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San Pedro,
autor: El Españoleto, fecha: 1618, Museo: Quadreria dei Girolamini de Nápoles SAN PEDRO, APASIONADO PREDICADOR Reflexión desde Hechos de los Apóstoles Autor: Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant 1. LOS QUE ACOGIERON SU PALABRA FUERON BAUTIZADOS.
AQUEL DÍA SE LES UNIERON UNAS 3.000 ALMAS. San Lucas, nos relata a través del Libro de los Hechos de los Apóstoles, un gran discurso de Pedro. “Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: “Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras……… Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas. (Hech 2, 14 al 41) Lucas nos da a conocer como fue creciendo nuestra Iglesia, lo que se dice de que “se bautizaron y se convirtieron aquel día unas tres mil personas”, llama un poco la atención, pues no hubiera sido tarea fácil bautizar en aquel mismo día tres mil personas. Es posible que la expresión “en aquel día” se refiera directamente a los que se convirtieron merced al discurso de Pedro, y que después fueron sucesivamente bautizados en aquel día o en los siguientes. 2. PEDRO TESTIMONIO VIVO DE CRISTO No obstante lo anterior, mi reflexión va en el sentido de que Pedro, con un prédica, se convierten 3.000 y yo he escuchado en mi vida mas de 3.000 prédicas y me parece que de ellas no se ha convertido nadie o muy pocos, entonce la pregunta es ¿Por qué? Creo que Pedro consiguió esto, porque el fue testimonio vivo de Cristo, en consonancia con lo que ya les había predicho el Señor; “y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra……. uno de ellos sea constituido testigo con nosotros de su resurrección. (Hech 1. 8.22). Es posible estimar que Pedro convivió unos mil días junto a su Maestro, camino con él, almorzó, escucho sus predicas, subió montañas con él, vio sus milagros, fue criticado y corregido por el mismo Jesús. También fue muy amado, perdonado y elegido para una gran misión, ser apóstol y cabeza de la Iglesia. Entonces para que se conviertan muchos hombres a Cristo y se hagan cristianos y luego estos, sería para mi mejor, se hagan católicos, hay que mirar un poco a Pedro y ser como Pedro, apóstol comprometido en seguir a Cristo y enamorado de él, y sin temor de repetirle al Maestro cuantas veces sea necesario; “Sí, Señor, tú sabes que te quiero. (Jn 21,15). 3. PEDRO DA TESTIMONIO DE LA RESURRECCIÓN Y
EXALTACIÓN DE CRISTO En el centro de la alocución, Pedro da testimonio de la resurrección y exaltación de Cristo, y girando en torno a esa afirmación fundamental, otras particularidades sobre la vida y misión de Cristo: “Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús de Nazaret, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos” (Hech 2, 22-23), para concluir exhortando a los oyentes a creer en él como Señor y Mesías; “Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado. (Hech 2, 36) En este discurso de Pedro, como, en general, en todos los discursos de los apóstoles fue ante auditorio judío y en su discurso Pedro da un realce extraordinario a la prueba de las profecías. Más que insistir en presentar los hechos, se insiste en hacer ver que esos hechos estaban ya predichos en las Escrituras. Reflexionando el término como Lucas presenta el relato en los Hechos de los Apóstoles, nos damos cuenta que la reacción de los oyentes ante el discurso de Pedro es muy parecida a la que habían mostrado los oyentes de Juan Bautista cuando les dice a los fariseos y saduceos: “Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente?” (Mt 3,7). Aquí Pedro les dice; “Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado”, es decir, ambos hablan con dureza y sin temor al mismo tipo de personas, que al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: ¿Qué hemos de hacer, hermanos?” (Hech 2, 36-37), Y También aparecen otros que siguen mostrando su oposición al mensaje de Cristo, contra los que Pedro previene diciendo: “Salvaos de esta generación perversa” (Hech 2, 40). 4. PEDRO PROPONE A LOS BIEN DISPUESTOS,
“ARREPENTIMIENTO” Y LA “RECEPCIÓN DEL BAUTISMO Lo importante, son las condiciones que Pedro propone a los bien dispuestos, que preguntan qué deben hacer, estas son el “arrepentimiento” y la “recepción del bautismo en nombre de Jesucristo”; Así es como Pedro les contestó: “Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hech 2, 38). Ese “don del Espíritu” no es otro que el tantas veces anunciado por los profetas en el Antiguo Testamento; “pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. (Jr 31:33) y prometido por Cristo en el Evangelio; “porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir”. (Lc 12;12), don que solía exteriorizarse con los carismas, pero que suponía una gracia interior más permanente que, aunque no se especifica, parece consistía, como se desprende del conjunto de las narraciones, en una fuerza y sabiduría sobrenaturales que capacitaban al bautizado para ser testigo de Cristo; “recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. (Hech 1, 8) 5. EL DISCURSO DE PEDRO TAMBIEN ES PARA
NOSOTROS. Esta “promesa” del don del Espíritu, de que habla Pedro, está destinada no sólo a los judíos, sino también a “todos los de lejos”; “pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.” (Hech 2, 39), aquí, es donde debemos sentirnos incluidos, porque en nuestro tiempo, el Señor nos llama a que busquemos su rostro, para que venga a nosotros su Reino. Esta expresión que presenta Pedro, es una evocación de Isaías poniendo alabanza en los labios: “¡Paz, paz al de lejos y al de cerca! - dice el Señor -. Yo le curaré. (Is 57; 19), y que claramente, no solo es para los judíos de la diáspora, (judíos que estaban lejos dispersados) sino a los gentiles, lo mismo que el Señor le dijo a San Pablo; "Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles". (Hech 22:21). Vemos, pues, que, contra el exclusivismo judío, San Pedro proclama abiertamente la universalidad de la salud mesiánica, cosa que, por lo demás, podíamos ver ya aludida en la cita: “Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños” (Hech 2,17). Únicamente que a los judíos está destinada “en primer lugar”; “Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades. (Hech 3:26), frase que usa también varias veces San Pablo (cf. 13:46; Rom 1:16; 2:9-10), y con la que se da a entender que el don del Evangelio, antes que a los gentiles, debía ser ofrecido a Israel, la nación depositaría de las promesas mesiánicas (cf. Rom 3:2; 9:4), como aconsejaba, además, el ejemplo de Cristo; “dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. (Mt 10; 6). Incluso después que el Evangelio se predicaba ya abiertamente a los gentiles, San Pablo seguirá practicando la misma norma: “Entró en la sinagoga y durante tres meses hablaba con valentía, discutiendo acerca del Reino de Dios e intentando convencerles. (Hech 19;8) 6. PEDRO EXIGE A LOS CONVERTIDOS QUE CADA
UNO SE HAGA BAUTIZAR Acerca del bautismo “en el nombre de Jesucristo,” que San Pedro exige a los convertidos: “Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo” (Hech 2, 38), es evidente que se trata de un bautismo en agua, igual que lo había sido el bautismo de Juan, pues Pedro está dirigiéndose a un auditorio judío, que no conocía otro bautismo que el de agua, tan usado entre los prosélitos y por el Bautista, y, por tanto, en ese sentido habían de entender la palabra “bautizaos.” La expresión “en el nombre de Jesucristo”, se repite varias veces en los Hechos y al parecer esta expresión es simplemente el modo de designar el bautismo cristiano para distinguirlo de otros ritos similares, como el del Bautista o el de los prosélitos y nos se contradice con la formula trinitaria, “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, (Mt 28, 19), pues la incorporación y como posesión por Cristo que supone la fórmula “en el nombre de Jesucristo,” está significando al mismo tiempo retorno al Padre mediante la acción del Espíritu. Pero el punto, es que a Pedro muchos le oyeron e hicieron los que el les pidió, acogieron su Palabra y fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas. (Hech 2, 14 al 41). Quizá la energía y el convencimiento de Pedro de que su prédica era una buena noticia, hizo que ocasionara este prodigio, quizá la gente notó en Pedro un hombre asombroso. Si Jesús se fijo en él, es porque confió en sus capacidades para dirigir y encabezar la proclamación de la Buena Noticia del Reino de Dios. 7. PARA QUE MUCHOS ALMAS SE UNAN A CRISTO,
HAY QUE MIRAR A PEDRO, Lucas nos relata de un Pedro “lleno del Espíritu Santo”, (Hech 4,8) y además valiente y del cual la gente estaba maravillada; “Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. (Hech 4, 13). A Pedro, no le preocupa quedar bien el, le interesa de corazón que la gente busque el rostro de Dios, es un hombre firme en sus convicciones; “Pedro y los apóstoles contestaron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. (Hech 5, 29) Por tanto, para que muchos almas se unan a Cristo, creo que hay que mirar a Pedro y oír sus palabra cuando nos estimula diciéndonos; “tengamos una conducta ejemplar, sumisos, a causa del Señor…..como enviados por él para castigo de los que obran el mal y alabanza de los que obran el bien….pues esta es la voluntad de Dios: que obrando el bien, cerréis la boca a los ignorantes insensatos….Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios…Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios….Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas….Erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas. (1 Pedro 2, 11-25)…… “Y ¿quién os hará mal si os afanáis por el bien? Mas, aunque sufrierais a causa de la justicia, dichosos de vosotros. No les tengáis ningún miedo ni os turbéis. Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto”. (1 Pedro 3, 13-16)… “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que, llegada la ocasión, os ensalce; confiadle todas vuestras preocupaciones, pues él cuida de vosotros”. (1 Pedro 5, 6-8) Paz a todos los que estáis en Cristo. (1 Pedro 5, 14) El
Señor nos bendiga y nos ayude en éste caminar Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Junio
2012 Los textos bíblicos están tomados de la Sagrada
Biblia de Jerusalén (SBJ) Otro articulo de San Pedro en
este link; SAN
PEDRO, EL AMIGO
INTIMO DE JESUS
Publicado en mí pagina
WEB www.caminando-con-jesus.org
en este link. CRONICAS Y
COMENTARIOS En el Blog de mi amigo el Padre Eduardo Sanz de Miguel, pueden encontrar una serie de comentarios sobre San Pedro al cual esta comentando recientemente en este link: http://padreeduardosanzdemiguel.blogspot.it/ |
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