CENTRO DE ESPIRITUALIDAD CARMELITANO-BIBLICO “LA FONTE” (o.c.d.) |
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SEGUNDO GRADO DE ORACIÓN,
REGAR CON NORIA |
SEGUNDO GRADO DE
ORACIÓN REGAR CON NORIA Libro Vida, Capítulo
14 (El lenguaje esta
actualizado al castellano del siglo XX) El Señor hace sentir
al alma gustos especiales, que son sobrenaturales. 1. Pues que ya he dicho con qué trabajo se riega este
vergel y cuán a fuerza de brazos sacando el agua del pozo, digamos ahora el
segundo modo de sacar el agua con un torno y arcaduces para que el hortelano
saque con menos trabajo más agua y, sin necesidad de trabajar continuamente,
pueda descansar. De este grado que llaman oración de quietud quiero ahora
tratar. 2. Aquí se comienza a recoger el alma, toca ya aquí cosa
sobrenatural 1 que, por muchos esfuerzos que haga el alma, no puede
conseguir. Es verdad que durante algún tiempo se ha cansado dándole
al torno y trabajando con el entendimiento y que se han llenado los
arcaduces; mas aquí el agua está mas alta y por eso se trabaja mucho menos
que sacándola del pozo. Digo que el agua está más cerca porque la gracia se
da más claramente a conocer al alma .La oración de quietud es un recogerse
las potencias dentro de sí para gozar de aquel contento con más gusto; mas no
quedan suspendidas (2) ni absortas (3); sola la voluntad está ocupada, de tal
manera que, sin saber cómo, queda cautivada 4 consintiendo que la encarcele
Dios, como quien sabe bien ser cautiva de quien ama. ¡Oh Jesús y Señor mío! ¡Cuánto
nos ayuda aquí vuestro amor!, porque éste tiene tan cogido al nuestro que no
le deja libertad para amar en aquel momento a nadie y a nada más que a Vos. 3. Las otras dos potencias, memoria5 y entendimiento,
ayudan a la voluntad para que se vaya haciendo capaz de gozar tanto bien,
aunque algunas veces, aun estando unida la voluntad con Dios, las potencias
pueden estorbarla un poco; mas entonces no hay que hacer caso de ellas, sino
quedarse en su gozo y quietud; porque si las quiere recoger, el alma y las
potencias perderán, pues son entonces como palomas que no se contentan con el
cebo que les da el dueño del palomar sin trabajo de ellas, y van a buscar de
comer por otros sitios, y lo hallan tan malo que se vuelven; y así la memoria
y el entendimiento van y vienen a ver si la voluntad les participa algo de lo
que ella goza en su Dios. Si el Señor quiere echarles cebo, se detienen, y si no
vuelven a buscar; y deben pensar que hacen a la voluntad provecho, y a veces
si quiere la memoria o la imaginación representarles lo que gozan, las
dañarán. Sepa, pues, que debe actuar con ellas como diré. 4. Pues todo lo que pasa aquí es con grandísimo consuelo y
con tan poco trabajo que no cansa la oración, aunque dure mucho rato; porque
el entendimiento obra aquí muy paso a paso y saca muy mucha mas agua que la que
sacaba del pozo; las lágrimas que (1) Dios aquí da ya van con gozo; aunque se
sienten, no se provocan. Esta agua de grandes bienes y mercedes que el Señor Da
aquí hace crecer las virtudes muchísimo más sin comparación que en la oración
anterior, porque ya va esta alma elevándose sobre su miseria y se le concede
un pequeño conocimiento de los gustos de la gloria. Esto creo que hace crecer
más las virtudes y llegar mas cerca de la verdadera virtud, de donde vienen
todas lis virtudes, que es Dios; porque comienza Su Majestad A comunicarse a
esta alma y quiere que sienta ella como se le comunica. 5. Al llegar a esta altura se empieza a perder la codicia
de lo de la tierra y ¡pocas gracias!: porque se ve claro que un instante de
aquel gusto no se puede tener aqui, ni hay
riquezas, ni señoríos, ni honras, ni deleites puedan dar una chispa de
alegría, porque ésta es verdadera alegría que se ve que nos alegra. Porque las alegrías de aquí, rarísima vez sabemos donde se
encuentran, porque nunca les falta dolor. Aquí todo es alegría en aquel
momento; la pena viene después , de ver que se acabó
y que no lo puede volver gozar, ni sabe cómo; porque, aunque se haga pedazos
penitencias y oración y todos los trabajos, de nada sirven, si el Señor no lo
quiere dar. Quiere Dios por su grandeza que sepa esta alma que Su
Majestad está tan cerca de ella que ya no necesita enviarle mensajeros (6),
sino que puede hablar ella misma con El, y no a voces, porque está ya tan
cerca, que, apenas mueve los labios, la entiende. 6. Parece impertinente decir esto, pues sabemos que Dios
nos oye siempre y está con nosotros. De esto no hay duda, que es así, mas
quiere nuestro Emperador y Señor nuestro que entendamos aquí que nos entiende
y lo que hace su presencia, y que quiere particularmente comenzar a obrar en
el alma, por la gran satisfacción interior y exterior que le da y por la
diferencia que hay de este deleite y contento a los de la tierra, tal que
parece que llena el vacío que nuestros pecados habían hecho en el alma. Es en lo muy íntimo (7) del alma esta satisfacción, y no
sabe por dónde ni cómo le vino, que muchas veces ni sabe qué hacer, ni qué
querer, ni qué pedir. Parece que todo lo halla junto y no sabe lo que ha
hallado, ni aun yo sé cómo darlo a entender, porque para hartas cosas serían
menester letras. Porque aquí convendría una explicación sobre las dos clases
de gracia, general y particular, que muchos ignoran, y cómo quiere el Señor
que el alma vea, casi con los ojos, el auxilio o gracia particular que le
regala (8) También serían menester letras para aclarar tal vez muchos errores
que habré escrito o que escribiré. Pero como lo han de leer personas que
sepan si hay error, voy descuidada; porque sé que lo puedo estar, yendo a
manos de quien va, que entenderán y quitarán los errores. 7. Pues querría dar a entender esto, porque son
principios, y cuando el Señor comienza a hacer estas mercedes, la misma alma
no los entiende ni sabe qué hacer de su parte. Porque si lleva Dios por camino de temor, como a mí, es
muy duro, si no hay quien la entienda; y le consuela mucho verse reflejada en
la doctrina, y entonces ve claro que ella va por allí. Y es un gran bien
saber lo que ha de hacer para aprovechar en cualquiera de estos estados. También quiero ser clara porque yo he pasado mucho y he
perdido mucho tiempo por no saber qué hacer y me dan mucha lástima las almas
que se ven solas cuando llegan aquí; porque aunque he leído muchos libros
espirituales que dicen algo de esto, dan pocas explicaciones, y de no ser un
alma muy experimentada, aunque se abra mucho al director, le costará mucho
comprender lo que le ocurre. 8. Mucho quisiera que el Señor me favoreciese para exponer
los efectos que producen en el alma estas cosas, que comienzan a ser sobrenaturales,
para que por los efectos se entienda cuándo es espíritu de Dios. Digo “se entienda” lo que aquí podemos entender
, aunque es bueno que siempre vayamos con temor y recato; que, aunque
sea de Dios, alguna vez puede transfigurarse el demonio en ángel de luz, y,
si no es el alma experimentada, no lo entenderá, y tan experimentada ha de
ser, que para entender esto hay que haber llegado a la cumbre de la oración. 9. Me ayuda poco el poco tiempo que tengo, y así es
menester que lo haga Su Majestad; porque he de ir m la Comunidad y con muchas
ocupaciones (pues estoy en casa (9) que está comenzando ahora, como después
se verá) (10), y por eso escribo deprisa y a pequeñas dosis, y por eso
quisiera que lo hiciera el Señor, porque cuando Él da espíritu, se escribe
con facilidad y mejor, como quien tiene un dechado delante del que copia
aquella labor. Mas si falta el espíritu (11) es tan
imposible hablar de estas cosas de espíritu como hablar algarabía (12),
aunque hayan vivido muchos años de oración. Y por eso me parece que es una grandísima ventaja escribir
mientras lo vivo; porque veo claramente que no soy yo la que lo dice, pues ni
lo ordeno con lógica ni sé después cómo lo acerté a decir (13) Esto me acaece
muchas veces. 10. Ahora volvamos a nuestra huerta, y veamos cómo
comienzan estos árboles a hincharse para florecer y dar después fruto (14), y
las flores y claveles lo mismo para dar olor. Me gusta mucho esta comparación, porque muchas veces al
principio de mi vida de oración gozaba imaginando que mi alma era un huerto y
que el Señor se paseaba por él (15) Le suplicaba que aumentase el olor (16) de las florecillas
de virtudes que parecía que comenzaban a querer salir y que fuese para su
gloria (17) y las sustentase, pues y no quería nada para mí, y que cortase
las que quisiese, que ya sabía que habían de salir otras mejores. Digo “cortar” porque llegan tiempos para el alma ni que no
hay ni memoria de este huerto: todo parece que está seco y que no habrá agua
para regarlo, ni parece que hubo jamás en el alma ninguna virtud. (18) Se pasa mucho trabajo, porque quiere el Señor que le
parezca al pobre hortelano que ha perdido todo el tiempo que gastó en cuidar
y regar el huerto. Entonces es el verdadero escardar y quitar de raíz (19)
Las hierbecillas malas que han quedado.
Reconociendo que no hay diligencia que baste si Dios nos quita el agua de la
gracia, y teniendo en poco nuestra nada, y aún menos que nada, se gana
entonces mucha humildad (20) de nuevo vuelven a crecer las flores (21). 11. ¡Oh Señor mío y Bien mío!
¡Que no puedo decir esto sin lágrimas y gran regalo de mi alma! ¡Que queráis Vos, Señor, estar así
con nosotros, y estáis en el Sacramento (que con toda verdad se puede creer,
pues es verdad, y con gran verdad podemos hacer esta comparación), y si no es
por nuestra culpa nos podemos gozar con Vos, y que Vos os gozáis con
nosotros, pues decís que vuestro deleite es estar con los hijos de los
hombres (Prov 8,31). ¡Oh
Señor mío! ¿Qué es esto? Siempre que oigo estas palabras me da mucho
consuelo, aun cuando estaba muy perdida. ¿Es posible, Señor, que haya algún alma que haya llegado a
que Vos le hagáis mercedes semejantes y regalos y haya entendido que Vos os
gozáis con ella, que os haya vuelto a ofender después de tantos favores y tan
grandes muestras del amor que le tenéis, de lo que no puede dudar, pues las
obras se han visto claras? Sí que la hay, por cierto, y no una vez, sino muchas, que
soy yo. Y quiera vuestra bondad, Señor, que sea yo sola la ingrata y la que
haya hecho tan gran maldad y tenido tan excesiva
ingratitud: porque incluso de esa ingratitud algún bien ha sacado vuestra
infinita bondad; y cuanto mayor es el mal, más resplandece el gran bien de
vuestras misericordias. ¡Y con cuánta razón las puedo yo para siempre cantar!
(Sal 88,2). Yo os suplico, Dios mío, que así sea y que las cante yo
sin fin, ya que habéis querido hacerlas tan grandísimas conmigo, que admiran
a los que las ven, y a mí me saca de mí muchas veces para poder alabaros
mejor a Vos; que estando en mí sin Vos, no podría, Señor mío, nada sino que
volverían otra vez a ser cortadas estas flores de este huerto, de suerte que
esta miserable tierra volviese a servir de muladar como antes (22) no lo
permitáis, Señor, ni queráis que se pierda alma que con tantos trabajos
comprasteis y tantas veces de nuevo la habéis vuelto a rescatar y arrancar de
los dientes del espantoso dragón. 12. V. me perdone, que salgo de propósito (23) y corno
hablo a mi propósito24 no se admire, pues lo que estoy escribiendo enciende
el alma, y a veces tiene que frenarse para no seguir en alabanzas de Dios,
pues escribiendo revive lo mucho que le debe. Y creo que no le disgustará a V., porque los dos creo que podemos cantar lo mismo, aunque de distinta
manera; porque es mucho más lo que yo debo a Dios, porque me ha perdonado más
(Lc 7,47), como V. sabe. COMENTARIOS: Autor: Jesús Marti Ballester 1 Es oración mística o infusa. Dinamismo del Don de
Sabiduría. 2 Quedan suspendidas en el cuarto grado de oración, o
cuarta agua. Es el éxtasis, donde las potencias quedan suspendidas o “se
pierden”. 3 Propio del cuarto grado de oración, o tercera agua:
quedan dormidas es el “sueño de potencias”. 4 La voluntad suavemente es introducida en ocio santo y
suavidad sabrosa. 5 La memoria en santa Teresa como en san Juan de la Cruz
equivale a imaginación, pues es la potencia que más participa de la parte
somática del hombre, y por eso es menos cautivable,
por la mayor fluctuación de su actividad. 6 “No quieras enviarme de hoy más ya mensajero...” (San
Juan De La Cruz, Cantico espiritual). 7 Sí, así lo dejo, porque tal satisfacción es
‘sustancial”, llega al ser del alma, es en lo íntimo, y no “está”, que no
parece llegar a la sustancia y raíz. 8 En la Edad Media se pone de relieve el orden personal principalmente
al distinguir entre una acción general sobre la esencia del hombre en
conjunto y una acción especial, que se confiere con Vistas a las tareas y
actividades específicas de los diversos hombres (AUER-RATZINGER,
El evangelio de la gracia, Herder, 1982, 239). ¿De dónde le viene a Teresa el
conocimiento de las dos especies de gracia y la denominación de auxilio, o
ayuda? Sin duda del magisterio de Báñez, tomista
opositor de Luis de Molina S.J. sobre la doctrina de la gracia y contrincante
suyo en las controversias “de auxiliis”. La
contemplación sería un regalo de gracia actual particular al hombre, en
atención a una mayor unión con Dios y a una misión concreta y aportación
exterior o interior de savia o de actividad eclesial. 9 San José de Ávila. 10 En Vida 32-33. 11 La gracia de saber decir el misterio: Mistagogía o elocución mística. 12 Es el árabe hablado por los españoles en su tiempo, que
equivaldría a decir hablar en chino. 13 He oído a Rodolfo Halfter que
su música la componía en el misterio, sin usar la lógica, por intuición, y
los más difíciles pasajes así se resolvían. Terminado de componer no creía
haberlo compuesto él. “Creo en el misterio”, decía. Misterio natural,
inspiración sin explicación lógica. En Teresa la inspiración es sobrenatural.. Esta huerta, que lo es tanto, como vergel, es el huerto
del monasterio, donde, junto a los árboles frutales, manzanos, nísperos,
higueras y limoneros, hay también arriates de claveles y geranios, con
rosales, madreselvas y jazmines. Pero la floración principal aquí es de los
árboles que tras la flor dan fruto. 15 “Oyeron los pasos de Yavé,
Dios, que se paseaba por el jardín, entre los árboles del jardín” (Gén 3,8). “Mi amado apacienta su rebaño entre los lirios”
(Cant 2, 16). “Entre mi amado en su vergel y coma
sus frutos exquisitos” (Cant 4,16). “Mi amado ha
bajado a su jardín” (ib, 6,2). 16 “Mi nardo exhala su perfume” (Cant
1,12). “Como el cinamomo y el aromático aspálato he dado mi aroma, y como
mirra escogida expandí suave olor” (Si 24,15). “Echa la higuera las yemas de
sus higos, las viñas en flor exhalan su perfume” (Cant
2,13). 17 “Floreced como lirio, exhalad suave olor y entonad un
cántico de alabanza, bendecid al Señor por todas sus obras” (Si 39,14). 18 Es el tiempo de la sequedad y aridez de la noche tan
necesaria para que se realice la obra divina, superada la humana. 19 En la noche pasiva de los sentidos el Señor cura con
tentaciones, sequedades y caídas (cf SAN JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, 6,8). Quitar de raíz define la eficacia de la gracia sanante ,
por la que, vicio arrancado de raíz, ya no puede retoñar. Ya no es, pues, el
desgaje de una u otra rama, sino sacar de cuajo el origen del mal. 20 Porque el alma experimenta aquí que sin Dios no puede
nada; experimentar, que no es lo mismo que conocer en teoría. Esta
experiencia positiva por cuanto que humilla. 21 Cuando todo parecía perdido se encuentra el alma con
una vida renovada en Cristo por el Espíritu. 22 “Ver que en un muladar tan sucio y de mal olor hiciese
huerto de tan suaves flores... No las vuelva yo a arrancar y vuelva a ser la
que era” (Vida 10,9). 23 Sale del tema propuesto por García de Toledo, quien le
ha mandado escribir su vida y su modo de orar. 24 Su propósito en las líneas que está escribiendo es,
llena de fuego, alabar, arrepentida, a Dios, que ha sufrido que dejara la
oración y su ingratitud, convertida de nuevo en “muladar sucio y de mal
olor”. |
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |