, no se nos da
del todo este tesoro (4) ‘.Quiera el Señor dárnoslo gota a gota, aunque sea
costándonos todos los trabajos del mundo. Harto gran misericordia hace el Señor a quien concede esta
gracia y ánimo para determinarse a procurar con todas sus fuerzas este bien
(5), porque si persevera, no se niega Dios a nadie; poco a poco va
capacitando él el ánimo para que gane esta victoria. Digo ánimo, porque son tantas las dificultades que el
demonio (6) pone delante al principio para que no se comience este camino de
veras, como quien sabe el daño que de aquí le viene (7), no sólo de perder
aquella alma, sino muchas (8) Si el que comienza se esfuerza con el favor de
Dios a llegar a la cumbre de la perfección, creo que jamás va solo al cielo;
siempre lleva mucha gente consigo y, como a buen capitán, le da Dios quien
vaya en su compañía (9) Les presenta el demonio tantos peligros y dificultades 10
ante sus ojos, que no es menester poco ánimo para no volver atrás (11), sino
muy mucho y mucho favor de Dios. 5. Pues refiriéndome al comienzo de los que ya están
determinados a llevar a cabo esta empresa, la etapa de mayor trabajo es ésta;
porque, aunque el Señor pone el capital, los que comienzan son los que
trabajan. En los otros grados de oración se goza casi siempre. Pero tanto los primeros, como los del medio, como los
últimos, todos llevan sus cruces, aunque diferentes; que por este camino que
fue Cristo han de ir los que le siguen (12), si no se quieren perder (13); y
¡bienaventurados los trabajos que aún aquí en la vida tan sobradamente se
pagan! 6. Habré de aprovecharme de alguna comparación, aunque yo
quisiera omitirlas, por ser mujer, y para escribir simplemente lo que me
mandan; mas este lenguaje espiritual es tan difícil de explicar a quienes no
tienen estudios, como yo, que habré de buscar alguna manera de dejarme
entender, y quizá pocas veces acertare con la comparación. Así se reirá V. de
mi torpeza. El que comienza a hacer oración ha de pensar que comienza
a hacer un huerto 14 para que se deleite el Señor (15), en tierra muy
infructuosa (16), que tiene muy malas hierbas (17), Su Majestad arranca las
malas hierbas y ha de plantar las buenas (18), Pues hagamos cuenta que el
huerto ya está hecho cuando un alma se determina a hacer oración. Y con la
ayuda de Dios hemos de procurar, como buenos hortelanos, que crezcan estas
plantas, y hemos de tener cuidado de regarlas para que no se sequen, sino que
lleguen a dar flores que den de sí gran olor (19) para dar recreación a este
Señor nuestro y así venga a deleitarse muchas veces a esta huerta y a gozar
entre estas virtudes (20) 7. Pues veamos ahora de la manera que se puede regar, para
que sepamos lo que hemos de hacer y el trabajo que nos ha de costar, si es
mayor que la ganancia (21) y cuánto tiempo lo hemos de regar. Creo que se
puede regar de cuatro maneras o sacando el agua de un pozo que supone un gran
trabajo por nuestra parte; o con noria y arcaduces, que se saca con un torno;
yo he sacado el agua algunas veces: es menor trabajo que el anterior y se
saca más agua o de un río o arroyo; así se riega mejor, pues queda más harta
la tierra de agua y no es menester regar tan a menudo, y exige esfuerzo menor
del hortelano o lloviendo mucho, que lo riega el Señor sin ningún trabajo
nuestro; este modo es mejor que todos los anteriores. 8. Según estas cuatro maneras de agua con que se ha de
sustentar este huerto, porque sin agua se perderá, declararé algo de cuatro
grados de oración en los que el Señor, por su bondad, ha puesto algunas veces
mi alma. Quiera su bondad que atine a decirlo de manera que sirva
de provecho a una de las personas que me mandaron escribir esto, a quien el
Señor la ha traído, en cuatro meses, mucho más adelante que yo estaba en
diecisiete años. Porque se ha preparado mejor que yo, y así, sin trabajo
suyo, riega este vergel con todas estas cuatro aguas, aunque la última no se
la da el Señor sino a gotas; mas está progresando
tanto que pronto se engolfará en ella con ayuda del Señor, y me gustará que
se ría si le parece que desatino en mi hablar. 9. Podemos decir que los que comienzan a hacer oración son
los que sacan el agua del pozo, que lo hacen con mucho trabajo de su parte,
pues se han de cansar en recoger los sentidos, y como están acostumbrados a
ir dispersos, les cuesta mucho recogerse (22) Es necesario que se vayan acostumbrando a que no les
importe ver ni oír, y practicarlo durante las horas de oración, buscando la
soledad para en ella pensar en su vida pasada. Aunque esto igual lo han de hacer todos muchas veces, tanto
los primeros como los últimos (23), hay que discernir cuándo conviene más y
cuándo puede perjudicar, como después diré (24) Al principio les aflige
pensar en los pecados de su vida, pues no acaban de entender que se
arrepienten de ellos; y sí lo hacen, pues se determinan a servir a Dios tan
de veras. Han de procurar meditar la vida de Cristo, y el entendimiento se
cansa de esto. 10. Esto lo podemos hacer nosotros, entiéndase con el
favor de Dios, pues sin él ya sabemos que no podemos tener ni un buen pensamiento. Esto es comenzar a sacar agua del pozo, y quiera Dios que
tenga agua. Por lo menos no queda por nosotros, que ya vamos a sacarla y
hacemos lo que podemos para regar estas flores. Y Dios es tan bueno que, cuando Su Majestad sabe por qué,
quizá para gran provecho nuestro quiere que esté seco el pozo, si hacemos lo
que podemos como buenos hortelanos, sin agua sustenta las flores y hace
crecer las virtudes. Llamo agua aquí las lágrimas y, aunque no las haya, la
ternura y sentimiento interior de devoción. 11. Pues ¿qué hará aquí el que ve que durante muchos días
no hay más que sequedad y disgusto y desazón y tan mala gana para venir a
sacar el agua que, si no pensase que da gusto y que sirve al Señor de la
huerta, y no mirase que puede perder todo lo que ha servido y lo que espera
ganar del trabajo que supone echar muchas veces el cubo en el pozo y sacarlo
sin agua, lo dejaría todo? Y muchas veces le ocurrirá no tener fuerza ni para
alzar los brazos, ni podrá tener un buen pensamiento; pues ya se entiende que
pensar o discurrir es sacar agua del pozo. Pues, como digo, ¿qué hará aquí el hortelano? Alegrarse y
consolarse y tener por grandísima merced poder trabajar en el huerto de tan
gran Emperador. Y pues sabe que le contenta en aquello y su intención no
ha de ser contentarse a sí sino a Él, alábele mucho por la confianza que
tiene en él, pues ve que sin pagarle nada tiene tan gran cuidado de lo que le
encomendó, y ayúdele a llevar la cruz (25) y piense que toda la vida vivió El
en ella y no quiera aquí su reino ni deje jamás la oración .Y decídase,
aunque le dure toda la vida esta sequedad (26), a no dejar a Cristo caer en
la cruz. Tiempo vendrá en que se lo pague por junto (27) No tenga miedo de perder el trabajo. A buen amo sirve.
Mirándole está. No haga caso de malos pensamientos. Piense que también se los
representaba el demonio a san Jerónimo en el desierto .Estos trabajos tienen
su recompensa, pues, como quien los pasó durante muchos años (que cuando una
gota de agua sacaba de este bendito pozo pensaba que me hacía Dios merced),
sé que son grandísimos, y me parece que hace falta más ánimo para
soportarlos, que para otros muchos trabajos del mundo .Mas he visto claro que
no los deja Dios sin gran premio (28), aún en esta vida 29; porque es así,
cierto, que con una hora que me ha dado el Señor de gusto de Sí ,me parece
que quedan pagadas todas las congojas que durante mucho tiempo pasé (30) para
nutrirme en la oración. 12. Creo que el Señor quiere dar muchas veces al
principio, y otras al final, estos tormentos y otras muchas tentaciones que
sobrevienen, para probar a sus amadores y saber si podrán beber su cáliz (Mt 20,22) y ayudarle a llevar la cruz, antes de que ponga
en ellos grandes tesoros. Y para bien nuestro creo que nos quiere Su Majestad llevar
por aquí, para que entendamos bien lo poco que somos; porque son de tan gran
dignidad las mercedes posteriores, que quiere que experimentemos nuestra
miseria antes de que nos las dé, para que no nos acaezca como a Lucifer. ¿Qué hacéis Vos, Señor mío, que no sea para mayor bien del
alma que sabéis que es vuestra ya y que se entrega para seguiros por donde
fuereis hasta la muerte de cruz, y que está determinada a ayudárosla a llevar
y a no dejaros solo con ella? 13. El que vea que tiene esta determinación.., no, no hay que temer. Ya es del linaje de la gente
espiritual, no hay por qué afligirse. Llegado a tan alto grado cual es el de querer hablar a
solas con Dios y dejar los pasatiempos del mundo, tiene hecha la mayor parte. Alabad por ello a Su Majestad y fiaos de su bondad, que
nunca faltó a sus amigos (31) Cerrad los ojos y no penséis por qué da devoción a aquel que hace pocos días que ha comenzado
y a mí en tantos años no. Creamos que todo es para mayor bien nuestro. Guíe
Su Majestad por donde quisiere 32• Ya no somos nuestros sino suyos. Harta merced nos hace en querer
que queramos cavar en su huerto y estar junto a su dueño, que es cierto que
está con nosotros .Si Él quiere que crezcan estas plantas y flores a unos
dando agua sacada de este pozo, y a otros sin agua,¿qué me importa a mí?
Haced Vos, Señor, lo que quisiereis, que no os ofenda yo, que no se pierdan
las virtudes, si alguna me habéis dado ya, por sola vuestra bondad. Padecer
quiero, Señor, pues Vos padecisteis. Cúmplase en mí de todas maneras vuestra
voluntad y no quiera Vuestra Majestad que cosa de tanto precio como vuestro amor se dé
a gente que os sirve sólo por gustos. 14. Se ha de tener muy en cuenta, y lo digo porque lo sé
por experiencia, que el alma que comienza a caminar el camino de la oración
mental con determinación y dispuesta a no hacer mucho caso, ni a consolarse
ni desconsolarse mucho porque le faltan gustos y ternura, o porque se los da
el Señor, tiene andado gran parte del camino; y no tenga miedo de volver
atrás, por más que tropiece, porque ha comenzado el edificio en firme
fundamento (Mt 7,24).Sí, que no está el amor de
Dios en llorar ni sentir gustos y ternura, que casi siempre los deseamos y
nos consolamos con ellos, sino en servir con justicia y fortaleza de alma y
humildad. Más me parece a mí eso, recibir, que no dar nosotros nada. Para
mujercitas como yo, débiles y con poca fortaleza, me parece que es necesario,
como Dios lo hace ahora conmigo, llevarme con regalos, para que pueda sufrir
algunos trabajos que Su Majestad ha querido que sufra; mas me disgusta oír
que siervos de Dios, hombres de tomo, de letras, inteligentes, hagan tanto
caso de que Dios no les da devoción. No digo yo que no la reciban si Dios se la da, y la
aprecien mucho, porque verá Su Majestad que entonces les conviene; mas,
cuando no la tengan, no se fatiguen y comprendan que si Su Majestad no se la
da, es porque no la necesitan y anden señores de sí mismos. Crean que eso es falta . Yo lo he probado y visto. Crean que es
imperfección y no andar con libertad de espíritu, sino flacos para el
combate. 15. Esto no lo digo tanto por los que comienzan (aunque
pongo tanto énfasis en ello porque veo que les importa mucho comenzar con
esta libertad y determinación sino por otros que hace mucho que comenzaron y
nunca acaban de acabar 34; y creo que el no progresar es debido
principalmente a no abrazar la cruz desde el principio, y por eso andan
afligidos creyendo que no hacen nada No pueden soportar no poder discurrir; y
es entonces quizá cuando la voluntad engorda y se fortalece, y ellos no lo
entienden. 16. Hemos de pensar que el Señor no mira esas cosas que,
aunque a nosotros nos parecen faltas, no lo son. Ya sabe Su Majestad nuestra miseria y débil naturaleza
mejor que nosotros mismos, y sabe que ya estas almas desean pensar siempre en
El y amarle; esta determinación es la que quiere; la aflicción por esas
debilidades sólo sirve para inquietar el alma, que si había de estar inhábil
para aprovechar una hora, lo esté cuatro. Porque muy muchas veces la falta de devoción proviene de
indisposición corporal, que somos tan miserables que participa esta
encarceladita de esta pobre alma de las miserias del cuerpo. De esto yo tengo grandísima experiencia, y sé que es
verdad, porque lo he estudiado con cuidado y tratado después con personas
espirituales (36). los cambios del tiempo y la secreción de las
hormonas son la causa muchas veces de que el alma no pueda hacer lo que
quiere, sino que tiene que padecer de todas maneras. Si entonces la oprimen, es peor y dura más el mal. Hay que
tener discreción para discernir que proviene de aquí la sequedad y no ahogar
a la pobre alma. Sepan que están enfermos; cámbiese la hora de la oración y
hartas veces habrá que hacerlo algunos días. Pasen como puedan este
destierro, que bastante desgracia
tiene un alma que ama a Dios ver que vive en esta miseria y que no
puede lo que quiere por tener tan mal huésped como es este cuerpo. Dije que hay que obrar con discreción, porque alguna vez
lo hará el demonio. Por eso será prudente ni dejar la oración siempre que hay
gran distracción y turbación en el entendimiento, ni atormentar siempre al
alma forzándola a hacer lo que no puede. 17. Se pueden hacer otras cosas exteriores, como obras de
caridad y de lectura, aunque a veces ni siquiera estará para esto. Sirva entonces al cuerpo por amor de Dios, para que otras
muchas veces sirva él al alma, y tome otras distracciones santas de
conversaciones que lo sean, o salga al campo, si el confesor lo aconseja. Gran cosa es la experiencia para todo, pues nos da a
entender lo que nos conviene y en todo se sirve a Dios. Suave es su yugo (Mt 11,30) y es gran negocio no traer al alma arrastrada,
como dicen, sino llevarla con suavidad para su mayor aprovechamiento. 18. Así que vuelvo a avisar, y no es inoportuno decirlo
muchas veces, que importa mucho que nadie se torture ni aflija por las
sequedades, inquietud y distracción de los pensamientos. Si quiere ganar libertad de espíritu y no ir siempre
atribulado, comience a no asustarse de la cruz, y verá cómo también el Señor
se la ayuda a llevar y gozará de alegría y sacará provecho de todo; porque ya
se ve que si el pozo no mana no podemos poner el agua; verdad es que no hemos
de estar descuidados para que, cuando mane el agua, podamos sacarla; porque
entonces ya quiere Dios por este medio multiplicar las virtudes. COMENTARIOS Autor: Jesús Marti Ballester 1 Estas razones y esta conclusión las desarrollará más adelante
en el c.22,15, planteándole al P. García de Toledo, a quien va dirigido el
libro, dos cuestiones cuya respuesta ya conoce desde el comienzo, como ya de
entrada manifiesta. 2 El verdadero amor de Dios. 3 Señala en todos estos
párrafos anteriores que la decisión de vivir las virtudes evangélicas es, más
que una determinada determinación, una veleidad .El tesoro de la plenitud del
amor. “Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada” (San Juan
de la Cruz). 5 El bien del amor de Dios que busca el hombre cuando
emprende el camino de la oración. 6 “Es terrible el combate que aquí desencadenan los
demonios de mil maneras...”“Porque aquí representan los demonios estas
culebras de las cosas del mundo y hacen creer que los contentos de él son casi
eternos,y la estima.., del
mundo..., y la preocupación por la salud...” (J. MARTÍ BALLESTER, Las moradas
de santa Teresa leídas hoy, Paulinas. Madrid 1987, Segundas moradas, e.
único, 3, p. 51); “Me hizo mucha guerra el demonio para que dejase la oración”
(Vida 19,4).“Pasa aquí el alma grandes trabajos;
especialmente si el demonio comprende que tiene cualidades y costumbres para
subir más arriba, pondrá en marcha todo el infierno para conseguir que
desista de recorrer el camino que ha emprendido” (o.c.,
Segundas Moradas 1,5, p. 54). 8 “Y aunque el demonio no vea otra cosa sino que Su
Majestad les demuestra amor tan particular, basta para que él se deshaga para
que se pierdan, y por eso son muy combatidas...” (oc.,
Cuartas Moradas, 3,10, p. 108); “El demonio siente mucha rabia cuando ve que
pierde de su poder un alma que él cree que tiene ya ganada, sobre todo
entendiendo que con la riqueza de aquella alma perdería él algunas otras que
tenía por suyas...” (Fundaciones 22,9). “Tiene más interés el demonio por un alma de éstas que por
muchas a quienes el Señor no haga estas mercedes; porque le pueden hacer gran
daño con llevar otras consigo y hacer gran provecho, podría ser, en la
Iglesia de Dios” (oc., Cuartas Moradas, 3,10, p.
108).“Dificultades por todas partes, contiendas por fuera y temores por
dentro” (2Cor 7,5). “ Oh Jesús, qué grande es la
barahúnda que aquí ponen los demonios y las aflicciones de la pobre alma, que
no sabe si pasar adelante o volver a la primera pieza!”
(oc., Segundas Moradas, 1,4, p. 52). 12 “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí
mismo, que cargue cada día con su cruz y me siga” (Lc
9,23). 13 “Si uno quiere salvar su vida, la perdera”(ib). 14‘Seran como huerto cerrado” (Jer 31,12). “Serás un huerto bien regado Is 58,11). “Eres huerto cerrado,
hermana y novia mía; eres jardin cerrado”(Cant 4,11). 15 entra, amor mío, en tu huerto” (Cant
4,16). 16Convertirá su desierto, su yermo, en huerto del Señor” (Is 51,3). como un huerto sin
agua” (Is 1,30). 17- Si la tierra da espinas y cardos...” (Heb 6,8); “Cómo te has convertido en planta degenerada?” (Jer 2,21). Estamos
comprobando cómo la lectura de la Palabra, que aunque, salvo las perícopas de
Epístolas y evangelios dominicales en la traducción de fray Ambrosio
Montesino (cf nota siguiente), no fue directa, sino
a través del Breviario o de devocionarios al uso, está presente en la obra
escrita de la autora. Pocas veces Cita explicitamente
, pero existe un río subterráneo en su espíritu que alimenta abundosamente
sus imágenes y sus frases; lo que coincide con su experiencia mística que
también es Palabra, aunque privada, que no desmiente la palabra pública, y
que es una manera sapiencial profunda de conocer en vivo la Palabra. Ofrecen
también un influjo notable de divina Escritura los Morales o Comentarios del
Libro de Job, de san Gregorio Magno. Hasta su modo de concebir la oración y
de dirigirse a Dios en el diálogo trae remembranzas de los de Job con Dios. 18 “Yo te había plantado de cepa generosa, toda de
plantones legítimos...” (Jer 2, 21). “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre” (Mt 13,37).Santa Teresa, aficionadísima a sermones (Vida
8,12) y lectora empedernida, conocía más libros de los que la pobre
biblioteca del monasterio podía proporcionarle, y sin duda conoce los
sermones de fray Ambrosio Montesino, franciscano y obispo de Cerdeña,
protegido de los Reyes Católicos y del cardenal Cisneros, que cuidó de la
edición de su Vita Christi del Cartujano; y que refundió una antigua
traducción castellana de las epístolas y evangelios para todo el año, con sus
doctrinas y sermones (Toledo 1512) (Enciclopedia Larousse). En uno de sus
sermones cita “la semejanza del hortelano..., Cristo..., y las hortalizas y
verduras que se han de sembrar son las virtudes y las buenas obras” (A. M. ALVAREZ PELLITERO, citada por VICTOR G. DE LA CONCHA, El arte literario de santa
Teresa, Ariel, Barcelona 1978, 90). 19 “Floreced como azucenas, exhalad suave olor’(Si 39,14). “Las mandrágoras exhalan su perfume” (Cant 7,14). “Perfumé como cinamomo y espliego” (Si
24,15). 20 “he bajado al nogueral para ver la floración del valle,
para ver brotes de la vid y si florecen los granados...” (Cant
6,11). 21 “Quién de vosotros, queriendo construir una torre, no
se sienta primero para calcular los gastos y ver si tendrá para terminarla?” (Lc 14,18). 22 “Es como si alguien entrase en una habitación donde
entra mucho sol, pero tuviese tierra en los ojos y casi no los pudiese abrir.
Clara está la morada, pero l no goza de la luz por la tierra que lleva en los
ojos o por los efectos de estas fieras y bestias que le hacen cerrar los ojos
y no las puede ver más que a ellas” (J. MARTI BALLESTER, Las moradas de santa
Teresa leídas hoy, Paulinas, Madrid 1987, Primeras Moradas, 2, 14, p. 40)
(véanse las notas 30- 23 “Al principio y fin de la oración, por subida
contemplación que sea, siempre acabéis en propio conocimiento” (Camino 39,5). 24 En el c. 13, nn. 14-15 de
este mismo libro. “Porque ya os he dicho mucho en Otro lugar, el daño que nos
hace, hijas, no entender esto de la humildad y propio conocimiento...” (J.
MARTI BALLESTER, Las moradas santa Teresa leídas hoy, Paulinas, Madrid 1987,
Primeras Moradas, 2,13, p. 39). “Comience a no asustarse de la cruz” (Vida 11,17). “No os espantéis, hijas, que es camino real para el cielo.
Gánase por él gran tesoro, no es mucho que cueste
mucho a nuestro parecer... Ahora, pues, volviendo a los que quieren beber de
esta agua de vida y quieren caminar hasta llegar a la misma fuente, cómo han
de comenzar, y digo que importa mucho y el todo.., una grande y determinada
determinación de no pasar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda
lo que sucediere, trabaje lo que se trabajare, murmure quien murmurare,
siquiera llegue allá, siquiera me muera en el camino, o no tenga corazón para
sufrir los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo...” (Camino
21,2). 26 “Importa mucho que nadie se torture ni aflija por las
sequedades...”(Vida 11,17). 27 Todo a la vez. “Les guardáis Vos el premio para dárselo
junto”(Vida 19,6). - 28 “Ni un alzar los ojos acordándonos de El, deja sin
premio”(Vida 18,9). 29 “Le quiere dar el premio aún en esta vida” (Vida 23,). 30 “Y qué premio, que basta un momento para que queden
pagados todos los trabajos...” (Vida 18,9). 31 ‘Fiel es Dios, que no permitirá seáis tentados sobre vuestras
fuerzas”(iCor 10,13). “Me
he acordado de una santa que conocí en Avila. Había
dado por Dios todo lo que tenía, y le había quedado una manta con que se
cubría y también se la dio; y luego Dios le dio una temporada de grandísimos
sufrimientos interiores y sequedades. Y ella se quejaba: ¿De ésos sois,
Señor? Después que me habéis dejado sin nada, ¿me dejáis?” (Cta. 403). 32 “Denos Él lo que quisiere, si
quiere que haya agua. si quiere sequedad” (Moradas
sextas, 6,9). 33 “Y determínese, aunque le dure toda la vida esta
sequedad, a no dejar a Cristo caer con la cruz” (Vida 1O). 34 Los principiantes que se eternizan en principiantes. 35Que pierden el tiempo. 36 Menssana in corpore sano” no
sólo para el estudio, sino tambien para la oración.
La necesidad de ejercicio y de oxigenación han sido
experimentados por Teresa. |
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant |