“ENCOMENDARSE”,
DESPEDIDA Y GRACIAS AL AÑO VIEJO Y ESPERANZAS PARA AÑO NUEVO Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant QUERIDOS HERMANOS Y AMIGOS Nuevamente ya estamos deseosos de que termine un año y que comience
luego el otro, seguramente porque tenemos esperanza de que el año nuevo que
está a punto de llegar, sea mejor que el que se va y se cumplan ahora
aquellas cosas que tanto necesitamos, este anhelo parece ser el mismo de cada
fin de año, no obstante me resta una pregunta, que el próximo año sea mejor
que este o que yo sea mejor de lo que he sido el año que se va? Con todo, creo que es el tiempo de encomendarse, es
decir, ponerse bajo la protección de Dios, pedir su ayuda y confiar
plenamente en EL. 1. UN
PORVENIR DE ESPERANZA, UNA ESPERANZA VIVA EN EL SEÑOR Nos encontramos llenos de ilusiones, aguardamos mejores expectativas,
y nos gustaría saber ya cómo será el nuevo tiempo que comienza, pero, como
dice el profeta Jeremías; “No nos dejemos engañar por los profetas que hay
entre nosotros ni los que se dan de adivinos, y no hagamos caso de nuestros
soñadores que sueñan por cuenta propia, porque falsamente nos profetizan en
nombre de Dios. (Cfr. Jeremías 29, 8-9) y añade luego Jeremías estos hermosos
versos que nos viene muy bien para este minuto; “yo os visitaré (Dios) y
confirmaré sobre vosotros mi favorable promesa de volveros a este lugar; que
bien me sé los pensamientos que pienso sobre vosotros - oráculo del Señor -
pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza. Me
invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. Me buscaréis y me
encontraréis cuando me solicitéis de todo corazón; me dejaré encontrar de
vosotros” (Jeremías 29, 10-14) Durante un año nos suceden muchas cosas distintas, situaciones dulces
y otras amargas, algunos propósitos de años anteriores se cumplieron y otros
se quedaron postergados. Pero en todos los casos, en pocas oportunidades he
oído decir; “no creo que habrá otro año como este que termina”, entonces
digamos como el apóstol Pedro: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de
Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva”, y
el apóstol amigo íntimo de Jesús nos asegura que esta “esperanza viva” está
reservada en los cielos para nosotros, a quienes el poder de Dios, por medio
de la fe, protege para la salvación por lo cual rebosamos de alegría, aunque
sea preciso que todavía por algún tiempo estemos afligidos con diversas
pruebas. (Cfr.1 Pedro 1, 3-6) Dice el sabio, sobre la esperanza en Dios; “Vive en calma ante el
Señor, espera en él, no te acalores contra el que prospera, contra el hombre
que urde intrigas, desiste de la cólera y abandona el enojo, no te acalores,
que es peor y añade luego; “los que esperan en el Señor, poseerán la
tierra. (Salmos 37, 7-9). Y el Profeta
Isaías, nos añade; “Los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes
tropiezan y vacilan, mientras que a los que esperan en el Señor, él les
renovará el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y
andarán sin cansarse. (Isaías 40, 30-31) 2. APRENDER
DE LOS ERRORES DEL PASADO Y OLVIDAR EL PASADO También es cierto que al escarbar el día a día del año que se va,
encontramos instantes que debemos agradecer a Dios por haberlos vividos, no
obstante, queremos más. Seguramente queremos más, porque el hombre vive de la
esperanza y es bueno recordar algunos sinónimos de esta esperanza, confianza,
fe, seguridad, certeza, ilusión, expectativa, anhelo, confiar, creer,
aguardar, convicción, entusiasmo, etc., tal vez alguien encuentre más
sinónimos, pero de cualquier modo, para el año que viene, hay que
“encomendarse”, es decir confiarse a las manos de Dios a fin de lanzarse
(proyectarse) a lo que está por delante Dice san Pablo; No porque lo tenga ya conseguido sea ya perfecto, sino
que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo
alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía.
Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por
delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama
desde lo alto en Cristo Jesús. (Filipenses 3, 12-14) Reitero a San Pablo; “Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que
está por delante”. Pero antes de que
finalice el año que se va, y antes de olvidar lo dejado atrás, para proyectarse hacia adelante,
casi nunca lo hacemos, pero debiera ser necesario y conveniente al final de
cada período, antes de que llegue la medianoche, reflexionemos unos minutos y
hagamos un balance de los que fue este año que ya se va, pero no generalizado
o superficial, ojala sea de los 365 días vividos, y revisar lo que hicimos
con este año que despedimos, es un año más de vida, no deja de ser
importante. También no deja de ser importante, aprender de los errores del pasado,
ya que todo es para nuestro beneficio, para que podamos ser partícipes de la
santidad que Dios espera de nosotros, como dice el autor de los Hebreo; “para
provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad. Cierto que
ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce
fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. Por tanto, (ya es el
momento) levantad las manos caídas y las rodillas entumecidas y enderezad
para vuestros pies los caminos tortuosos”. (Cfr. Hebreos 12, 10-12) 3. NO
HAY PARA EL HOMBRE MÁS FELICIDAD QUE ALEGRARSE Y BUSCAR EL BIENESTAR EN SU
VIDA Escribe el sabio de Qohélet; “He considerado la tarea que Dios ha
puesto a los humanos para que en ella se ocupen. Él ha hecho todas las cosas
apropiadas a su tiempo; también ha puesto el mundo en sus corazones, sin que
el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin.
Comprendo que no hay para el hombre más felicidad que alegrarse y buscar el
bienestar en su vida”. (Eclesiastés 3,
10-12). Por cierto, el Señor es nuestro Dios de nuevos comienzos. Dios, está
siempre preocupado de sus hijos, Él está constantemente en disposición para
que tengamos una vida feliz y en disposición de mejorar la vida de todos, y
es así, como cada vez más el hombre mejora su calidad de vida. A lo largo de
la historia los hombres del pueblo de Dios, muchos de sus hijos predilectos
parecieron fallarle a Dios, porque los humanos no somos perfectos, sin
embargo, a pesar de sus errores, fracasos, o dificultades en la vida y en la
fe, Dios siempre mostro sus gran misericordia, y no ha dejado de tener
compasión por cada uno de sus hijos. Dios, o como nos enseñó Jesús “Padre”,
sabe todo sobre nosotros y lo que necesitamos, El reconoce nuestros sueños,
nuestros talentos, nuestras capacidades y deseos. Con todo, y a pesar de todo
cuanto hacemos y no hacemos, Él desea que nosotros tengamos una vida
abundante en él. Si hemos equivocado el camino en el pasado, el espera un cambio
nuestro para el futuro, y si sabemos
de cosas difíciles, solo quizás no lo logremos, pero junto a Él y con Él nos
podemos conseguir incluso más allá de lo que podríamos pedir o pensar. Para
Dios, no hay imposibles y desea lo mejor para todos y debemos confiar en él. 4. QUE
YO SEA MEJOR DE LO QUE HE SIDO EL AÑO QUE SE VA El nuevo año que viene, no será el fin como algunos les gusta
profetizar, al menos, no pensemos en eso porque nadie puede ser tan arrogante
como para suponer que sabe cuándo será ese día, en cambio, pensemos que será
el comienzo de un año floreciente y próspero, para todos aquellos que están
listos y dispuestos a aceptar que Dios se preocupa de todos, porque nuestro:
“Padre sabe lo que necesitamos antes de pedírselo. (Mateo 6, 8) Y es así, que me parece que ya finalizando el año, nos conviene
recordar que no debemos dejar deudas
para el próximo año, y que hay ciertos compromisos que debemos saldar antes
de que se termine este año, en especial los que se tienen con Dios, con los
familiares, amigos, vecinos y las deudas que se tienen con los demás.
Entonces, reflexionemos antes que se acabe el día, salgamos al patio, al
jardín, al balcón de la casa o simplemente miremos a través de la ventana de
nuestra hogar el camino que hemos recorrido este año que se nos va, y
reflexionemos sobre lo que podemos hacer el nuevo año que ya llega, con el
propósito de que yo sea mejor de lo que he sido el año que dejamos atrás. Y para el nuevo año que llega, que; “el Señor nos rocié con agua pura
para quedar purificados de todas nuestras impurezas y de todas nuestras
basuras nos purifique, que nos dé un corazón nuevo, que infunda en nosotros
un espíritu nuevo, que nos quite de nuestra carne el corazón de piedra y que
nos dé un corazón de carne. Que infunda su espíritu en nosotros y nos
conduzca según sus preceptos y nos de la capacidad para observar y practicar
sus normas, que podamos habitar la tierra en paz, que no dejemos de ser su
pueblo y que sea en nuestros corazones nuestro Dios”. (Cfr. Ezequiel 36,
25-28) Es necesario, y antes que acabe el año, pedir perdón a todos los que
en este caminar de mi vida, de alguna manera herí, moleste, no me preocupe de
él, le hice un desaire. Quizás más de alguno, necesitaba una respuesta y no
se la di, alguno necesitaba de mí ayuda y no se la di, alguno necesitaba una
palabra de aliento y me la guarde. A esos hermanos, desamparados, desolados,
desesperados, tristes, sin ilusión, y no les preste mi atención o pasé de
largo, porque tenía o no tenía motivos de prisa. Le pido disculpa a mis amigos y hermanos virtuales, les digo que nunca
me imaginé la cantidad de correos diario que podía recibir, estoy en gran
deuda con muchos de ustedes, me he visto sobrepasado y algunas veces no
alcanzo a dar respuesta a todo, pido mis disculpas. Le pido disculpa a mis hermanos cercanos, ya que es probable que no
haya sabido vivir como verdadero hermano, haya habido egoísmo, orgullo, tal vez
he ofendido a más de alguien. En efecto quiero, saldar cuentas con mi
prójimo, con mis hermanos, no quiero dejar deudas de este tipo para el
próximo año, quiero borrar todos los rencores, odios, resentimientos. Es mi
deseo terminar el año bien con todos. Es necesario poder decir que no guardo
malos sentimientos hacia ningún ser humano. Sinceramente, quiero pedirles perdón a todos los que le he fallado.
Entonces, podré dormir en paz la última noche del año que se va y despertar
en el nuevo año renovado para la nueva jornada de trabajo que se nos viene.
Así estaré, en condiciones para pedir a Dios, un gran año para hacer con Él y
por El grandes cosas, así estaré en condiciones para presentar mi plan de
vida para el nuevo año. Pero también, quiero expresar de que no deseo guardar rencor y es
necesario decir que mi corazón perdona a aquel que más desprecio me dio, al
que menos me ayudó cuando lo necesitaba, y sinceramente, a él, mis oraciones
al Señor. 5. AGRADECIMIENTO Antes que finalice el año, quiero
agradecer a mis amigos y hermanos, en especial a los que respondieron
a mis necesidades, aquellos que repartieron en mi mucho amor y gratos momentos de alegría, al que
me acompañó en un momento de angustia o incertidumbre, a aquel vino a
compartir mi pesar y desconsuelo, a aquel que se atrevió a enfrentar conmigo
duras realidades, a aquel que me lleno de ánimo y a todos los que me tuvieron
en sus oraciones a mí y a mi familia. Pero también, algo en extremo importante, a quien debe agradecer por
el año que se va a Dios, por todo el amor que recibí de Él, cuantas veces no
fui como El esperaba de mí, sin embargo con su infinita misericordia, Él fue
como siempre bueno conmigo, así es no quiero estar en deuda con El, por eso
“Gracias Señor”. Por tanto, mi alabanza al Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque ha querido darme grandes beneficios. Para El, (El Señor) todo
mi reconocimiento, agradecimiento, alabanza, gozo y admiración por su
presencia en nosotros, por la experiencia que nos hace vivir, por la paz y la
seguridad que tengo en El, por sabernos amado por El, amor que es un don, por
todo esto, te doy gracias Señor. 6. ORACIÓN
FIN DE AÑO Oh Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra, hoy, que
termina un viejo año 2013, quiero darte gracias por todo lo que nos has dado,
en especial por la vida, por el amor de nuestros amigos y nuestros hermanos,
por el aire que respiramos, por ver el sol de cada día, por tantas alegrías
en Ti, por la Paz y la Esperanza que recibimos de Ti, por la Fe que nos
entregas cada día, por tu perdón, tu misericordia. Gracias Señor por tu
generosidad, por tu bondad si límites. Gracias Señor Dios, por el Dios de
Jesucristo, cuyo amor a los hombres es
extenso e ilimitado, amigo que no nos abandona, nos alivia en nuestros
dolores y nos regala una verdadera Paz. Oh Padre nuestro, por todo los que
nos das cada día, te elogiamos, te cantamos y te honramos y, nos postramos
con alegría ante Tí en agradecimiento a Tú indescriptible comprensión, piedad
y misericordia, y ahora que llega este nuevo año 2014, te rogamos
humildemente que nos ayudes a perfeccionar en el amor hacia Ti, a nuestros
hermanos y en todas las virtudes. Te rogamos Señor, que para este nuevo año
que ya se inicia, nos hagas dignos de
siempre para agradecer y glorificarte junto a tu Hijo Jesucristo. Que vive y
reina, contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos ¡FELIZ AÑO NUEVO! Y “GRACIAS
SEÑOR” El
Señor nos bendiga y nos ayude en éste caminar Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Diciembre 2013 Fuente
de este artículo y sus comentarios. Textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ) Textos del Diccionario Teológico Ravasi Publicado en mí pagina WEB www.caminando-con-jesus.org en
este link. CRONICAS Y
COMENTARIOS |
……….