http://benditoseas.50webs.com/images/lobo-piel-de-cordero.jpg

“NO TODO EL QUE DICE SEÑOR,  SEÑOR, ENTRARÁ EN EL REINO DE LOS CIELOS”

¿SERÉ YO UNO DE ELLOS?

Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de los falsos profetas”

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1. CUIDARSE DE LAS MANERAS ERRADAS DE IMITAR A CRISTO (De San Alberto Hurtado)

En una conferencia a alumnos y profesores de la Universidad Católica en 1940, San Alberto Hurtado expuso: Otro grupo de personas creen imitar a Cristo preocupándose, al extremo opuesto, únicamente de la observancia de sus mandamientos, siendo fieles observadores de las leyes divinas y eclesiásticas. Escrupulosos en la práctica de los ayunos y abstinencias. Contemplan la vida de Cristo como un prolongado deber, y nuestra vida como un deber que prolonga el de Cristo. A las leyes dadas por Cristo ellos agregan otras, para completar los silencios, de modo que toda la vida es un continuo deber, un reglamento de perfección, desconocedor en absoluto de la libertad de espíritu.

El foco de su atención no es Cristo, sino el pecado. El sacramento esencial en la Iglesia no es la Eucaristía, ni el bautismo, sino la confesión. La única preocupación es huir del pecado. E imitar a Cristo para ellos es huir de los pensamientos malos, evitar todo peligro, limitar la libertad de todo el mundo y sospechar malas intenciones en cualquier acontecimiento de la vida. No; no es ésta la imitación de Cristo que proponemos. Esta podría ser la actitud de los fariseos, no la de Cristo.

Nuestra religión no consiste,…..en una sola lucha fría y estéril contra el pecado……Nuestra imitación de Cristo consiste en vivir la vida de Cristo, en tener esa actitud interior y exterior que en todo se conforma a la de Cristo, en hacer lo que Cristo haría si estuviese en mi lugar. Lo primero necesario para imitar a Cristo es asimilarse a Él por la gracia, que es la participación de la vida divina. Y de aquí ante todo aprecia el bautismo, que introduce, y la Eucaristía que alimenta esa vida y que da a Cristo, y si la pierde, la penitencia para recobrar esa vida...Y luego de poseer esa vida, procura actuarla continuamente en todas las circunstancias de su vida por la práctica de todas las virtudes que Cristo practicó, en particular por la caridad, la virtud más amada de Cristo…..a hacer una operación con la delicadeza de Cristo..., a tratar a sus alumnos con la fuerza suave, amorosa y respetuosa de Cristo, a interesarse por ellos como Cristo se interesaría si estuviese en su lugar. A viajar como viajaría Cristo, a orar como oraría Cristo, a conducirse en política, en economía, en su vida de hogar como se conduciría Cristo.

Este es el catolicismo de un Francisco de Asís, Ignacio, Javier, y de tantos jóvenes y no jóvenes que viven su vida cotidiana de casados, de profesores, de solteros, de estudiantes, de religiosos, que participan en el deporte y en la política con ese criterio de ser Cristo. Éstos son los faros que convierten las almas, y que salvan las naciones. (Nuestra imitación de Cristo, Un fuego enciende otro fuego, página 131, Universidad Católica de Chile)         

2. CUIDADO CON LOS QUE ENSEÑAN LOS PRECEPTOS DE HOMBRES DEJANDO A UN LADO LOS MANDAMIENTOS DE DIOS

En el relato de Mateo 15, 1-9, se nos expone la diferencia entre los mandatos del Dios y las enseñanzas de los hombres. Los fariseos, nuevamente se presenta para acusar a los que siguen a Jesús, se acercan a él y le dicen: “¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los antepasados?;  (Mt 15,2)….entonces el Señor de forma muy dura les da una respuesta, ya que estos religiosos, pone de lado la Palabra de Dios, tratando de disminuirle fuerza, queriendo invalidarla, entonces él les responde; “Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.  (Mt 15, 6-9). En el relato de Marcos lo dice de esta forma: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.  En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.  Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.  (Mc 7, 7-9).

Estos fragmentos evangélicos, nos deben hacer pensar con seriedad, porque podemos estar en el error de que estamos siendo acompañados de preceptos o influencias que impiden que la Palabra de Dios llegue con la verdadera fuerza y autoridad y no hace el efecto en nuestra vida del modo como Dios quisiera, por eso Jesús llamó a la gente y les dijo: “Oíd y entended. No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.  Entonces se acercan los discípulos y le dicen: “¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?” Él les respondió: “Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.  (Mt 15, 10-14)

Ciertamente, Jesús les hablo muy fuerte a los fariseos de ayer y son palabras muy actuales a los de hoy que aún están en medio de nosotros: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!  ¡Ay de vosotros, guías ciegos, ……… ¡Serpientes, raza de víboras!  (Mt 23 13 al 39)

3. CUIDADO CON LOS QUE PREDICAN EL PERDÓN, PERO VIVEN CONDENANDO

Exponiendo este tema, alguien una vez trato de increparme con la típica expresión ¡Y dale otra vez con los fariseos!, como si estos ya no vivieran entre nosotros. Ciertamente los escribas y fariseos fueron unos religiosos que vivieron ya hace muchos años, pero ¿Por qué tantos relatos sobre los fariseos?  Pienso que estos pasajes, nos muestran que esta forma de ser está muy presente en el mundo hoy en día y más aún en medio de nosotros y lo peor, ocupando en algunos sitios puestos de autoridad, y como están influenciado de mala manera, hay que descubrirlos con la misma Palabra, reflexionada y rezada, a fin de que en unión con nuestro Señor, se nos aclare e ilumine para ver esta realidad.

Un ejemplo, lo tenemos cuando los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio y la ponen en medio de Jesús para que la condene (Jn 8, 3-10), pero no obstante, Jesús les descubre su artimaña  respondiéndole; Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra………. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?” Ella respondió: “Nadie, Señor.” Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más”.  Parece, que ayer y hoy, hay muchos que nos escuchan la Palabra de Dios y no logran comprender que “Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. (Jn 3,17)

Así, para aclararnos mejor, reflexionemos en el Evangelio de san Juan estas palabras;  “Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado. ¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi Palabra………… a mí, como os digo la verdad, no me creéis. …… El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios (Jn 8).  (Jn  8, 42-47).

4. “TENGAN CUIDADO DE LOS FALSOS PROFETAS” Mt 7, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, Al peligro del camino ancho con senda a la perdición, puede unírsele aquí el peligro que para lo mismo aportan los falsos profetas. El falso profeta o profeta de mentira era conocido en la vieja historia de Israel.

Siempre la ambición, el falso celo o la enfermedad hizo surgir este tipo de personas. Jesús hablará y profetizará varias veces la presencia de estos falsos que pretenden de seducir al pueblo.

Esto toca de algún modo a los fariseos en su momento histórico. Aunque estos no eran profetas. La aparente austeridad externa de su vida, aunque fuesen sepulcros blanqueados, había hecho de ellos los rectores espirituales del pueblo. Pero los fariseos eran los grandes enemigos de Jesús y su doctrina, hasta el punto de anular con sus tradiciones el precepto de Dios (Mc 7:9) en su lucha antimesiánica contra el reino de Jesús. Ni entraban (ellos) ni permitían entrar a los que querían entrar (Mt 23:23). Eran guías ciegos que llevaban al pueblo al abismo (Mt 15:14). Más para su valoración da un control de exactitud: los frutos. De los fariseos dice Jesús: No los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen  (Mt 23:3).

El discernimiento del verdadero y falso profeta, en sus días, era una de El discernimiento del verdadero y falso profeta, en sus días, era una de las preocupaciones dominantes. También lo es hoy, porque el cristiano consagrado a Dios puede ser un falso profeta, entonces es necesario que nos examinemos, así es, en conciencia debemos analizarnos si somos falsos o verdaderos profetas.

¿Qué tanto estamos comprometidos en la instauración del Reino?, ¿Hablamos nuestra palabra y con nuestra vida en nombre de Dios?, quizás nuestra consagración a Dios nos hace parecer como profetas del Señor, pero íntimamente ¿respondemos a esa realidad? Seremos cuidadosos de los falsos profetas, pero también nos preocuparemos de no serlo.

5. CONOCERÉIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.  (Jn 8,32)

La palabra de Dios es lo más grande, lo más destacada, es sobresaliente, y Jesús nos ha dicho: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos,  y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.  (Jn  8,32). Pero de que queremos ser libre?, es una pregunta que debemos responder en oración, para que se nos aclare si deseamos ser libres para elegir a quien verdaderamente seguimos, a Jesús, libres para seguir la Palabra y caminar junto a Jesús, porque él es la verdad y él nos hace libre.

No dice San Pablo; “Tu, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. (2 Tim 3, 16-17)

Ciertamente, es más fácil mirar los errores de los otros que los nuestros, exigimos a los demás una vida santa, y cualquier cosa que le pase al otros, le conformamos diciéndole, que esa es la voluntad de Dios, como si supiéramos lo que Dios piensa sobre determinada persona. Pero lo que tenemos que hacer, es todo a la manera de Dios, con la Palabra de Dios, del mismo modo como nos las enseño el mismo Hijo de Dios. San Alberto Hurtado decía; “Que haría Cristo en mi lugar”

6. NO SON LOS QUE ME DICEN: SEÑOR, SEÑOR, LOS QUE ENTRARÁN EN EL REINO DE LOS CIELOS

Quizá a los hombres pueden engañar, pero no a Dios, por eso, habiendo algunos que muestran que hacen cosas agradables a Dios, Jesús les da una advertencia importante, “No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mt 7, 21-29)

Si se descubren los profetas verdaderos y falsos, también se pueden distinguir los cristianos falsos y verdaderos. No basta creer lo que Jesús enseña, hay que ponerlo por obra. En los hombres justos, la justicia tenía que superar a la de los escribas y fariseos (Mt 5:20), porque de ellos dice: Haced y guardad lo que os digan. Pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen (Mt 23:3). El control de autenticidad cristiana en el Reino está en las obras. Así, todo el que escucha de verdad las palabras de Jesús y las pone en práctica, es el cristiano auténtico. Ni vale como excusa el haber profetizado en su nombre o el haber exorcizado demonios o el haber hecho milagros. Y si no tiene caridad, nada es, (Cfr 1 Cor 13:1-3).

Con su Palabra, nuestro Señor Jesús, nos advierte, como reconocer a aquellos que aparentan llevar una buena vida en las palabras, pero en los hechos y en sus obras no son ejemplos de nada. Esto, porque los hechos y las palabras son necesarias de cumplir por igual a los que sirven al Señor. Y aún hay más exigencia, una y otra cosa son necesarias, pero estas deben ir acompañada de la aceptación y del cumplimiento de la voluntad de Dios. Jesús nos dijo: Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la Practican (Lc 11, 28)

7. CUIDARNOS DE NOS SER ENGAÑADOS POR LOS QUE HABLAN EN NOMBRE DE CRISTO

Es necesario entonces estar atentos para distinguir de los buenos y los malos maestros. Debemos en otras palabras, cuidarnos de no ser engañados por los que hablan en nombre de Cristo, pero entienden mal las verdaderas enseñanzas y las acomodan a su manera y sus estatus de vida.

Así es, como si confesamos nuestra fe, debemos vivir nuestra fe, es decir vivir según la palabra de Jesucristo, si no es así, no entraremos al Reino de los Cielos. El camino del Reino de los Cielos, incluye aceptación y obediencia a los propósitos y planes de Dios, y no se está caminando por El, por el solo hecho de repetir su nombre.

Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre. No es otra la voluntad del Hijo que la del Padre que está en los cielos, son palabras que hemos oído con mucho énfasis de Jesús. Pongamos nosotros el mismo empeño, el mismo interés y esfuerzo en imitar a Jesús, aceptando y haciendo la voluntad del Padre en los hechos y las palabras. Pero no dejemos de tener presente, que para pertenecer al Reino, no basta con invocar al Señor, aunque sintamos que lo hacemos con fe viva, es indispensable cumplir la voluntad de Dios y hacer una vida coherente a los principios y enseñanzas de Jesucristo.

Jesús ilustra y confirma la enseñanza propuesta. La imagen es una parábola, la descripción que hace san Mateo, no sólo es literariamente bella, sino que refleja exactamente el medio ambiente palestino. Su relato tiende a ilustrar genéricamente la idea central de los que, oyendo la palabra de Jesús, luego no la practican o no la ponen por obra.

Dice Jesús; Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Esto es frente a muchas dificultades, nuestra fe y nuestros principios no han de caerse y nuestra Iglesia permanece firme. La lluvia, representa el elemento que al unirse con la arena arrastra nuestros principios, pero si cae sobre roca, no le hace mella, los torrentes, representan los impulsos de avaricia, los vientos las soberbias. Estamos expuestos a encontrarnos con muchas dificultades, toda clase de peligros contra nuestra fe, pero el que se funda sobre Cristo, permanece en pie y ninguna adversidad lo derriba.

Nos dice Jesús: “Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica puede compararse a un hombre sensato” Es decir el que oye y práctica sus enseñanzas, es semejante a un varón prudente. Pero no se trata de alguien inteligente o intuitivo, con un gran sentido práctico, sino del que cree y obedece sus enseñanzas, el que pone en práctica los Evangelios, el que lleva en la práctica de su vida una vida religiosa. La conclusión es clara: la vida cristiana está sólidamente construida, como el edificio bien cimentado, si la fe se traduce en hechos, no en expresiones de deseos.

Pongamos entonces el Hágase tu voluntad que rezamos cada día en práctica y disposición de cumplirla, viviendo siempre conforme a ella y para que no nos sea tan difícil, alimentemos nuestro corazón de la Palabra de Dios con la lectura y comprensión de los Evangelios, para que sepamos bien lo que nos dice el Señor y que es lo que nos pide.

Muchas Bendiciones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Marzo 2012

Para esta reflexión, utilicé Textos bíblicos tomados de la Sagrada Biblia de Jerusalén (SBJ) y sus cometarios.

Publicado en este link, de  mi sección: CRONICAS Y COMENTARIOS

 

 

www.caminando-con-jesus.org

www.caminando-con-maria.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

---