“Bienaventurados los pobres…porque de ellos es el Reino
de los Cielos”. Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1.
EL PAPA
FRANCISCO VISITA LAS FAVELAS Nuevamente, el Papa Francisco con su sola
actitud, no invita a reflexionar sobre la pobreza, y siguiendo con fidelidad
las enseñanzas del Señor sin temor y lleno de gozo, va a bendecir y saludar a
los más pobres del Brasil, recorriendo una conocida favela. Esta visita, nos
invita a reflexionar desde el mismo Evangelio, que la visita papal no hace
otra misión, que imitar a Cristo que privilegió la amistad con los más
necesitados. Nuestro Señor Jesucristo nos ha dicho.
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos”. (Mateo 5,3), Santiago, en su discurso sobre que no hay
que hacer diferencia entre los hombres por su condición económica, expone:
“¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y
herederos del Reino que prometió a los que le aman?. ¡En cambio vosotros
habéis menospreciado al pobre!” (Santiago
2,5), luego agrega; “Si cumplís plenamente la Ley regia según la
Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, obráis bien; pero si tenéis
acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos de transgresión por
la Ley. (Santiago 2, 8-9) 2.
VIVIA POBREMENTE
JESUS? Identificamos a un Pobre, como alguien
necesitado, menesteroso o un pordiosero, un ser que además no tiene donde
vivir, esto es no tiene donde vivir, en el caso de Jesús, vivió con sus padres, “Jose se retiró a la
región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret” (Mateo (SBJ) 2, 2-23). También lo habitual
es que un pobre, este representado por alguien que no tiene como ganarse la
vida, y de Jesús se dice que él era carpintero; “¿No es éste el carpintero, el hijo de
María” (Marcos 6,3), es decir tenía un
oficio que podría ser remunerado. Por otra parte, Jesús convivió con hombres
y mujeres, las cuales tenían trabajo, Pedro y Andrés eran pescadores, Mateo
(Levi) era cobrador de impuestos y le ofreció en su casa un gran banquete. (Lucas 5,28) y le acompañaba mujeres que
compartían sus bienes; “algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus
malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido
siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y
otras muchas que les servían con sus bienes”. (Lucas 8 1-3), y también Jesús
vestía respetablemente; “Los soldados, después que crucificaron a Jesús,
tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada
soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de
arriba abajo” (Juan 19, 23) 3.
PORQUE JESUS ES
POBRE Jesús es pobre, porque se entrega al
servicio de los pobres; “Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor
Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os
enriquecierais con su pobreza”. (2 Corintios 8,9), y a los pobres les trae
alivio y consuelo en su pobreza, y los más importante, les trae la Buena
Nueva para evangelizarlos desde el corazón; “los ciegos ven y los cojos
andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y
se anuncia a los pobres la Buena Nueva” (Mateo 11,5), a los que anuncia la
salvación, los colma de esperanza y les trae liberación de sus penas; “El
Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres
la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la
vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos” (Lucas 4,18). Los
que conocían a Jesús, reconocían esta labor de Jesús y se lo daban a conocer;
“Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, y que no tienes en
cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino
de Dios” (Lucas 20,21). En efecto, Jesús, dedicó su paso por la tierra a los
pecadores, a los enfermos, comió con ricos y compartió con los hambrientos, a
todos les dirigió palabras de salvación, a todos les habló con la verdad y
cuando fue necesario, les enrostró su hipocresía “como los hipócritas, que
desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan”; (Mateo 6,16). San
Pablo, le pide a los Filipense, como si también hoy nos pidiera a nosotros;
“Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de
condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó
de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y
apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo
hasta la muerte y muerte de cruz” (Filipenses 2 6-8) 4.
JESUS SE PONE DE
PARTE DE LOS POBRES Jesús se pone de parte de los pobres;
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos”. (Mateo 5,3) y los pone como
ejemplo ante todos cuando miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del
Tesoro: “muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos
moneditas…Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: “Os digo de verdad
que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del
Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha
echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”
(Marcos 12, 41-44). Jesús, invita a todos los pobres a que participen de su
banquete: “el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal en seguida a las
plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y
ciegos y cojos." Dijo el siervo: "Señor, se ha hecho lo que
mandaste, y todavía hay sitio." Dijo el señor al siervo: "Sal a los
caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa." (Lucas 14, 21-23). Jesús nos invita a
compartir los bienes con los necesitados: “Si quieres ser perfecto, anda,
vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos;
luego ven, y sígueme.” (Mateo 19, 21).
Jesús, nos pide que no nos preocupemos por las riquezas; “No os amontonéis
tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones
que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay
polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben”. (Mateo 6,
19-20), al que es capaz de ser desprendido con los pobres, el Señor les
promete: “tendrás un tesoro en el cielo”; (Marcos 10,21), por cuanto, todos
los que desean seguir a Jesús, la condición es renunciar a la riqueza,
compartiendo los que Dios nos ha dado con los que no tienen y hacerse pobre. 5.
EL DESEO DE
JESUS, ES QUE TODOS NOS ESFORCEMOS POR LOS POBRES El deseo de Jesús, es que todos nos
esforcemos por los pobres, y nos pide “no descuidar lo más importante de la
Ley: la justicia, la misericordia y la fe!”
(Mateo 23,23). Pero también nos invita a no hacer alarde de nuestra
generosidad; “Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por
delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el
fin de ser honrados por los hombres...en cambio, cuando hagas limosna, que no
sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mateo 6, 2-4).
Todo esto también tiene sentido de apelar a nuestra conciencia, por eso el
también no expresa que; “todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua
fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá
su recompensa”. (Mateo 10,42), haciéndonos ver que el mismo Cristo, se oculta
en los pobres, por tanto, si a un pobre despreciamos, al mismo Señor le
hacemos un desprecio; “Pero todos a una empezaron a excusarse”. (Lucas 14,16). El gran mensaje, que trae la
Palabra del Señor, está dirigido a los pobres, y Jesús les promete el reino
de los cielos y al mismo tiempo saciar su hambre y de su sed: “Y él, alzando
los ojos hacia sus discípulos, decía: “Bienaventurados los pobres, porque
vuestro es el Reino de Dios., Bienaventurados los que tenéis hambre ahora,
porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque
reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os
expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del
Hijo del hombre. Alegraos ese día y
saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo”. (Lucas 6, 20-23) Gracias Papa Francisco, por hacernos
reflexionar sobre lo necesario que estar solidarizando con la pobreza, y que
esto nos anime, a vivir con intensidad el Evangelio. El
Señor nos bendiga. Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Publicado en mi
página WEB www.caminando.con-jesus.org
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