DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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14-04-2024

Edición Nº 9.578

LITURGIA DE   LAS HORAS

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DOMINGO III SEMANA DE PASCUA

“PRESENCIA DE DIOS QUE LO LLENA TODO”

Lc 24,35-48

bpa3 “Se presentó Jesús en medio de sus discípulos”.

Jesús resucitado está presente en medio de los suyos, en medio de su Iglesia. Está presente en los sacramentos: es Él quien bautiza, es Él quien perdona los pecados... Está presente de manera especial en la Eucaristía, entregándose por amor a cada uno con su poder infinito. Está presente en los hermanos, sobre todo en los más pobres y necesitados. Está presente en la autoridad de la Iglesia... La vida cristiana no consiste en vivir unas ideas, por bonitas que fueran. El cristiano vive de una presencia que lo llena todo: la presencia viva de Cristo resucitado. Y el tiempo de Pascua nos ofrece la gracia para captar más intensamente esta presencia, para acogerla sin condiciones, para vivir de ella.

“Creían ver un fantasma...”

Aun creyendo en la Resurrección del Señor, pueden asaltarnos las mismas dudas que a los discípulos. Como a Jesús resucitado no le vemos, podemos tener la impresión de algo poco real, algo ilusorio, como si fuera un fantasma, una sombra. Pero también a nosotros nos repite: «Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona». Nos remite a las huellas de su pasión. Verdaderamente padeció, verdaderamente murió, verdaderamente ha resucitado. Es Él en persona. El mismo que recorrió los caminos de Palestina, que predicó, que curó a los enfermos... El Resucitado es real. Vive de veras. Y mantiene su realidad humana. El tiempo de Pascua conlleva la gracia para conocer con más hondura la belleza de la realidad humana del Señor a la vez que su grandeza divina.

“Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”.

Sin Cristo la Biblia es un libro sellado, imposible de entender. Como a los primeros discípulos, también a nosotros Jesús resucitado nos abre el entendimiento para comprender. Él es el Maestro que sigue explicándonos las Escrituras. Pero lo hace como Maestro interior, porque nos enseña e ilumina por dentro. Sólo podemos entender la Escritura si la leemos en presencia del Resucitado y a su luz. Sólo escuchándole a Él en la oración, sólo invocando su Espíritu, la Biblia deja de ser letra muerta y se nos ilumina como palabra de vida y salvación. (P. Julio Alonso Ampuero, Meditaciones Bíblicas Sobre el Año Litúrgico)

Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS

 

I.-RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 1-2

Aclame al Señor toda la tierra, cante la gloria de su nombre. Aleluya.

ACTO PENITENCIAL

(Si se realiza el rito de la aspersión, recomendado especialmente en este tiempo, ver domingo de Pascua. De lo contrario, después de la invitación del celebrante y un momento de silencio).

·        Tú que siendo justo moriste para llevar los injustos a Dios. Señor, ten piedad.

·        Tú que traes la alegría y la paz a los que te siguen. Cristo, ten piedad.

·        Tú que nos llamas a ser testigos de tu resurrección. Señor, ten piedad.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que tu pueblo se alegre siempre por la nueva vida recibida, para que, con el gozo de los hijos, aguarde con firme esperanza el día de la resurrección final. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II.- LITURGIA DE LA PALABRA

En su primer discurso, san Pedro anuncia el centro de nuestra fe: Jesús ha muerto y resucitado.

PRIMERA LECTURA Hech 3, 13-15. 17-19

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

En aquellos días, Pedro dijo al pueblo: “El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes. Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías debía padecer. Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados”.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

En este discurso de Pedro a los judíos, después de la curación del tullido, la argumentación bíblica recuerda, entre otras cosas, la Alianza hecha con Abraham y la figura del Siervo de Yahvé (Is 52,13— 53,12) para significar el alcance universal de la restauración realizada por Cristo, que no es sólo el autor de la vida, sino también el vencedor de la muerte. Si Pedro echa en cara a los judíos su deicidio, no es para fastidiarlos, ya que obraron por ignorancia. No obstante, los exhorta al arrepentimiento y la conversión de fe.

SALMO Sal 4, 2. 4. 7. 9

En respuesta a la proclama de Pedro el salmo expresa seguridad y confianza en Dios. Participamos de esta oración, aclamando: Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.

R. Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.

O bien: Aleluya.

Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, tú, que en la angustia me diste un desahogo: ten piedad de mí y escucha mi oración. R.

Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: Él me escucha siempre que lo invoco. Hay muchos que preguntan: “¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro, Señor, se ha alejado de nosotros?”. R.

Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso. R.

SEGUNDA LECTURA 1Jn 2, 1-59

San Juan nos reconforta mostrando a Jesús como nuestro gran defensor.

Lectura de la primera carta de san Juan.

Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo. Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.

El que dice: “Yo lo conozco”, y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Al hombre que ha pecado o niega su pecado, o bien recurre a un rito purificador, Juan le comunica que el pecado no es ya una barrera cuando es situado en la comunión del hombre con Dios. Pero la comunión con Dios debe traducirse necesariamente en el amor fraternal. Reconocerse pecador delante de Dios es empeñarse positivamente en un proceso de continua conversión, que nos hace pasar de las tinieblas a la luz. Todo esto, gracias a que “tenemos a uno que interceda ante al Padre: a Jesucristo, el Justo”.

ALELUYA Cfr. Lc 24, 32

Aleluya. Señor Jesús, explícanos las Escrituras. Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas. Aleluya.

EVANGELIO Lc 24, 35-48

Jesús se presenta a sus discípulos para traer la paz, abrirles la inteligencia y hacerlos testigos de la resurrección.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?”. Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”. Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

La fe cristiana, centrada en la resurrección, es profundamente realista. La vida del Resucitado es también corporal. Según Lucas, los Once, son incrédulos y toman, además, al Resucitado por un fantasma. Pero para que ellos lo reconozcan debe comer delante de ellos. El Maestro, después de resucitar sigue siendo un ser humano.

No hay, pues, que confundir la mística con el histerismo seudorreligioso. La enseñanza del relato es que la resurrección no es una simple supervivencia espiritual de Jesús, sino que afecta toda su persona, ella es la clave de toda la esperanza cósmica y humana.

SE DICE EL CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

·        A cada intención pedimos: Aviva nuestra fe para que seamos testigos.

·        Para que la Iglesia, en todo el mundo, anuncie con renovado vigor a Jesús resucitado, Oremos.

·        Para que los gobernantes encuentren caminos de desarrollo y paz para los pueblos. Oremos.

·        Para que los que viven sin fe encuentren a Jesús en nuestro testimonio alegre y caritativo. Oremos.

·        Para que nuestra comunidad evangelice al barrio y sea testigo del gozo y la esperanza cristiana. Oremos.

III.- LITURGIA EUCARISTICA

Presentación de las ofrendas.: Después de alimentarnos con la Palabra de Dios preparamos la mesa de la eucaristía. Junto al pan y el vino, presentemos al Señor nuestras dudas y temores con el deseo de ser alegres testigos de su resurrección.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría, y después de haberle concedido el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO PASCUAL

Jesús ha resucitado y nos llama a ser sus testigos. Por eso, junto al celebrante, demos gracias al Señor nuestro Dios porque Jesús siempre está con nosotros en el camino de la vida.

ANTÍFONA DE COMUN IÓN Cfr. Lc 24, 46-47

El Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y en su nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Aleluya.

La eucaristía nos une a Jesús glorificado y nos da valor para manifestarlo al mundo. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

IV.-RITOS DE CONCLUSION

Bendición

Canto final

Con la alegría de ser llamados a una vida nueva y ser testigos de ella, nos retiramos cantando.

 

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"En Nombre de Jesucristo, predicar a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados."

Lc 24, 35-48

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.      HAGAN PENITENCIA Y CONVIÉRTANSE, PARA QUE SUS PECADOS SEAN PERDONADOS (Hech 3, 13-15. 17-19)

Pedro (Hech 3, 13-15) les hace ver a los hombres de su tiempo los dolorosos sucesos que había antecedido: “Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida.” Las acusaciones son indispensables y fuertes; Sin embargo Pedro sabe que él está también incluido en ellas, el renegó  al Maestro. Hoy en nuestro tiempo, también reniegan a Cristo todos los hombres que pecando siguen negando al “Santo” y rechazando “al autor de la vida”, postergándole a las propias pasiones, que son causa de muerte.

Pedro, no ha olvidado su culpa que llorará toda la vida, sin embargo ahora siente en el corazón la dulzura del perdón del Señor. Esto le hace capaz de pasar de la acusación a lo excusa: “Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia o mismo que sus jefes”, y luego de esto llama a la conversión: “Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados”. (Hech 3, 17-19). Del mismo modo como Pedro había sido perdonado, así les sucederá a su pueblo y cualquier otro hombre, con tal de que todos reconozcan sus propias culpas y hagan el propósito de no pecar más. Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más. (Juan (SBJ) 8, 11)

2.      SI ALGUNO PECA, TENEMOS UN DEFENSOR ANTE EL PADRE: JESUCRISTO, EL JUSTO. (1Jn 2, 1-59)

Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo. (1 Jn 2, 1). ¿Cómo volverá al pecado quien ha penetrado en el significado de la pasión del Señor? Sin embargo, consciente de la fragilidad humana, el Apóstol Juan, prosigue: “Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.  Juan, que había oído en el Calvario a Jesús agonizante pedir el perdón del Padre para quienes lo habían crucificado. En efecto, antes de morir, Jesús ha tenido buen cuidado de decir a su Padre: ¡Perdónales, porque no saben lo que hacen!, Juan sabe hasta qué punto Jesús defiende a los pecadores. Víctima inocente de los pecados de los hombres, Jesús es también su abogado más valedero, pues “Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados”. Perdónales a todos, a Pilatos, a Pedro, a ti y a mí, por eso dice san Juan: “y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero”

3.      MIREN MIS MANOS Y MIS PIES, SOY YO MISMO.

“Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies”. Ya la noticia de que Jesucristo había resucitado ya se extendía por todas partes. Entonces, los discípulos que amaban mucho al Señor, tenían un gran deseo de encontrarse con Él, y Cristo vino a ellos y se dio a conocer a los que le amaban, ansiaban y buscaban. Es así como Jesús, se presenta a ellos, no de una manera dudosa, sino con toda la evidencia, “se apareció en medio de ellos”

Jesús ya le había mandado a decir; “Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”.  (Mateo (SBJ) 28,10). San Ambrosio comenta; (Catena aurea). “Creo que fue muy conveniente que Jesús anunciase a sus discípulos que le verían en Galilea pero se presentó antes, cuando estaban reunidos, porque tenían miedo”. Esto no representa la transgresión de una promesa, sino más bien el cumplimiento adelantado y la manifestación de su bondad, ya que quería animar la encogimiento de sus discípulos. Es así como San Ambrosio nos explica: “Después que hubo fortalecido sus corazones, se dice que aquellos once marcharon a Galilea. Y nada se opone a que pueda decirse que había unos pocos reunidos, y muchos en el monte”. San Pablo dice: “después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez” (1 Corintios (SBJ) 15,6)

4.      "LA PAZ ESTÉ CON USTEDES"

Jesús ya ha resucitado, así se manifiesta a los discípulos, y los saluda con una palabra que será habitual luego en Él, "La paz esté con ustedes". Los Once estuvieron atónitos y asustados por su aparición, pero no menos llenos de confusión y de arrepentimiento por haberlo abandonado durante la pasión. Muerto para destruir el pecado y reconciliar a los hombres con Dios. Cristo les ofrece la paz para asegurarles su perdón y su amor intacto.

Luego de la Paz, los corazones de sus discípulos, están inquietos y alegres, llenos de gozo, Jesús está en presencia de ellos, aunque resistían a creer. Una bella enseñanza de Jesús, por eso donde quiera que vayamos, debemos de llevar la paz, ofrecer la paz, la paz del Señor. Sin embargo no podemos hacerlo si no tenemos paz, si no vivimos en paz y si no vivimos la paz en nuestro corazón y para vivirla, es necesario dejar de lado las odiosidades y llenar el corazón de amor.

5.      ¿POR QUÉ ESTÁN TURBADOS Y SE LES PRESENTAN ESAS DUDAS?

En este relato, san Lucas, destaca el aspecto apologético del mismo, es decir, con este escrito, defiende y alaba la censura que hace Jesús a los discípulos porque no creyeron a los que se les había aparecido. En efecto, ellos creen ver un espíritu; pero Él les demuestra que no lo es, mostrándoles y haciéndoles palpar sus manos y sus pies; los espíritus diciéndoles; “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”. Y ante la duda aún de ellos, por fuerza del gozo y de la admiración, les da otra prueba. Pidió algo de comer, y ante ellos comió un trozo de pecado asado.

Resucitado Jesús, se apareció varias veces a los discípulos. Se apareció a los once cuando estaban reunidos, para que todos fuesen testigos, y refiriesen a todo el mundo lo que habían visto y oído. Al decir once, se designa a todo el colegio apostólico antes de que Matías ocupase el lugar de Judas. Y después de la ascensión ellos debían de predicar el Evangelio a gentes que debían creer sin haber visto a Jesús.

Antes de partir, increpó también el Señor a sus discípulos cuando iba a dejarlos corporalmente, para que sus palabras quedasen impresas más profundamente en sus corazones. A mi parecer, Jesús reprueba la incredulidad, para que la reemplace la fe; reprueba la dureza del corazón de piedra, para que le reemplace otro de carne lleno de caridad.

6.      "CUANDO TODAVÍA ESTABA CON USTEDES, YO LES DECÍA”

En la segunda parte del relato, sin conexión necesaria con el anterior, y en forma corporal, Lucas quiere responder, en su fondo, a las conversaciones de Cristo con los apóstoles, asís es como el Señor les dice; "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía” En su exposición hay una síntesis del kérigma (palabra griega que significa predicar, proclamar, llevar el evangelio), el cumplimiento, “Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos,  junto con el arrepentimiento de los pecados, “Y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados”

Jesús, nos destaca como en las escrituras se ha anunciado, en tres partes, la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos, Y especifica especialmente los Salmos — quizá por su gran valor mesiánico, ya que, generalmente, sólo se citaban la Ley y los Profetas —, que el plan del Padre no era el mesianismo ambiental, nacionalista y político, sino que el Mesías había de morir y resucitar. Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día.

7.      ENTONCES LES ABRIÓ LA INTELIGENCIA PARA QUE PUDIERAN COMPRENDER LAS ESCRITURAS

Es posible que la frase de abrirles la inteligencia para que entendiesen las Escrituras, tenga dos sentidos, me parecería síntoma de arrogancia decir es esto y no lo otro. Puede ser que Cristo les conceda un carisma para que ellos penetren este sentido de las Escrituras, a diferencia de los de Emaús, ya que a esos discípulos abiertamente se las explicó, o que se trate de una frase fundamentalmente equivalente a la de los de Emaús, aunque la redacción literaria sea algo distinta, pues aquí mismo dice san Lucas que después de abrirles la inteligencia, esto es hacer comprender, les dijo que; “Así estaba escrito, el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día”, Es decir, explicación hecha por él mismo. Probablemente este segundo sentido sea preferible.

Lo que sí podemos decir, es que a los discípulos se les capacitó para que tuviesen una visión nueva — la auténtica — del Antiguo Testamento. Que se predicase en su nombre, del Cristo muerto y resucitado y la penitencia para la remisión de los pecados. Es así como en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Le dice Jesús; “Ustedes son testigos de todo esto”. Esta penitencia es cambiar el modo de ser, y de ver en El, con su mesianismo de cruz y de resurrección, al único Salvador que Dios puso para la salvación. En los Hechos de los Apóstoles dirá San Pedro ante el Sanedrín: “En ningún otro (Cristo) hay salud, pues ningún otro nombre (semitismo por persona) nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos” (Hech 4:12). Con la conversión a este Mesías y a su doctrina, se tiene la remisión de los pecados. Hermosa gracia que se nos ha regalado.

8.      USTEDES SON TESTIGOS DE TODO ESTO

Esta predicación de Cristo Mesías y la salvación, unido a la fe, que depende y tiene una estrecha relación a su fe, es para todas las naciones. Es el universalismo de la fe (Mt 28:19.20). Pero en el plan de Dios será irradiada esta Buena Nueva comenzando por Jerusalén (Hech 1:8). Era todavía la bendición del Mesías al pueblo que lo crucificó, y como gran beneficio, al tiempo que pasaba el privilegio de Israel a las gentes. El mismo San Pablo reconocerá estas primacías privilegiadas de Israel. “y así, todo Israel será salvo” (Romanos (SBJ) 11,26)

Dice Jesús, “Ustedes son testigos de todo esto”. En efecto, los apóstoles serán los testigos de toda esta verdad y enseñanza. La enseñanza es la instrucción que se nos ha dado, como dice san Mateo, que se predique a todas las gentes la salvación en su nombre, “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado.  (Mateo (SBJ) 28, 19-20) Jesús dio y nos da la orden de predicar el Evangelio a todas las gentes. Se observa ya el universalismo cristiano en acción entre los gentiles. Este es el gran mandato, es decir la gran misión que nos dio el Señor, que debemos hacer con fidelidad en todos los tiempos y en todas las circunstancias.

Es así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo, a predicar a todas las gentes de todas las naciones, para que la predicación apostólica, que antes fue rechazada por la soberbia de los judíos, venga en nuestro auxilio. Cuando Jesús dice a todas las naciones, está diciendo a los creyentes e incrédulos. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará. Porque no basta creer, porque el que cree y no está bautizado todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente.

La alegría de Cristo resucitado vivan en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 “ay de mí si no evangelizo” , San Pablo

  TERCER DOMINGO DE PASCUA

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA ALEGRÍA PASCUAL CRECE Y TENDRÁ SU PLENITUD EN LA VIDA ETERNA, EN LA RESURRECCIÓN FUTURA.

Por eso, nuestra alegría está motivada por la esperanza de llegar a ser herederos del Reino de los Cielos, por la esperanza de resurgir con Cristo también en cuerpo. Una alegría vivida, experimentada, pregustada en la tierra como peregrinos, aunque destinada a crecer hasta la meta de la eternidad bienaventurada.

Esta alegría de peregrinos -que va unida siempre a la fatiga y al sufrimiento del camino- requiere de nosotros ascesis, conversión del corazón y empeño en su custodia, porque puede verse, fácilmente, turbada y abrumada por el espanto, por el cansancio, por la angustia... En una palabra, por todos los peligros que nos acechan mientras vamos de viaje. De ahí que tengamos necesidad de una fuerza interior, divina: eso que nosotros no seríamos capaces de guardar por nosotros mismos es confiado al Espíritu, al Espíritu consolador.

¿Cómo es posible obtener un don tan precioso, gracias al cual podremos vivir como verdaderos testigos del Resucitado y alegrarnos siempre, vayan como vayan las cosas? Debemos desearlo con pureza de corazón y con humildad, pues así lo recibiremos, con gratitud, como don. Si existe esta disposición en nuestro interior, reside en nosotros verdaderamente la vida nueva: podemos ejecutar el testamento que el Señor Jesús nos ha dejado, ¡venga el canto nuevo, la alegría verdadera!

ORACION (3)

 

Por este camino por el que andamos siempre peregrinos -con el peso de la soledad en el corazón- vienes tú, el Viviente entre los muertos, a nuestro encuentro y partes el pan del amor. En este largo camino, donde, a la puesta del sol, se extienden nuestras sombras, enciende, oh Viajero envuelto de misterio, el vívido vivaque de tu Palabra y sabremos, por su fuego ardiente, que nuestra esperanza ha resucitado más viva, más fuerte.

Sí, abre nuestra mente para comprender la Palabra, porque sólo ella puede disipar las dudas que aún surgen en nuestro corazón. ¡Cuántas veces, incapaces de reconocerte, hemos renegado de ti también nosotros! Pero tú, el Justo, con manso padecer te has hecho víctima de expiación por nuestros pecados. No nos dejes ahora vacilantes y turbados: que tu presencia infunda en nosotros la paz, que tu espíritu despeje nuestra mirada y nos haga alegres testigos de tu amor.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

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