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LA HOMOSEXUALIDAD

Reflexión personal

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    ¿QUIÉN SOY YO PARA CRITICARLO?

Con respecto a la pregunta que le hicieron los periodistas al Papa Francisco sobre la homosexualidad, respondió: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos.”

Debo reconocer que este es un tema difícil, ya he escrito al respecto y se me ha pedido exponer ahora como católico que pienso de las personas homosexuales y como se debe tratar esto. En este sentido, este artículo es muy personal y representa mi propia reflexión sobre este tema. No obstante, creo que el Papa Francisco dio una respuesta muy clara y estoy muy de acuerdo con su planteamiento, pero creo que no se le debe sacar de contexto para opiniones que favorezcan la práctica permisiva de la homosexualidad.

2.    ACLARACION DEL TEMA

El primer punto que deseo aclarar, es que este artículo no pretende insinuar ataque u ofensa a las personas que tienen personalidad homosexual, tampoco es mi propósito promover la discriminación o el apoyo a la actividad homosexual. Para mayor claridad, hay muchas cosa que no se promueven y no se aceptan, como por ejemplo, un cristiano, no apoya ni promueve la pobreza, pero si tiene compasión de ella.

No obstante, como hombres libres porque así nos hizo Dios, tenemos la soberanía de opinar, sin embargo,  nuestra moral nos pide que al poner nuestros puntos de vistas, cuidémonos de no herir y no ofender.

Bajo la premisa anterior, podemos “poner sobre el tapete”, sobre lo que hemos aprendido como cristianos y como católicos, que es para nosotros la homosexualidad y si nos corresponde discriminar o solidarizar con las personas que tienen tendencias homosexuales. Por otra parte, conozco, ya no se ocultan como antes,  personas de esa tendencia tanto en el mundo laico como religioso. Ciertamente, algunos se da a conocer como tal, otros, lo guardan como secreto a voces, pues  algo que todos saben pero que no lo hablan abiertamente por no ofender o por miedo de hablar.

3.    QUIEN ES UN HOMOSEXUAL

Para comenzar a plantear el tema, denominemos a lo homosexual, como un título genérico y como se entiende en general por la sociedad está forma de ser; "vida en desorden sexual" y la calificamos “a priori” como una desviación. Las desviaciones más comunes y las que se hacen públicas  son las que llevan al transexualismo, al travestismo, la bisexualidad y la homosexualidad. El mundo donde más protagonismo alcanza es en “farándula”. Luego en un mundo más sutil, se le denomina “Gay” y sus prácticas son más reservadas.

Un segundo aspecto a definir, es la perversión,  que lleva a la depravación y el desenfreno. Las perversiones más comunes son el, el sadismo, el masoquismo, el incesto, la pedofilia, etc. A las personas homosexuales, se les asocia esta forma de ser.

En todo caso, la deviación de atracción afectivo-sexual, se manifiesta en la persona que padece la desorientación de su sexo, en el sentido de sentir atracción por una persona del mismo sexo, siendo este hecho algo no normal si es con el deseo de experimentar la necesidad de fantasear actos sexuales por personas de su mismo sexo. Esta desviación puede estar causada por una perversión moral o por causas psicológicas. Algunas personas tratan de argumentar algunas hipótesis sobre ciertas predisposiciones que vienen desde el nacimiento de la persona, siendo la causa factores hormonales. Otras hipótesis, argumentan problemas de relaciones afectivas y sociales. Una cuarta opinión habla de eventuales factores genético o hereditarios. Finalmente también se explica sobre una fracasada identificación afectiva del niño o de la niña, alimentada por el trato maternal en el trato familiar.

En mi experiencia del trato e información de la actitud de los homosexuales, se observan personas compulsivas a la inclinación homosexual, personas que aborrecen el sexo opuesto y personas que sienten impulso casi irresistible hacia las personas del mismo sexo. En todo caso, muchos, además son heterosexuales y bisexuales. En las noticias que nos llegan habitualmente sobre esta práctica, hay personas que viven del uso del sexo como aventura, dinero o falta de pareja de otro sexo, pero conservan las tendencias heterosexuales. En todos hay que diferenciar la tendencia hacia el propio sexo, y el acto homosexual, indistintamente que este sea por deseo o pensamiento consentidos, o el acto externo sexual.

4.    LOS EFECTOS MORALES

En la sociedad actual, las personas de deviación homosexual y las personas de personalidad homosexual, ya no tiene vergüenza o tanta timidez en manifestar su condición, otras aunque traten, no pueden disimular que lo son, y en esto, encontramos personas laicas y religiosas, por cierto, los religiosos son los más criticados, y por lo general son los que hoy más se cuidan de no ser descubiertos, no obstante, hoy ya se habla mucho de que tal persona se le nota o su conducta hace pensar que es. Pero en esto, hay que hacer una diferencia, sobre la tendencia y sobre el acto mismo.

En efecto, he conocido a una persona, que me declaró su tendencia homosexual, pero no se consideraba como tal porque nunca había consumado un acto sexual con alguien del mismo sexo y que además no se dejaba llevar por pensamientos sexuales, y él practicaba la castidad. Por tanto, podemos afirmar que una persona es homosexual si practica actos sexuales externamente consumados o si también deseos y pensamiento plenamente sufridos. En este caso, son básicamente actitudes desordenadas, es decir, moralmente incorrectas.

5.    LO QUE DICE LA SAGRADA ESCRITURA

No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.  (Levítico (SBJ) 18)

Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: (Lev 20,13)

“Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.  (Romanos 1,27)

¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,…..heredarán el Reino de Dios. (1 Corintios  6,9-10)

6.    LO QUE DICE EL MAGISTERIO

De la Declaración Persona humana sobre Ética Sexual: (29-12-1975)   

“Indudablemente esas personas homosexuales deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios.  (cf. Rom 1,24-27). Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen de esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus manifestaciones; pero atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso”

Del Catecismo de la Iglesia Católica:

"La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. “Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que 'los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados'.  Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso". (CIC 2357)

De la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales (1-10-1986)

“Sin embargo, en la actualidad un número cada vez más grande de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar la condición homosexual, como si no fuera desordenada, y a legitimar los actos homosexuales. Quienes dentro de la comunidad de fe incitan en esta dirección tienen a menudo estrechos vínculos con los que obran fuera de ella. Ahora bien, estos grupos externos se mueven por una visión opuesta a la verdad sobre la persona humana, que nos ha sido plenamente revelada en el misterio de Cristo. Aunque no en un modo plenamente consciente, manifiestan una ideología materialista que niega la naturaleza trascendente de la persona humana, como también la vocación sobrenatural de todo individuo”. (Art. 7)

“Dentro de la Iglesia se ha formado también una tendencia, constituida por grupos de presión con diversos nombres y diversa amplitud, que intenta acreditarse como representante de todas las personas homosexuales que son católicas. Pero el hecho es que sus seguidores, generalmente, son personas que, o ignoran la enseñanza de la Iglesia, o buscan subvertirla de alguna manera. Se trata de mantener bajo el amparo del catolicismo a personas homosexuales que no tienen intención alguna de abandonar su comportamiento homosexual. Una de las tácticas utilizadas es la de afirmar, en tono de protesta, que cualquier crítica, o reserva en relación con las personas homosexuales, con su actividad y con su estilo de vida, constituye simplemente una forma de injusta discriminación”. (Art. 8)

7.    LO QUE PIDE LA IGLESIA

De la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales (1-10-1986)

“Las personas homosexuales, como los demás cristianos, están llamados a vivir la castidad. Si se dedican con asiduidad a comprender la naturaleza de la llamada personal de Dios respecto a ellas, estarán en condición de celebrar más fielmente el sacramento de la Penitencia y de recibir la gracia del Señor, que se ofrece generosamente en este sacramento para poderse convertir más plenamente caminando en el seguimiento de Cristo”. (Art. 11)

“Un auténtico programa pastoral ayudará a las personas homosexuales en todos los niveles de su vida espiritual, mediante los sacramentos y en particular a través de la frecuente y sincera confesión sacramental, mediante la oración, el testimonio, el consejo y la atención individual. De este modo la entera comunidad cristiana puede reconocer su vocación a asistir a estos hermanos y hermanas, evitándoles ya sea la desilusión, ya sea el aislamiento”. (Art. 14)

La Iglesia ofrece para la atención a la persona humana, el contexto de lo que hoy se siente una extrema exigencia, precisamente cuando se rechaza el que se considere la persona puramente como un “heterosexual” o a un “homosexual” y cuando subraya que todos tienen la misma identidad fundamental: el ser creatura y, por gracia, hijo de Dios, heredero de la vida eterna.

8.    RAZONEMOS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS FUNCIONES EL SER HUMANO

Supongamos que en una Isla, todos los habitantes son homosexuales y abstienen de tener actividad sexual con una persona del sexo opuesto, porque están absolutamente lejos de la finalidad procreativa que es propia del acto sexual humano, pasado un cierto tiempo, las personas de modo natural se van extinguiendo, por edad o enfermedad, entonces llegaría el día en que en esa Isla se extinguiría la raza humana. Ciertamente, el sexo desordena la perpetuación de la especie. Si la práctica homosexual fuera lícita y todos la practicasen equivaldría al suicido de la humanidad.

Cuando se es homosexual, se obstaculiza  la complementariedad que existe entre el varón y la mujer. En efecto, por naturaleza, dos personas de sexo opuesto son complementarios fisiológicamente, en el sentido de las funciones el ser humano, esto es son complementarios genitalmente y en cuanto a sus células sexuales tales como el óvulo y espermatozoo.

Cuando se es homosexual, se obstaculiza o se opone a la sabiduría creadora de Dios, en el sentido que debido a la complementariedad entre el varón y la mujer que permite continuar con la creación. Por tanto, la homosexualidad es enemiga y contraria a la perpetuación de la especie y no favorece la reproducción, por tanto la descendencia de nuevos hijos a la sociedad.

9.    RAZONEMOS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA ENSEÑANZA DE LA IGLESIA

Algunos homosexuales, afirman que su tendencia homosexual es voluntaria, que nadie los ha obligado a tener esa personalidad, y por tanto pueden llevar su vida como les parece, en este caso, es un acto desordenado, pues promueve el desorden. Este caso, tenemos que calificarlo religiosamente como una vida de pecado. No obstante, otras personas, muestran tendencias homosexuales involuntarias o instintivas, entonces alegan que no han elegido su condición homosexual, y están dispuestas a vivir una auténtica prueba.

La carta a los Obispos de la Iglesia Católica  sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, punto 3, expresa que: “Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada. Quienes se encuentran en esta condición deberían, por tanto, ser objeto de una particular solicitud pastoral, para que no lleguen a creer que la realización concreta de tal tendencia en las relaciones homosexuales es una opción moralmente aceptable.”

Al respecto el Catecismo de la Iglesia Católica, en su apartado nº 2358 expresa:

“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.”

Y más adelante el Catecismo de la Iglesia Católica, en su apartado nº 2359 pide:

“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.”

10.  QUE DEBEMOS HACER LOS CATOLICOS

Me parece interesante, evitar desde todo punto de vista la humillación de la persona de tendencia homosexual. También me parece necesario educar a las personas de tendencia homosexual sobre lo que enseña la Iglesia y permitirles que se acerquen a ella, y que gradualmente busquen la perfección cristiana. Es decir, apoyarlos con una amistad desinteresada y en oración.

Las personas homosexuales, deben tener su dignidad, y ser tratadas con  dignidad, no obstante el homosexual debe respetar a los que piensan distinto a él y abstenerse de coaccionar y estrechar vínculos con personas que no tienen el grado de madures para optar a esa tendencia.

A los homosexuales, no se las debe discriminar pastoralmente, ya que no es conveniente, porque que muchos homosexuales bien acogidos, pueden revertir su condición o porque nos podemos topar con persona que tienen tendencias homosexuales, pero no la practican. Hay que tener en cuenta, que existen personas con tendencia homosexual, que procuran tener una vida casta, y eso no se lo podemos impedir.

No podemos reducir los derechos fundamentales que tienen los homosexuales, tales como el trabajo, el estudio, la salud, etc.

11.  QUE DEBEN HACER LOS CATOLICOS HOMOSEXUALES

A causa de su homosexualidad, deben abstenerse de comportamientos externos fríamente desordenados, que sean contrarios al bien común, motivando a imitar su conducta a los más débiles, física o moralmente.

Deben abstenerse de las prácticas que promuevan las enfermedades contagiosas que puedan causar riesgos a personas sanas.

Para evitar dudas y discriminación, no elegir tareas tales como custodia de niños y las actividades docentes.

Deben considerar un estilo de vida reservada, y no lucirse públicamente como tal. En este sentido, los católicos homosexuales, deben ser conscientes  de no manipular la sociedad y a la misma Iglesia para lograr la aprobación de sus comportamientos homosexuales. Me parece que este es lo que el Papa condena como lobby cuando dice; “El problema es hacer un lobby. De esta tendencia o lobby de los avaros, de los políticos, de los masones... Tantos lobbys. Este el problema más grande". En este sentido, si ellos piden tolerancia, esta debe ser recíproca, ya que la Iglesia, considera que la practica homosexual, no es moralmente admisible, pero está dispuesta a la acogida misericordiosa de todos los seres humanos.

Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más”.  (Juan 8,11)

Unidos en la oración

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Publicado en mi página WEB www.caminando.con-jesus.org en esta sección:

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