SANTA TERESA DE JESUS Y LOS 450 AÑOS DEL INICIO DE LA REFORMA

UNA TAREA HECHA CON DETERMINADA DETERMINACION

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


 

Foto de la celebración en el Convento de  San José (Carmelitas Descalzas) de Santiago de Chile, agosto 2012

1. FUNDACION DEL CONVENTO DE SAN JOSE

Ciertamente para los Carmelitas Descalzos, la fiesta celebrada el 24 de agosto, no ha pasado de ningún modo de inadvertida y descuidada, en todas las capillas de los conventos, se celebró la misa como acción de agradecimiento por esta conmemoración. En efecto, ese día, es muy significativo, para el Carmelo Teresiano fundado por la Santa Madre Teresa de Jesús.

En el capitulo 32 del Libro Vida, comienza Teresa de Jesús a tratar la manera y modo cómo se fundó el monasterio de San José y en los capítulos siguientes, hasta el 36, dice cómo se acabó de concluir y se fundó este  monasterio del glorioso San José y las grandes contradicciones y persecuciones que  después de tomar hábito las religiosas hubo, y los grandes trabajos y tentaciones que ella  pasó, y cómo de todo la sacó el Señor con victoria y en gloria y alabanza suya.

Es así, como ya hace 450 años, desde el 24 de agosto de 1562, en Ávila, la Santa Madre Teresa de Jesús fundaba el convento de San José, siendo su primer “palomarcico”, como ella lo llamaba cariñosamente, el primero de su reforma. De esta primera casita, sale la Santa Madre, con su característica de andariega, a fundar por toda España y de aquí el Carmelo teresiano sale para ampliarse por el mundo entero, en una vida de oración por la Iglesia y el mundo, cultivando a través de la oración, la intima amistad con Dios.

Que bueno que Teresa de Jesús, haya tomado la determinación de llevar adelante la reforma del Carmelo, que bueno que ella haya oído a tiempo y quizá en intimo dialogo con Dios, que era preciso llevar adelante transformaciones intensas y un perfeccionamiento de la vida religiosa, que bueno haber oído a Dios y aceptar que él la haya elegido para esta tarea comenzada en el Convento de San José.

1.  LAS FUNDACIONES

Así fue, que luego de enfrentar muchos problemas y a gente que se oponía a ella, la Santa Madre Teresa de Jesús, fundó el convento de Monjas de Carmelitas Descalzas de San José de Ávila el 24 de agosto de 1562, donde sólo después de seis meses, obtuvo el permiso para poder vivir en él. Cuatro años más tarde recibió la visita de Juan Bautista Rubeo (Rossi), General de los Carmelitas, quién además de aprobar lo que ella había hecho, le dio autorización para fundar otros conventos, tanto de frailes como de monjas.

En el "Libro de las Fundaciones", la Santa Madre Teresa de Jesús, relata la historia de la fundación de los conventos de monjas de en Medina del Campo (1567), Malagón y Valladolid (1568), Toledo y Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas y Sevilla (1575), y Caravaca (1576). Estos conventos, los cuales, en su mayoría fueron fundados a pesar de existir grandes oposiciones, recibió la santa una gran ayuda manifiesta del cielo. Por todas partes ella encontraba almas dispuestas y generosas que querían abrazar la forma de vida de la regla primitiva del Carmelo y al cuidado y dirección de Teresa.

Luego de conocer a Antonio de Heredia, prior de Medina, y a San Juan de la Cruz, empezó su reforma de los frailes (28 de noviembre de 1568), los primeros conventos fueron los de Duruelo (1568), Pastrana (1569), Mancera, y Alcalá de Henares (1570).

Una nueva época se dio inicio con la entrada en religión de Jerónimo Gracián, ya que a este importante hombre, el nuncio, al poco tiempo, le dio el cargo de Visitador Apostólico de los frailes y monjas carmelitas de la estricta observancia de Andalucía, y como tal, se consideró con el derecho a oponerse a las restricciones dadas por el general y el capítulo general. A la muerte del nuncio y con la llegada de su sucesor, empezó una gran tormenta sobre Santa Teresa y su obra, la que duró cuatro años y pareció sería el final de la naciente reforma. Los hechos de esta persecución están bien descritos en sus cartas. La tormenta al fin pasó y la provincia de carmelitas descalzos, contando con el apoyo de Felipe II, fue aprobada y canónicamente establecida el 22 de junio de 1580. Santa Teresa, estando ya anciana y con la salud resquebrajada, realizó más fundaciones, en Villanueva del la Jara y Palencia (1580), Soria (1581), Granada (a través de su asistenta la Beata Ana de Jesús), y Burgos (1582). Ella abandonó este último lugar a finales de julio, y, deteniéndose en Palencia, Valladolid, y en Medina del Campo, llegó a Alba de Tormes en septiembre, soportando grandes sufrimientos corporales. Al poco tiempo tuvo que guardar cama, falleciendo el 4 de octubre de 1582.

2.  EL DESEO DE TERESA DE HACER MUCHO POR SU IGLESIA

Teresa de Jesús, sentía la enorme necesidad de hacer mucho por una Iglesia sufría tiempos difíciles, y así escribe en el Libro Camino de Perfección Capitulo 1: “En este tiempo vinieron a mi noticia los daños de Francia y el estrago que habían hecho estos luteranos y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta. Dime gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal” y determinada ella en;  “seguir los consejos evangélicos con toda la perfección… y  confiada en la gran bondad de Dios, que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo….y contentar en algo al Señor, y ocupadas en oración por los que son defendedores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío, que tan apretado le traen a los que ha hecho tanto bien, que parece le querrían tornar ahora a la cruz estos traidores y que no tuviese adonde reclinar la cabeza”.

Teresa de Jesús, tenía en su corazón una notable preocupación e insistente de servir a la Iglesia, que no obstante de sus imperfecciones humanas, la amaba con toda su alma, por eso ella se determina a ayudar con su oración para poner atajo a tanta deserción y división y sabiendo ella que junto a sus hijas (la monjas), no están convocadas a desarrollar acciones apostólicas y misioneras fuera de su mundo (los conventos) no esconde la gran tarea y misión que se ha propuesto para ayudar con su oración, testimonio de ella y sus hijas para rogar por todos aquellos que tanto hacen y trabajan por Cristo y la Iglesia que el fundó.

3.  EN LA ENSEÑANZA TERESIANA HAY UNA LLAMADA CONSTANTE A LA FIDELIDAD A LA VOLUNTAD DE DIOS

El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal D. Antonio Cañizares Llovera, que fue Obispo de Ávila entre 1992 y 1996 presidió en la capilla del Monasterio de San José la solemne Misa con motivo de los 450 años de la Fundación por Santa Teresa de Ávila de dicho monasterio y el inicio de la Reforma. En su intervención, con motivo de esta celebración, el cardenal se ha expuesto que en la enseñanza teresiana hay una llamada constante a la fidelidad a la voluntad de Dios, diciendo lo siguiente:

“La gracia de haber sido segregadas del mundo, para «una vida oculta con Cristo en Dios», impone como exigencia una entrega al apostolado oculto, o sea, el llamamiento a la soledad implica una exigencia de cooperación, de manera generosa y ardiente, a la extensión del Reino de Dios. Se trata sencillamente de la exigencia de vivir en Cristo, es decir, vivir con determinación las palabras que El nos enseñó: «Hágase tu voluntad». Cristo vino a hacer la voluntad del Padre. Con ello nos expresa claramente la ligazón que hay entre la voluntad de Dios y el ser y vivir cristiano. Teresa de Jesús lo comprendió perfectamente; lo aplica a su vida y lo enseña con vigor. En la enseñanza teresiana hay una llamada constante a la fidelidad a la voluntad de Dios, porque en ello estriba la máxima perfección, y tanto más se progresa en la unión con Dios, cuanto mayor es su conformidad con la su voluntad, manifestada en su Hijo «humanado». Es básico, dirá la santa, «rendir nuestra voluntad a la de Dios en todo y que el concierto de nuestra vida sea lo que su Majestad (Dios) ordenare de ella, y no queramos nosotros que se haga nuestra voluntad, sino la suya». No pide otra cosa la santa al Señor que su voluntad esté siempre sujeta a no salir de la de Él. Y esto con la veracidad y radicalidad propias del estilo teresiano, «porque un alma en manos de Dios –son palabras de Teresa de Jesús –, no se le da más que digan bien que mal, si ella entiende bien entendido que no tiene nada de sí».

La suma perfección radica en «estar nuestra voluntad tan conforme con la de Dios, que ninguna cosa entendamos que quiere, que no la queramos con toda nuestra voluntad y tan alegremente tomemos lo sabroso como lo amargo entendiendo que lo quiere su Majestad» divina. Que nadie tema, al contrario, decir con Santa Teresa: «Vuestra soy, para vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?». Ahí esta el logro, la felicidad y la vida. Sólo por Cristo, con Él y en El, se llega a tal perfección, que entraña siempre renovación profunda y total del hombre. Para esto hay un camino, el «camino de la perfección», inseparable de la oración. En esta espiritualidad, que es en su núcleo la de la santa de Ávila, encontramos «una luz segura para descubrir que por Cristo llega al hombre la verdadera renovación de su vida» (Benedicto XVI, Mensaje pontificio para la celebración del 24 de agosto, 1).

4.  LA DETERMINADA DETERMINACION DE TERESA

Teresa de Jesús, nos ha dejado una frase hermosa en su libro Camino de Perfección, Capitulo 21, La “Determinada Determinación”, y ella se determinada con toda determinación a ser toda de Dios. Y así es como Teresa de Jesús, habiendo comprendido que Él la quería para la reforma, comienza con aspiración perseverante a construir los cimientos que sirvan de apoyo y los hace en unión e intimidad con Cristo.

El camino ni subsiste ni es animoso si no lo comenzamos con determinación. Hay que determinarse a “ser siervos del amor”. “Dios es amigo de ánimas animosas”. “Importa el todo tener una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar” (Camino de perfección 21,2). Una gran ayuda y Teresa lo enseña muy bien, es la fortaleza de la oración, y que no hay oración auténtica sin vida cristiana, y ésta se representa en unas virtudes evangélicas transparentes, pues lo más escondido de la persona es donde el hombre se juega las grandes ganancias de la vida.

Durante 20 años, (1562-1582), la Santa Madre Teresa de Jesús, estuvo fundando conventos, parece algo sencillo, pero son muchas jornadas de “andariega” y pasar por muchas situaciones difíciles, pero ella sabía que no hay camino que dure si no lo emprendía con determinación. Sin embargo, Teresa sabe de fracasos y sabe que no hay en nosotros determinaciones sinceras de voluntad que logren penetrar las capas profundas de la persona. “No nos damos a Dios con la determinación con que El se da a nosotros” (Camino de Perfección 16,9). 

Para quien se decide, Teresa nos  propone objetivos concretos: “no tornar atrás” (Camino de Perfección 23,1). Y la decisión de reservar para la oración un tiempo de cada jornada. Dárselo “con toda determinación de nunca jamás tornárselo a tomar” (Camino de Perfección 23,2). 

Tener que determinarse con toda determinación fue, en su vida, un drama en muchos actos. Experimentó miedos y debilidades ante la llamada a “darse del todo a Dios”. Nuestra determinación profunda tiene un componente de gracia. Dios no falla. El es fiel a la palabra dada. “Es gran cosa haber experimentado eso...” (C 23,5-6), haber experimentado cómo trata Dios a quienes se determinan. Alegato final: “Esto es sin falta. Yo lo sé. Y a las de vosotras que lo sabéis por experiencia, por la bondad de Dios, puedo presentar por testigos” (C 23,6).

Las razones de Teresa las comenta en el mismo capítulo del Libro Camino de Perfección, la primera, ante todo, la exigencia del amor: a quien nos ama y nos da tanto y tan continuamente, no es razonable que nosotros le demos o nos demos a medias. Otra cosa sería burla (C 23,2).  La segunda razón es de estrategia defensiva. Un espíritu decidido en menos vulnerable. Vale contra la cobardía, contra los miedos. La determinación es una coraza contra la propia fragilidad. El denodado se crece. Y el demonio tiene “gran miedo de ánimas animosas” (C 23,4). Y la tercera razón es la eficacia combativa. “Pelea con más ánimo” (C 23,5). “Nos va la vida en vencer” (C 23,5).

Unidos en la oración

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Fuentes y otra referencias en los link siguientes:

450 AÑOS DE LA FUNDACION DEL CONVENTO DE SAN JOSE, EN AVILA

LIBRO DE LA VIDA

CAMINO DE PERFECCIÓN 

LAS FUNDACIONES

http://www.sanjosedeavila.es/

Publicado en este link: CRONICAS Y COMENTARIOS