ACUSADOS DE TENTACION

Dice San Jerónimo; “Entrar en la tentación, no es ser tentado, sino que ser vencido por la tentación”

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.     SARCEDOTES ACUSADOS DE TENTACION

A propósito de las noticias que nos llegan a diario, sobre los sacerdotes que están cuestionados por su tarea como pastor, algunos sorprendidos infraganti y otros acusados por ofendidas víctimas, nuestras autoridades eclesiásticas han comprendido que; “su tiempo de callar se ha transformado en su tiempo de hablar”. (Cfr. Eclesiastés 31 al 9), es así como el Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, ha decido enviar al Vaticano una investigación donde se acusan a dos sacerdotes. El Arzobispo, no ha guardado silencio y ha hecho pública su determinación.

Uno de los sacerdotes afectados, es muy conocido por grandes labores en beneficio de muchos, por eso comentó que recibía con dolor la noticia, me imagino que cuando el Arzobispo Ricardo Ezzati se tuvo que enfrentar a los micrófonos para dar la noticia, debe haber experimentado su propio dolor, ya que él está a cargo de la “barca” en Santiago de Chile, y creo además que el fiel católico en general, recibe con mucho dolor esta situación, con lo que se dan además las grandes paradojas, las singularidades, y los absurdos. Predicamos la comprensión, la misericordia, y el perdón para todos por igual, pero también está la necesidad de justicia de aquellos que han sido ofendidos.

El gran culpable, de esto es la tentación, el tentador que la promueve, y el no acoger las palabras de Jesús cuando pide; “Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mt 26,41). Y así, le escribe San Pablo a los Tesalonicenses; “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar ya más, le envié para tener noticias de vuestra fe, no fuera que el Tentador os hubiera tentado y que nuestro trabajo quedara reducido a nada. (1 Tes 3,5)

2.     TIEMPO DE PLANTAR, Y TIEMPO EL ARRANCAR LO PLANTADO…  TIEMPO DE CALLAR, Y TIEMPO DE HABLAR

Si necesitamos las fuentes de la verdad, lo mejor es encontrarse con la Palabra de Dios, él nos ha revelado a través de los escritores sagrados todo lo que tenemos que hacer para vivir, ¿Pero ¿cuánto de lo que Dios nos ha revelado lo acogemos?

Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo. “Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado…  su tiempo el callar, y su tiempo el hablar….Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz”. (Ecl 31 al 9)…”he considerado la tarea que Dios ha puesto a los humanos para que en ella se ocupen. Él ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el mundo en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin. Comprendo que no hay para el hombre más felicidad que alegrarse y buscar el bienestar en su vida.  (Ecl 3, 10-11)

San Jerónimo dice al respecto, que vivimos aquí en la tierra “en tiempos de guerra y que cuando pasemos a otro tiempo (El Cielo), será tiempo de paz”, por tanto ninguno se tenga por seguro, porque es tiempo de guerra y entonces debemos pelear para salir victorioso y luego lleguemos a descansar en la bienaventurada paz”.  Y dentro de esta tarea, me parece que el Señor sigue proponiendo etapa que deben cumplirse, su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado…  su tiempo el callar, y su tiempo el hablar, tarea que aunque sea dolorosa, es tiempo de hacerla.

3.     NO HAY QUE ESPANTARSE NI ACOBARDARSE

Vivimos toda nuestra vida en continuas tentaciones, no hay que espantarse ni menos acobardarse cuando nos llega la tentación, es nuestra naturaleza, “Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.  (Sal 51,7), al fin y al cabo, somos hijos de Adán, por lo que no podemos dejar de tener y caer en tentación e inclinaciones pecaminosas.  San Jerónimo acota que cuando Jesús nos enseñó la oración del Padre Nuestro, no nos enseñó que le pidamos a Dios no tener tentaciones, sino que “no nos deje caer en tentación”, y es lo mismo que después horas antes de su muerte en la cruz les dijo a sus amigos: “Velad y orad, para que no caigáis en tentación” (Mt 26,41)

Dice además San Jerónimo; “Entrar en la tentación, no es ser tentado, sino que ser vencido por la tentación”. Hay muchos profetas, escritores sagrados, santos y tantos testigos de hombres que fueron tentados, pero no cayeron en esta desgracia, por eso ya es tiempo que al rezar diariamente el Padrenuestro, pedir a Dios que nos dé gracia y fortaleza para que no caigamos y no seamos vencidos de la tentación. No olvidemos que el cristiano, siempre va a estar expuesto al “Tentador” y las tentaciones, por lo que bien nos viene el santo consejo del Apóstol Pedro; “Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos. (1 Pe 5, 8-9). Por lo que no nos engañemos, el mal y así los reza el poeta; “está al acecho, se aposta entre las cañas en los recodos mata al inocente”.  (Sal 10,9), es decir está a la espera para hacernos caer en su trampa, el hombre lo ha experimentado toda su vida.

4.     TENTACION Y CONVERSION ¿QUE ES PRIMERO?

Hijo, te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.  Endereza tu corazón, mantente firme, (Eclo 2,1)

Es una difícil respuesta, creemos que la sabemos, pero la respuesta acertada es un misterio. Leyendo a San Gregorio, dice que algunos comienzan a sentir esta guerra de las tentaciones al principio de su conversión, y trae para esto un ejemplo directo de nuestro Señor Jesucristo, diciendo que él quiso dibujar en sí mismo, para ejemplo nuestro, porque no le permitió al demonio le tentase hasta después de bautizado cuando se recogió en el desierto para ayunar, a orar y hacer penitencia: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.”  (Mt 4)

Dice San Gregorio que;  “el Señor quiso esto, para avisar a los que habían de ser miembros e hijos suyos que cuando tratan de recogerse y darse  a la virtud, estén apercibidos para las tentaciones, porque es muy propio del demonio acudir entonces”

También dice San Gregorio, que permite y quiere el Señor que seamos tentados a los principios de nuestra conversión, para que no piense que uno que ya es santo por haber dejado la mala vida y tomado otra buena, que son pensamientos que suelen venir y también porque la seguridad suele ser madre de la negligencia; y para que la buena vida que se ha tomado no nos haga negligentes y flojos, permite el Señor que vengan las tentaciones y que le pongan delante de los ojos el peligro que todavía está, nos despierten, nos aviven y nos hagan entonces diligentes y cuidadosos. Por tanto, frente a la tentación, hay que estar muy despiertos, en especial, porque observamos que muchos nunca se sintieron tentados, pero cuando comienzan a servir a Dios, “pisan el palito” que les pone el tentador para que caigan en él.

5.     BIENAVENTURADO EL QUE ES TENTADO

Difícil y contradictoria expresión, “bienaventurado el que es tentado”. El Apóstol Santiago, lo expresa así; “Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, (Sant 1,2) y más adelante agrega; ¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman. (Sant 1,12). San Bernardo, sermón 64, dice sobre estás palabras de Santiago: “Necesario es que haya tentaciones; porque como dice el Apóstol (Pablo); “Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento”.  (2 Tim 2,5), es decir para ser coronado, hay que pelear varonilmente. Y San Bernardo da las razones; Y si no hay tentaciones, ¿quién peleara, no habiendo contra quien pelear?

Ciertamente, los santos predican su trabajo para nuestro aprendizaje, buen motivo para buscar ayuda en sus libros. Y dentro de sus enseñanzas están las muchas adversidades que se toparan con nosotros,  y entonces ya no es contradictorio decir y pedir que el Señor nos la envíe, para que después nos llegue un mayor premio y la corona que buscamos, como escribe San Lucas; “Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios”.  (Hech 14,21). Este es nuestro real camino para llegar al Cielo, camino lleno de tentaciones, mucho trabajo, muchas adversidades, y por tanto de mucha oración.

Escribe San Juan: “Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo le respondí: Señor mío, tú lo sabrás. Me respondió: Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; (Ap. 7,14). Dios no ayude a blanquearnos de nuestras faltas para llegar a su Reino.

6.     LAS TENTACIONES NOS AYUDAN A ACUDIR MAS A DIOS

Ya escribí al principio sobre las grandes paradojas, las singularidades, y las argumentaciones que tenemos al decir que las tentaciones nos sirven para que nos conozcamos más y mejor, como para que también nos humillemos y para que acudamos más Dios. Es decir, las tentaciones traen consigo otro bien, del cual debemos sacar mucho provecho, estas hacen que sepamos bien quienes somos, porque como dice Kempis, “Muchas veces no sabemos lo que podemos, más la tentación descubre lo que somos”.

Es de gran importancia saber este conocimiento de lo que somos, al respecto escribe el Jesuita Padre Alonso Rodríguez, (Virtudes Cristianas); “Este conocimiento de nosotros mismos es la piedra fundamental de todo edificio espiritual, sin el cual ninguna cosa que sea dura se edifica; y lo cual crece el alma como la espuma; porque debe arrimarse a Dios, en quien todo lo puede. Pues las tentaciones descubren al hombre su gran flaqueza e ignorancia, que hasta allí a lo uno y lo otro tenía cerrado los ojos, y así no sabía sentir vilmente de sí, porque no lo había experimentado.”

San Gregorio, enseñando moral, nos enseña; “Si no tuviésemos tentaciones, luego no tendríamos en algo y pensaríamos que éramos muy valientes, pero cuando viene la tentación y se ve le hombre a pique de caer,…. Entonces conoce su flaqueza y se humilla”.

San Pablo escribe a los de Corintios; “por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza”. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo.  Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte. (2 Cor 12, 7-9)

7.     TENTADOS PARA PROBAR LA VIRTUD DE CADA UNO

Hemos ya comentado que los Santos dicen que quiere el Señor que seamos tentados para probar la virtud de cada uno. Del mismo modo como los vientos y las tempestades prueban si el árbol ha echado buenas raíces. Escribe el Jesuita Padre Alonso Rodríguez, (Virtudes Cristianas), “El valor y la fortaleza del caballero y buen soldado no se echa ver en tiempos de paz, sino en tiempos de guerra, en los encuentros y en las peleas, así la virtud y la fortaleza del siervo de Dios no se echa ver cuando hay devoción y sosiego, sino cuando hay tentaciones y trabajos”.

Comenta San Ambrosio  (Sermón 8) respecto al verso del salmista; “Me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos”.  (Sal 119) Dice así, porque es mejor piloto y dignos de mayor loa el que sabe y tiene industria para gobernar la nave (La iglesia), en tiempos que hay tempestades y borrascas, cuando la nave unas veces parece que se va a fondo, otra con las olas se levanta hasta el Cielo, que el que rige y gobierna en tiempo de tranquilidad y bonanza, así es también digno de mayor  loa el que sabe regir y gobernar en tiempo de tentaciones, de tal manera, que ni con la prosperidad se levanta ni ensoberbece ni con las adversidades y trabajo se amilana y desmaya, sino que puede decir siempre con el profeta; “Dispuesto y preparado estoy para eso ese otro”. Para eso envía el Señor las tentaciones y San Pablo dice; Desde luego, tiene que haber entre vosotros también dificultades, para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud. (1 Cor 11,19)

Y habiendo caído en tentación, tenemos esperanza, Dios es Dios de misericordia leemos en el Libro de Sabiduría; “Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad; por una corta corrección recibirán largos beneficios, pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí; como oro en el crisol los probó y como holocausto los aceptó”. (Sab 3, 4-5)

Finalmente, decir que las tentaciones, son los golpes con el cual prueba Dios a los amigos, entonces él sabe bien lo que hay en cada uno. Así como nos preciamos de tener buenos y probados amigos, así también Dios, por eso nos prueba.

8.     QUE HACER SI HEMOS SIDO TENTADO Y HEMOS CAIDO

Cuando uno está enfermo, le cuenta sus dolencias al médico y le relata todos sus males para que le dé un buen remedio, luego toma sus consejos y todas sus medicinas, ahora si no lo hace, seguro que no se sana. Y si hemos sido tentado y hemos caído, meditemos si Dios nos ha puesto en nuestro camino un buen médico (director) espiritual para que nos ayude con nuestras enfermedades espirituales, pero hay que seguir el consejo del sabio; “No abras tu corazón a todo el mundo, pues no te han de compensar con gracia alguna”. (Ecle 8,19), esto por qué; “Sean muchos los que estén en paz contigo, más para consejero, uno entre mil”. (Ecle 6,6).

Hay muchos consejos para no caer en tentación, no obstante, el mejor de todos en el que nos dejó el mismo Señor: “Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil”.  (Mt 26, 41). Es decir, la mejor alternativa, es la oración, pero si nos hemos dormido y hemos caído en la tentación, y por ello nos ponemos tristes, San Pablo nos recuerda; “la tristeza según Dios produce firme arrepentimiento para la salvación; (2 Cor 7, 10), y el autor sagrado nos ha escrito en el libro de la Sabiduría: “Enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo del hombre, y diste a tus hijos la buena esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. (Sab 12). Y si sabemos que vamos mal, Lucas nos relata que Pedro dirigiéndose a los Israelitas les dice: Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, (Hech 3)

 “Señor, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal”

El Señor nos Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

www.caminando-con-jesus.org

Fuentes de inspiración, recomiendo el Libro Ejercicios de Perfección y Virtudes Cristianas, Editorial Testimonio, escrito en el siglo XV por el venerable Jesuita Padre Alonso Rodríguez

Textos Bíblicos tomados de la Sagrada Biblia de Jerusalén (SBJ)

Publicado en mi pagina WEB  www.caminando.con-jesus.org en esta sección: CRONICAS Y COMENTARIOS

 

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