“LA SUPERIORIDAD DEL AMOR”

Comentario a la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 1 Cor 12, 31-13, 13

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


1.    UN AMOR QUE TRASCIENDE TODO LO CREADO Y SE REMONTA HASTA EL CREADOR.

No es ninguna exageración decir que la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 1 Cor 12, 31-13, 13, es una de las páginas más bellas de toda la Sagrada Escritura. No sólo por su contenido, sino incluso por su forma literaria, en estilo rápido y lleno de vida: un verdadero himno al amor, la caridad, la misericordia, la compasión, la humanidad por todo nuestros hermanos, todos hijos de Dios. Es así como nos lo ha pedido el amado Jesús, “Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros” (Jn 13,34).

El amor de cual habla aquí, el Apóstol San Pablo, aunque parece mirar sobre todo al prójimo (a tu prójimo como a ti mismo, Lc 10,27), no es ese amor o simpatía que nos nace a veces espontáneamente en nosotros, buscando el bien de otros hombres, sino que es un amor que trasciende todo lo creado y se remonta hasta el mismo Creador, esto es, tiene su raíz en Dios, que fue quien “nos amó primero” (1Jn 4,19)  a cuyo amor trata de corresponder. En ese arranque de amor a Dios, como no puede ser menos, van incluidos también todos los hombres a quienes El tanto ha amado, “él nos amó y nos envió a su Hijo” (Jn 4,10), para que todos fuéramos hermanos en Jesús y haciéndonos además saber qué; “quien ama a Dios, ame también a su hermano” (Jn 4,21), pero hermanos de verdad, sin distinción de razas ni simpatías naturales, hasta el punto de que el amor a Dios y el amor al prójimo no son sino dos manifestaciones de un mismo amor. Por eso el Apóstol San Pablo  aquí, propiamente, no distingue y en la descripción de las cualidades de la caridad se fija en el amor al prójimo; pero luego, al final, une la caridad con la fe y la esperanza y dice que, al contrario que éstas dos virtudes,El amor no pasará jamás”, sino que se prolongará en un perpetuo abrazo de estrecha unión con Dios: conoceré como Dios me conoce a mí”.

2.    EL AMOR TIENE ABSOLUTA SUPERIORIDAD SOBRE TODO LOS CARISMAS

Y es así como apunta el Apóstol a la necesidad que tenemos de amar, poniendo  la caridad en una absoluta superioridad sobre todos los carismas; “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe”.  En estilo difícilmente superable, cargado de lirismo, dice que ni el don de lenguas, ni el de profecía, ni los de sabiduría o ciencia, ni la fe que hace milagros, ni las obras de beneficencia con todos sus heroísmos, nos aprovecharán nada si no tenemos amor.

Por tanto, todos estos carismas pueden de suyo ser concedidos también a pecadores, y, por ende, si están separados de la hermandad, de nada nos valdrán a nosotros en orden a conseguir la vida eterna.

Es de notar la expresión “lenguas de ángeles,” especie de amplificación para indicar que ningún don de lenguas, ni aun el más sublime y elevado que pudiéramos imaginar, vale nada sin el amor. En cuanto a la expresiónuna campana que resuena o un platillo que retiñe”,  es posible que el Apóstol piense en aquellas campanas e instrumentos sonoros de que se servían los adivinos y pitonisas en los templos idolátricos durante sus adivinaciones, en las que había mucho ruido, pero nada positivo.

Subraya también el Apóstol San Pablo: Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo para hacer alarde, si no tengo amor, no me sirve para nada”,  quizá, resulta a primera vista un poco extraño, pues no se concibe el martirio sin amor. Por eso muchos autores interpretan esto en sentido de hipótesis irreal, igual que en Gal 1:8-9, como diciendo: “dado, y no concedido, que alguno, sin tener caridad, se hiciera quemar por la fe, este acto sumamente heroico de nada le valdría”

3.    LAS PROPIEDADES O CARACTERÍSTICAS DEL AMOR

Después de este canto a la necesidad del amor, viene la segunda parte del himno en que se describen las propiedades o características del amor que constituyen su belleza moral; El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”

La mayoría de los términos con que designa esas propiedades son ya, de por sí, suficientemente claros, “es paciente”, por supera en paz los  trabajos y contratiempos que se le presenta, “es servicial”, por su utilidad y disposición a los demás, “no es envidioso”  cuando ve que a otros le va bien y es amado por sus hermanos,no hace alarde”, evitando hablar y obrar arrogantemente que si no es por mí, nadie más lo hace, “no se envanece”, evitando incluso el pensar alto de sí mismo y sentirse más importante que los demás, “no procede con bajeza”, porque no está dispuesto a hacer  miramiento con el prójimo, “no busca su propio interés”, es decir no  busca el beneficio propio, “no se irrita, si las cosas no salen a su gusto, porque acepta la voluntad de Dios, “no tiene en cuenta el mal recibido”, es decir, no toma en cuenta el mal, que es lo contrario del espíritu de venganza,no se alegra de la injusticia”, es decir no hace leña del árbol caído, aunque ello traiga alguna ventaja momentánea, y le ayude a uno justificar sus actos,  “sino que se regocija con la verdad”,  es decir participa de la alegría que siente Dios y todos los hombres buenos cuando las cosas van por el recto camino. “El amor todo lo disculpa”, porque es capaz de tapar cuanto puede de los defectos del prójimo, “todo lo cree, todo lo espera”, porque tiene tendencia a suponer en todos una recta intención, “todo lo soporta, en especial si fallan esas esperanzas y surgen contratiempos, todo lo soporta pacientemente. En verdad, puede muy bien decirse que el amor, la caridad resume en sí todas las demás virtudes, que no son sino modalidades diversas de una misma caridad y de un idéntico amor.

4.    EL AMOR NO PASARÁ JAMÁS

El Apóstol habla luego sobre la duración por siempre de la caridad: todo pasa, “Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá”,  incluso la fe y la esperanza pasarán, pues ante la visión y posesión de Dios quedarán sin objeto; sólo el amor permanecerá eternamente, gozándose de la unión directa y estrecha con el objeto amado. “Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas”. Finalmente, San Pablo nos vuelve a recalcar la idea del principio, o sea, la superioridad del amor. Esa mención conjunta de las tres virtudes teologales, que constituyen como el eje de toda la vida cristiana mientras nos hallemos de camino por este mundo: “En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor”.

“Y adonde no hay amor, ponga amor, y sacará amor” (San Juan de la Cruz)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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