“El Señor está cerca de aquéllos que lo invocan”

Reflexión desde el Salmo 144, 2-3. 8-9. 17-18

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


R. El Señor está cerca de aquéllos que lo invocan.

¡Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! R.

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.

El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquéllos que lo invocan, de aquéllos que lo invocan de verdad. R.

Majestad y Bondad de Dios.

Este salmo es un grandioso himno a los atributos divinos, manifestados en las obras maravillosas en favor de los hombres en general: el Señor es bueno con todos”  — como en otras composiciones del Salterio — a sus relaciones con el pueblo elegido: tiene compasión de todas sus criaturas”. La mano pródiga de Dios está siempre abierta a las necesidades de los hombres, amparando particularmente a los humildes y desvalidos: “El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones”

Las formulaciones tienen el aire de jaculatorias, exhortaciones o sentencias a modo de una larga doxología, que encabeza los “salmos de alabanza,” que cierran la colección general del Salterio. El salmista habla en nombre de la nación, dando de lado a sus preocupaciones personales. Esta colección final del Salterio (Sal 145-150) ha sido compuesta con una marcada finalidad litúrgica.

Este salmo es el único que lleva en su cabecera el título de  “alabanza,” que dará nombre a toda la colección del Salterio, llamado por los judíos “libro de las alabanzas”.

Abundan las evocaciones de otras composiciones del Salterio. En este poema se cantan los atributos divinos: El Señor es bondadoso”, se canta a la bondad, la justicia, la misericordia, gran misericordia” longanimidad, fidelidad a sus promesas, piedad para con los débiles, providencia paternal sobre todo los vivientes. “el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas”

La grandeza del Señor

El salmista declara su deseo de expresar sus alabanzas a su Dios, que es Rey de todo lo creado. Nadie es digno de alabanza más que él. Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable” En sus ansias de perpetuar estas alabanzas, apela a las generaciones para que ellas se encarguen, a través de los siglos, de anunciar las grandezas del Señor. Sus atributos como Rey se resumen en el esplendor, la majestad y la gloria: “Por tu protección es grande su gloria, le has revestido de esplendor y magnificencia” (Salmo 20,6).

Además, en sus relaciones con los hombres se ha mostrado siempre indulgente y misericordioso: “Qué grande es tu bondad, OH Señor” (Salmo 30,20), tardo a la ira: Es el Señor misericordioso y benigno, tardo a la ira y muy benevolente” (Salmo 102,8), pero condescendiente y compasivo con el pecador: “Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, magnánimo y de gran piedad y fidelidad” (Salmo 85,15). Sus obras pregonan su bondad; y son los devotos los que saben apreciar las grandes gestas en favor de los hombres.

El salmista no alude, como en otras composiciones del Salterio, a hechos de la historia de Israel, sino que se mantiene en el plan general de la Providencia divina sobre todas las criaturas. En realidad, su reino atraviesa todas las edades y es anterior al nacimiento de Israel como colectividad nacional (Cf. Dan 4:3). Pero su reinado se basa en la justicia y la fidelidad para con los suyos, particularmente con los necesitados: “El Señor está próximo a los contritos de corazón y salva a los de espíritu abatido” (Salmo 33,19).

Todas las criaturas dependen de la providencia de Dios, y por eso están anhelantes esperando que les envíe sus bienes para subsistir. Particularmente, con los hombres piadosos se muestra generoso y complaciente, respondiendo a sus invocaciones en los momentos de necesidad: está cerca de aquéllos que lo invocan, de aquéllos que lo invocan de verdad”.  

El salmo se termina con la misma idea con que se inició: el deseo de alabar en todo momento a Dios, Señor de toda carne. “Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar”

Es así como todos los fieles tenemos el compromiso de proclamar las alabanzas del Dios providente,El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones”

“El Señor está cerca de aquéllos que lo invocan”. El Señor esta cerca de todos aquellos que le rezan, porque orar es tratar de amistad con quien sabemos nos ama (Teresa de Jesús),

Dice el Señor: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá……..¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!” (Mateo 7, 7-8, 11)

Y hoy aclamamos con esperanza y gozo: “El Señor está cerca de aquéllos que lo invocan”.

Oremos al Señor

Pedro Sergio

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

Fuentes: Algunos comentarios están tomados del estudio de la Biblia Comentada de Nácar-Colunga

Otro comentario de versículos de este salmo en este link; ¡BENDECIRÉ TU NOMBRE ETERNAMENTE! Reflexión desde el Salmo 144, 1-2. 8-11.13-14

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

…………………