Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
25 años en
Internet
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La edición
de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
antigua de Internet, comenzó en el año 1998
Se envía
desde Santiago de Chile. Si desea comunicar algo, escriba al correo
electrónico: caminandoconjesus@vtr.net
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subsidio está publicado todos los días en la página WEB en este link: MISA
DIARIA
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23-10-2023
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Nº MD 9.163
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6.8
Yo te invoco, Dios mío,
porque tú me respondes: inclina tú oído hacia mí y escucha mis palabras.
Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y
eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un
corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA Rom 4, 20-25
COMENTARIO: La
afirmación de que somos justificados por la fe y no por las obras no se
refiere solamente a Abraham. La gracia de Jesús, su muerte y resurrección,
nos han liberado del pecado también a todos nosotros, uniéndonos a nuestro
antepasado Abraham y haciéndonos parte de su tradición.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Abraham no
dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido
por esa fe, glorificó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder
para cumplir lo que promete. Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su
justificación. Pero cuando dice la Escritura: “Dios tuvo en cuenta su fe”,
no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros, que tenemos fe
en Aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús, el cual fue entregado por
nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Palabra
de Dios.
SALMO Lc 1,69-75
R.
¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel!
Nos ha dado un poderoso
Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho
tiempo antes por boca de sus santos profetas. R.
Para salvarnos de
nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo
misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza. R.
Del juramento que hizo
a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de
las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su
mirada, durante toda nuestra vida. R.
ALELUYA Mt 5, 3
Aleluya. Felices los
que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los
Cielos. Aleluya.
EVANGELIO Lc 12, 13-21
COMENTARIO: A
quien protesta el Maestro le recuerda que él no es un juez ni un mediador
de conflictos familiares. Sin embargo, aprovecha la ocasión para instruir
sobre la ambición y la codicia. El hombre de la parábola no entendió las
exigencias del Reino. Acumuló riquezas con trabajo y al final de su vida se
va solo, sin más séquito y bagaje que sus obras. Los faraones se fueron y
sus tesoros se quedaron en la tumba, junto a un montón de huesos. Lo
humano, incluido el hombre, es pasajero, como las flores silvestres. Sólo
el Señor permanece y es el único que basta, como expresa santa Teresa de
Ávila.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Uno de la multitud
dijo a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la
herencia”. Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o
árbitro entre ustedes?”. Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia,
porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está
asegurada por sus riquezas”. Les dijo entonces una parábola:
“Había un hombre rico,
cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “Qué voy
a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer
esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí
todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes
almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero
Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será
lo que has amontonado?”. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para
sí, y no es rico a los ojos de Dios”.
Palabra
del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor,
estos dones, con un corazón libre y generoso, para que tu gracia nos
purifique por estos misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Sal
32, 18-19
Los ojos del Señor
están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de
indigencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos Padre, que
la participación en esta eucaristía nos ayude para aprovechar los bienes
temporales y alcanzar los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Eviten toda clase de avaricia, porque el alma del
hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
San Lucas 12, 13-21:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. MAESTRO, DILE A MI HERMANO QUE
COMPARTA CONMIGO LA HERENCIA
En aquel tiempo, hallándose
Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: Maestro, dile a mi
hermano que comparta conmigo la herencia”. En este relato, Lucas pone una
introducción histórica, que le da motivo para insertar luego la parábola
sobre la avaricia. Es el único evangelista que la trae. Esta persona le
pide, basado en el prestigio que tenía, más que como un simple rabí, que
intervenga en un asunto familiar.
En la Ley se decía que el
hermano mayor, cuando eran dos, llevaría dos partes de la hacienda, y el
menor una (Dt 21:17). Pero, cuando eran más hermanos, los rabinos resolvían
la cuestión de maneras distintas. En la Mishna hay una sección para las
herencias, y que era orientadora para las consultas que les hacían a los
rabinos. Nada se dice aquí si el mayor retenía injustamente la parte del
menor o si, siendo varios, a éste no le satisfacía la solución aceptada
según el criterio rabínico. En todo caso, siempre era un asunto enojoso la
intromisión en partición de herencias, y, sobre todo, Cristo le hace ver
que su misión es otra, no la de arreglar cuestiones materiales. “No quiere
aparentar que aprueba una actitud de absorción por los bienes de este
mundo”
2. UN HOMBRE RICO TUVO UNA GRAN COSECHA
Y SE PUSO A PENSAR
Lucas relata la parábola de
Jesús contra la avaricia. Lo que sugiere en el hermano antes citado una
retención injusta de la hacienda.
Jesús nos ilustra con esta
parábola de un rico que sólo se dedica a atesorar riquezas, pensando
disfrutar largos años de buena vida con ellas. Pero la muerte le sobrevino:
la avaricia le hizo no poder disfrutarlas. La palabra “alma” está por vida.
Se le llama “insensato” que en A.T. (Sal 14) se aplica al que, en la
práctica, niega a Dios; aquí absorbido por las riquezas de la vida. Y
termina con esta sentencia: “Así será el que atesora para sí y no es rico
ante Dios.”
Este versículo añade un
elemento nuevo a la parábola. Esta hace ver la inutilidad del atesorar para
prolongar la existencia, pero aquí se añade un pensamiento nuevo: la
riqueza en función de la vida eterna. Por eso algunos la tienen por un
elemento “adventicio” a la parábola, aunque tomado de otra sentencia del
Señor.
3. “EVITEN TODA CLASE DE AVARICIA”
Y dirigiéndose a la multitud,
dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque el alma del hombre no depende
de la abundancia de los bienes que posea”.
La avaricia es uno de los pecados
capitales, está prohibido por el noveno y décimo mandamiento. (CIC 2514,
2534). Es importante en la vida del cristiano saber se esté mal, para no
caer en la insensatez.
Recordemos que el Señor nos
también nos dice: El que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser
discípulo mío (Lc 14,33) y en el Catecismo Católico, (2536) se dice que el
décimo mandamiento proscribe la avaricia y el deseo de una apropiación
inmoderada de los bienes terrenos. Prohíbe el deseo desordenado nacido de
lo pasión inmoderada de las riquezas y de su poder. Prohíbe también el
deseo de cometer una injusticia mediante la cual se dañaría al prójimo en
sus bienes temporales:
Cuando la Ley nos dice:
"No codiciarás", nos dice, en otros términos, que apartemos
nuestros deseos de todo lo que no nos pertenece. Porque la sed del bien del
prójimo es inmensa, infinita y jamás saciada, como está escrito: "El
ojo del avaro no se satisface con su suerte" (Si 14,9) (Catec. R.
3,37) (1 Co 6,10). "No robarás" (Dt 5,19). "Ni los ladrones,
ni los avaros...ni los rapaces heredarán el Reino de Dios" (CC 2450)
4. EL ANSIA O DESEO DESORDENADO Y
EXCESIVO POR LA RIQUEZA.
La avaricia es el afán
excesivo de poseer y de adquirir riquezas para atesorarlas o la Inclinación
o deseo desordenado de placeres o de posesiones.
“La avaricia (del latín
"avarus", "codicioso", "ansiar") es el ansia
o deseo desordenado y excesivo por la riqueza. Su especial malicia,
ampliamente hablando, consiste en conseguir y mantener dinero, propiedades,
y demás, con el solo propósito de vivir para eso”.
Dice Santo Tomás: Cuando el
amor desordenado de sí mismo se convierte en deseo de los ojos, la avaricia
no puede ser retenida. El hombre quiere poseerlo todo para tener la
impresión de que se pertenece a sí mismo de una manera absoluta. La
avaricia es un pecado contra la caridad y la justicia. Es la raíz de muchas
otras actitudes: perfidia, fraude, perjurio, endurecimiento del corazón.
El instinto de conservación,
se manifiesta en esa perversión que no hace más que exagerar el instinto de
economía y ahorro.
La avaricia sobrepasa la
precaución y la prudencia; es un vicio espiritual, puesto que ha dado lugar
a la precaución de la precaución, y ambiciona no carecer de nada. La
avaricia es la enfermedad del ahorro. A veces, este pecado es considerado
como una virtud en razón de la modestia de vida del avaro y de su lógica
ante el porvenir.
Teólogos y científicos han
observado la psicología del avaro y han comprendido la perversión moral y
psicológica de tal hombre. El avaro se aparta de los demás, se encierra en
sí mismo y se impone una austeridad que va incluso en contra de sus
necesidades vitales. Como menos de lo necesario, pierde horas de sueño
(para velar su fortuna), vive en la obsesión del robo o del incendio.
5. ¿PARA QUIÉN SERÁN TODOS TUS BIENES?’
El Evangelio (Mt, 6,24) dice
“Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al
otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden
servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero”
De acuerdo este relato, el personaje de la parábola
es un rico que, tras haber obtenido una abundante cosecha, decide
almacenarla en unos nuevos y grandiosos graneros, saboreando ya el placer
tanto de poseer muchos bienes como de disponer de muchos años para gozarlos
alegremente. Sin embargo, Dios le despierta de su estupidez haciéndole
consciente de que no es él el dueño de su vida y de que, de un momento a
otro (siempre muy pronto), será llamado a entregarla al Señor.
El Señor nos quiere hacer ver
que quien piensa en acumular bienes para enriquecerse en vistas a un
interés sólo personal es un insensato, porque es ante Dios, realizando el
precepto del amor, como se enriquece el hombre. En efecto, sólo dando es
como nos enriquecemos del amor de Dios y de su premio eterno.
Jesús nos ha recomendado que
no acumulemos tesoros en la tierra, sino en el cielo, y nos ha hecho
conscientes de que allí donde consideremos que está nuestro tesoro, allí
estará constantemente nuestro corazón (cf. Mt 6,19ss). En consecuencia, es
importante que, especialmente en las profundidades del corazón, nos
mantengamos libres de los “apetitos de la carne” que nos llevan a este
desordenado instinto de la ambición.
El Señor
les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
Reflexión
relacionada con este Evangelio, en este link: AVARICIA, EL AFÁN POR LA CODICIA
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PARA
LA LECTIO DIVINA (3)
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LA GLORIA DE DIOS ES
EL HOMBRE VIVO
El apóstol Pablo nos recuerda, en la primera lectura, que Abrahán no
vaciló con incredulidad frente a la promesa divina, sino que «dio gloria a
Dios». Sin embargo, el cumplimiento de esa promesa andaba muy lejos de la
evidencia y el patriarca no tenía ninguna garantía visible de la herencia
futura. También el cristiano está llamado a la fe. Sin embargo, él sí ha
visto en Cristo el cumplimiento de las promesas y puede repetir con el
apóstol su profesión de fe: «Sé en quién he creído». Jesús, muerto y resucitado
por nuestra salvación, nos invita cada día a la mesa de la Palabra, de su
cuerpo y de su sangre. En ella podemos alcanzar de manera abundante la
verdadera vida, la alegría, la paz. En efecto, participando en el misterio
de su ofrenda es como el hombre se vuelve cada vez más capaz de amar y de
dar y, así, de glorificar a Dios.
Qué bello es pensar, con san Ireneo, que la gloria de Dios es el
hombre vivo, o sea, nosotros, cuando, en un mundo aplastado por el odio y
por la violencia, nos convertimos en dóciles testigos del amor; cuando, en
un mundo asfixiado por el odio y por la violencia, nos convertimos en
dóciles testigos del amor; cuando, en una sociedad asfixiada por la
búsqueda exasperada del beneficio, tenemos el corazón “en otra parte”, “en
lo alto”, y somos capaces de decir a los hermanos la palabra de esperanza
de la que también su corazón tiene sed. Dado que somos habitantes de este
mundo, es inevitable que estemos implicados en problemas de herencias o de
intereses. Qué importante es, pues, sobre todo en esos casos, que el
creyente se manifieste “distinto”, libre de los criterios mundanos de
quienes tienen como único horizonte los bienes de la tierra. Si Abrahán
supo ya mirar más allá del presente, cuánto más nosotros, invadidos por el
Espíritu del Resucitado, debemos tener el corazón desvinculado de lo que es
caduco, habitado por la secreta dulzura que supone ser hijos amados por el
Padre, para que el Señor no deba llamarnos “Insensatos” por habernos contentado con lo que no
vale y haber olvidado que estamos destinados a la vida eterna.
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ORACION (3)
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La caza del tesoro es el
juego preferido, la epidemia más extendida, hoy. Loterías compradas como el
pan de cada día. Juegos de azar que arruinan a muchas familias. Esposos que
se separan para rescatar los miles de millones del divorcio. Padres que
olvidan los afectos más entrañables para hacerse un patrimonio.
¿Hasta cuándo, Señor,
seguirá atado el hombre a tanta falsedad? ¿Hasta cuándo se negará a
comprender que la vida no está atada a los bienes? ¿Hasta cuándo se
embriagará con las mentiras de los medios de comunicación, ignorando que
quien acumula tesoros para sí no se enriquece ante Dios?
Sólo quien busca
encuentra, sólo quien da recibe, sólo quien rescata con sus propios bienes
a un esclavo es libre, sólo quien renuncia a sus comodidades vence la
miseria ajena, son quien se muestra solidario con los pobres tendrá cien
veces más en esta tierra y, además, la vida eterna.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa
Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde
Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor
Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda
mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto
nos ama.
Nota: Para la Liturgia
de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el
estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia
Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio
Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier
Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M.
Magdalena ocd.
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