Historia de Balaam, el adivino al que le hablo Dios por
medio de una Burra Libro Números, Capitulos 22,23 y 24 (Cuarto libro del
Pentateuco) Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant La Historia de Balaam que nos trae la
última parte del libro de los Números, y el relato de la intervención del
adivino Balaam resulta enigmático, y más incomprensible y misterioso es que
la Burra de Balaam toma la palabra y pide cuentas al amo por su conducta
irracional. El autor dice que abrió entonces Dios la boca de la Burra para
dirigirse a Balaam. 1.
BALAC REY DE
MOAB, MANDA A BUSCAR A BALAAM, Cfr. Números 22, 1-20 Los hijos de Israel acamparon en los llanos
de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó. Balac, rey de Moab, hijo
de Sefor, supo cuánto había hecho Israel a los amorreos, tuvo miedo al
aparecer aquel pueblo tan numeroso, y se amedrentó ante los hijos de Israel.
Balac, no quiso arriesgarse a pelear con sus armas con Israel, y prefiere
otros medios supersticiosos. Temeroso de hacer frente a los hebreos, decide
llamar a un famoso adivino, llamado Balaam y mandó, luego, unos mensajeros a donde
Balaam, hijo de Beor, a un lugar llamado Petur, que está junto al río, en
tierra de los hijos de Amón, para que le llamasen, diciéndole: “Mira, ha
salido de Egipto un pueblo que cubre la superficie de la tierra y está ya
cerca de mí. Ven, pues, y maldíceme a este pueblo, pues es más fuerte que yo,
a ver si así podemos hacer que le derrotemos, pues sé que es bendito aquel a
quien tú bendices, y maldito aquel a quien tú maldices.” 1.1 Balaam se niega a ir por petición de Dios Balaam más que profeta es un adivino, no de
un rey, al que se atribuyen especiales conocimientos mágicos, como intérprete
de la voluntad de su dios, de forma que su bendición o maldición sobre un
pueblo representa la victoria o derrota de éste. Y así fue, como fueron los ancianos de Moab y ancianos
de Madián, llevando en sus manos el precio del conjuro, y, llegados donde
estaba Balaam, le transmitieron las palabras de Balac. Él les dijo: “Pasen
aquí esta noche, y yo les responderé según lo que me diga el Señor”. Dios
vino en la noche a Balaam y dijo a Balaam: “No vayas con ellos; no maldigas a
ese pueblo, porque bendito es” Entonces Balaam, levantándose de mañana, dijo
a los príncipes de Balac: “Váyanse a su tierra, porque el Señor se niega a
dejarme ir con ustedes.” Y los príncipes de Moab se levantaron, y, de regreso
le dijeron a Balac, “Balaam se ha negado a venir con nosotros.” 1.2 Balaam quiere dar el vaticinio a los
emisarios en nombre del Señor El autor sagrado nunca le da a Balaam el
título de profeta, sino el de adivino.
Como adivino, quiere utilizar signos mágicos y, por otra parte, carece
de la entereza de carácter de los profetas de Israel. Lo curioso del relato
es que quiere dar el vaticinio a los emisarios en nombre del Señor, ya que
dice responderá según lo que le diga
el Señor. ¿Cómo interpretar esto? No queda claro en el texto, quizá el
copista en el relato pone en boca de Balaam el nombre del Señor como su Dios.
No obstante también es posible que haya oído hablar del Dios de los
israelitas, el Señor, al que se le atribuían las grandes victorias sobre los
amorreos, y entonces puede ser que el adivino haya querido utilizar con sus
procedimientos mágicos al Señor, Dios de los israelitas, en beneficio propio.
También hoy brujos y magos, para convencer a incautos hacen su tarea
invocando al Señor. En el Nuevo Testamento, Simón el Mago quiere comprar con
dinero el poder taumatúrgico de los apóstoles, que curaban en nombre de
Jesús. (Hech 8:19). EL caso es que así Balaam pudo intentar consultar al Dios
de los israelitas para conocer el destino de éstos. En sueños recibe la orden
de no responder a los requerimientos de los enviados del rey de Moab; “No
vayas con ellos; no maldigas a ese pueblo, porque bendito es.” Así se lo
comunica a éstos, los cuales se vuelven a su rey con la respuesta negativa
del adivino. 1.3 Balac mandó de nuevo a otros príncipes
para convencer a Balaam Balac cree que con una embajada más
numerosa e ilustre y con presentes más ricos logrará hacer venir al adivino.
Luego Balac mandó de nuevo a otros príncipes, más numerosos y más respetables
que los anteriores enviados, y cuando llegaron nuevamente donde Balaam, le
dijeron: “He aquí lo que te dice Balac, hijo de Sefor: No te niegues a venir
a verme, que yo te colmaré de bienes y haré todo lo que tú me digas; ven, te
ruego, a maldecirlo.” Es decir, Balac le hace las mejores promesas. Pero a
Balaam, todo le parece poco para el servicio que cree puede prestarle en
beneficio de su reino y su respuesta es digna y enérgica: “Aunque me diese
Balac su casa llena de plata y de oro, no podría yo traspasar las órdenes del
Señor, mi Dios, ni en poco ni en mucho, es decir no le moverán a actuar
contra la voluntad de su Dios, pero a los enviados le dice que pueden
quedarse a pasar la noche para saber lo que vuelve a decirme el Señor. En su aparición anterior, el Señor le había
dicho que Israel sería bendito, y, por tanto, no puede ir a maldecirle en
beneficio del rey de Moab. Pero invita a los emisarios a que esperen otra
noche, pues quizá su Dios le dé otra respuesta más satisfactoria para ellos.
Durante la noche vino Dios a Balaam y le dijo: “Ya que éstos han venido otra
vez a llamarte, levántate y vete con ellos, pero no hagas más que lo que yo
te diga.” Esto es, recibe la orden de acompañar a los emisarios, pero a
condición de que no profiera ningún vaticinio sin el consentimiento de Dios 2.
BALAAM VIAJA A
MOAB MONTADO EN SU BURRA Cfr Números 22, 21-35. Se levantó Balaam de mañana, aparejó su
Burra y se fue con los príncipes de Moab. Sin embargo a pesar de la
autorización para el viaje, ahora Dios se muestra enojado contra Balaam por
haberse puesto en camino. La oposición divina radica en los cálculos
mercantilistas del adivino, que esperaba conseguir con su viaje considerables
presentes, aunque no maldijera a Israel, como se le pedía. Y como Dios estaba
indignado de que fuese, y envió un ángel para cerrarle el paso. El viaje lo
hace en una Burra, lo que es un indicio de que no vivía lejos de Moab, pues
para distancias largas hubiera utilizado el camello. Balaam iba montado en su
Burra, y llevaba consigo a dos de sus criados, seguramente ellos iban a pie.
Cuando estaba en camino, el ángel del Señor, llegó para cerrarle el paso y se
puso ante la Burra. Ni Balaam ni sus acompañantes se dan cuenta de ello. La Burra,
al ver al ángel del Señor parado en el camino con la espada desenvainada en
la mano, se salió del camino y se echó a correr al campo, y Balaam se puso a
fustigarla con golpes para hacerla volver al camino. Entonces el ángel se
puso en una estrechura entre unas viñas y entre pared de un lado y pared de
otro para evitar que pasen. Entonces la Burra se echa contra una de las
paredes, atrapando entre ella y la pared la pierna de Balaam. 2.1 La Burra habla a Balaam La escena se repite una y otra vez y Balaam
se puso de nuevo a fustigarla. El ángel del Señor volvió a ponerse en una
angostura, de donde ni a derecha ni a izquierda podía desviarse; y al verle
la burra, se echó debajo de Balaam, quien, enfurecido, la fustigó más, hasta
que, por fin, la Burra toma la palabra y pide cuentas al amo por su conducta
irracional. El autor dice que abrió entonces el Señor la boca de la Burra, y
que el animal dijo a Balaam: “¿Qué te he hecho yo para que por tres veces me
hayas fustigado?” El diálogo entre ambos discurre con naturalidad. Y Balaam
respondió: “¿Por qué te burlas de mí? Si tuviera ahora mismo una espada, ahora
mismo te mataría.” Y la Burra dijo a Balaam: “¿No soy yo la Burra? Tú me has
montado desde que yo soy tuya hasta hoy. ¿Te he hecho yo nunca cosa
semejante?” Y él respondió: “No.” Hasta que, al fin, Balaam advierte de la
presencia del Ángel del Señor, que quiere cerrar el paso con la espada
desenvainada en la mano. Balaam se postró echándose sobre el rostro, y el Ángel
del Señor le dijo: “¿Por qué por tres veces has fustigado a tu Burra? Es que
he salido yo para cerrarte el camino, porque es malo ante mí el que llevas.
La Burra me ha visto y ha querido luego apartarse tres veces de delante de
mí; si ella no me hubiera esquivado, te hubiera matado a ti, dejándola a ella
viva.” Entonces Balaam dijo al Ángel del Señor “He pecado; no sabía que tú me
cerrabas el camino; si te parece mal, ahora mismo me volveré.” El ángel del
Señor respondió a Balaam: “Ve con esos hombres, pero di solamente lo que te
diga yo.” Siguió, pues, Balaam con los príncipes de Balac. 2.2 Dios le permite continuar, con tal de que
no diga sino lo que le sugiera. El adivino, está dispuesto a emprender el
regreso; pero Dios le permite continuar, con tal de que no diga sino lo que
le sugiera. Tal es el famoso relato bíblico. ¿Cómo interpretarlo? Teniendo en
cuenta que pertenece al documento de estilo folklórico, bien podemos ver aquí
una escenificación dramática de la oposición de Dios a la misión de Balaam
para resaltar más los designios divinos de cambiar la maldición sobre Israel
en bendición. El hagiógrafo, pues, parece que se hace eco de narraciones
populares sobre la intervención de Dios en la historia de Balaam, el adivino
pagano que bendecirá a Israel. Algunos autores quieren mantener la
historicidad del relato, si bien atenuando la fuerza del mismo. Así suponen
que la burra no profirió sonidos articulados humanos, sino simples rebuznos,
por los que el mago Balaam conoció (acostumbrado por arte de magia a
interpretar religiosamente signos exteriores) el sentido de los mismos. En 2
Pe 2:16 se dice que “una muda bestia de carga, hablando con voz humana,
reprimió la insensatez del profeta.” Como en otras citas de los autores del
Nuevo Testamento, la fuerza de la argumentación va sobre el elemento
religioso, no sobre la historicidad del hecho, respecto al cual se acomoda a
la mentalidad y creencias de sus destinatarios los judeo-cristianos. Con todo y contra todo, por mi parte, puedo
pensar que es posible a la omnipotencia divina hacer hablar a las bestias,
como también opino que me parecería a veces muy necesario que hombres duros
de entendimiento escucharan lo que le tienen que decir las bestias cuando son
fustigados por ellos. Sin embargo, también debo reconocer que en el relato
hay indicios de inverosimilitud suficientes para tomar el relato en sentido
de parábola o ficción didáctica del hagiógrafo, con vistas a una enseñanza
religiosa. Preguntándole a algunos eruditos en esta materia y este relato,
hablan que este episodio de Balaam es una narrativa histórica en el sentido
ordinario y piensan que lo sobrenatural pasa a ser un importante papel en
ella, no obstante se debe considerar que la credibilidad del texto requiere
sólo una creencia en los milagros, y que la aceptación de la mayoría de las
partes más importantes de la Biblia requiere tal creencia. El episodio de la Burra
que habla es muy insólito, pero no más raro que el de la serpiente que habla en
el Paraíso (Génesis 3, 2-4), y hasta ahora no se ha oído decir que no se
acepte este diálogo de ese reptil con Eva. 3.
LA SINGULAR
HISTORIA Y LAS TRES BENDICIONES QUE LUEGO HACE BALAAM. Para la historia completa, invito a leer
desde el Texto Sagrado esta singular historia y las tres bendiciones que
luego hace Balaam. En todo caso, el rey de Moab, informado de la próxima
llegada del adivino, sale a su encuentro a la misma frontera de Ir-Moab, en
la parte septentrional, cerca del Amón, y le echa en cara su tardanza en
llegar. Pero Balaam, astutamente, sin decir que Dios le había prohibido
maldecir a Israel, le indica que está a su disposición y que proferirá
fielmente lo que Dios le comunique. Quiere recibir los presentes prometidos,
sin comprometerse totalmente. Después continuaron hasta Quiriat-Jusot
(“ciudad de las calles”), localidad desconocida, y Balac le dio parte de los
sacrificios que ofreció. Al amanecer del día siguiente, la hora más propicia
para la adivinación, le llevó a un monte desde el que se divisara el pueblo
israelita acampado. El lugar se llama Bamot-Baal, que, como su nombre indica,
parece suponer la existencia de un santuario o alto lugar dedicado a Baal,
dios cananeo. Se le ha identificado con una de las cimas que rodean el monte
Nebo, donde abundaban los monumentos megalíticos. El Relato sigue en los
capítulos del Libro de Números capítulos 23 Oráculos de Balaam, Primera Bendición
de Balaam (1-12), Segunda Bendición de Balaam (13-24), Nueva Tentativa de
Maldecir a Israel (25-30).Capitulo 24 Nuevos Vaticinios, Tercera Bendición de
Balaam (1-9) y Vaticinio Final de Balaam (10-25). Respecto de la persona histórica de Balaam,
la tradición judeo-cristiana ha sido dura con él. En Núm 31:16 se dice de él
que pervirtió al pueblo israelita en la apostasía de Baalfegor. Y muere
trágicamente cuando estaba entre los madianitas. Su figura, sin embargo,
queda como el tipo del poeta gentil que reconoce por inspiración divina el
futuro glorioso de Israel. La tradición profética aparece así vinculada a un
personaje legendario que, a pesar de su mentalidad gentílica, reconoce el
poder insobornable del verdadero Dios de Israel. Sus palabras, calcadas en
gran parte en el vaticinio de Jacob, son el eco de una creencia israelita en
el futuro mesiánico del pueblo elegido. Algunos autores han supuesto que el
vaticinio de Balaam es obra de un profeta postexílico, pero en realidad la
noción monoteísta del Dios de Israel que se refleja en él es ciertamente
anterior al destierro, y aparece claramente expuesta en los profetas
escritores del siglo VIII antes de Cristo. Es difícil saber cuál es el núcleo
primitivo del vaticinio y la parte redaccional profética de los tiempos de la
monarquía israelita. El
Señor nos bendiga Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Publicado en mi
página WEB www.caminando.con-jesus.org
en esta sección: Fuentes: Sagrada Biblia
Comentada de Nacar Colunga BAC 1969 Biblia de Jerusalén DESCLÉE
DE BROUWER 1998 |
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